Vitivinicultura: ¿Por qué se mira de reojo a la Zona Este?

A pesar de ser la zona productiva más importante del país y de contar con vinos de alta calidad, la industria aun tiene sus reparos para con la región.

La zona Este es la región productiva más importante de la vitivinicultura argentina. - Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
La zona Este es la región productiva más importante de la vitivinicultura argentina. - Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

La región comprendida por los departamentos de San Martín, Rivadavia, Junín, Santa Rosa y La Paz, desde hace un tiempo es objeto de esterotipos negativos y prejuicios arraigados en la industria vitivinícola. En reuniones del sector o cafés, se habla con desdén de la zona Este, se preguntan ¿qué vamos a hacer con los viñateros? Como si los productores de esta región fueran dentro de una familia de ricos y refinados, los primos pobres y sin educación, los que te vienen a pedir dinero, mientras los ricos y refinados esperan que un día desaparezcan.

Un reciente informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura sobre las principales variables vitivinícolas por zona correspondiente al año 2022, muestran la importancia que tiene la región para la vitivinicultura argentina en general, y echa luz sobre algunas realidades que muchos consideran tapadas.

Sobre el total del país, la zona Este concentra el mayor paño vitivinícola, con el 29%, unas 60.890 hectáreas. Eso implica el 31% de producción de uva y el 35,9% de la elaboración total de vinos del país, la zona que más aporta en este sentido.

La zona da el 28,6% de los vinos que se comercializan en el mercado interno, detrás de Mendoza Centro (Luján de Cuyo, Maipú, Guaymallén, Godoy Cruz) que lidera y aporta el 11% de todos los vinos que exportan en el país, detrás de la región de Mendoza Centro y Valle de Uco.

Los números dejan a la vista que, a pesar de las críticas, la región tiene un amplio potencial y mucho del vino que se toma en Argentina se produce en esta zona.

Si bien es cierto que las criollas lideran la superficie, ya existen más de 6.700 hectáreas de malbec, un poco menos del 20% del total de la provincia. Y si miramos con atención, en Junín y Rivadavia la cepa emblema es la que más superficie tiene. En épocas donde el volumen y lo masivo son sinónimos de baja calidad, es hora de empezar a tener políticas de Estado que logren un verdadero cambio en la región.

En los últimos años, bodegas grandes han hecho inversiones importantes para lograr captar lo mejor de la zona y también desarrollar viñedos. Es más, Junín tiene vinos de alta gama que superan los 100 dólares la botella. Por lo tanto, la región tiene un valor vitivinícola real y un potencial prometedor, y es necesario reconocer y apreciar la calidad de sus productos y su contribución a la industria del vino en Argentina.

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