La gala 90 de los premios Oscar estaba levantando temperatura con la importancia de los premios a entregar cuando llegó la hora de uno de los más interesantes: el galardón a la mejor actriz.
La gala 90 de los premios Oscar estaba levantando temperatura con la importancia de los premios a entregar cuando llegó la hora de uno de los más interesantes: el galardón a la mejor actriz.
Cuando anunciaron a las intérpretes que iban a presentarlo, todos aplaudieron: las encargadas eran Jennifer Lawrence y Jodie Foster. Si bien primero se la vio a Lawrence, con su porte majestuoso y un vestido súper sexy, la que realmente sorprendió a la mayoría fue la actriz de El silencio de los inocentes. Mucho más pequeña de estatura y vestida con un saco de estilo masculino y un pantalón negro, Foster caminó con dificultad hacia el frente, ya que venía apoyada en sendas muletas.
Al llegar, y como es usual en los premios, nadie disimuló el tema y de inmediato, Lawrence preguntó al micrófono: “¿Qué te pasó?”. La respuesta hizo reír al auditorio: Foster señaló a la primera fila, donde estaban sentadas las candidatas al premio de este año, y dijo lacónicamente: “Streep”.
Meryl Streep se sorprendió y Foster acentuó la respuesta con gestos amenazantes, como si fuera a "vengarse". Luego, apuntó: "Me hizo un Tonya". Con esa broma, la actriz aludió a la trama Yo, Tonya, película protagonizada por la nominada Margot Robbie, quien encarnó a Tonya Harding para la versión fílmica de la historia de esta patinadora estadounidense que en 1994 perpetró un ataque contra su compañera y competidora y mandó a quebrarle las piernas.
Luego de las bromas, las actrices pasaron a las nominaciones y el misterio se mantuvo a flote: ¿qué fue lo que le pasó?
Lo que pudo saberse es que en realidad, hace unas semanas, Jodie Foster estaba esquiando y sufrió un accidente que la obligó a trasladarse con muletas.