Febrero y marzo son los meses ideales para aprovechar al máximo el melón y la sandía, las frutas del desierto mendocino. Se consiguen frescos, ricos y económicos, y como plus, ofrecen múltiples beneficios para la salud.
Febrero y marzo son los meses ideales para aprovechar al máximo el melón y la sandía, las frutas del desierto mendocino. Se consiguen frescos, ricos y económicos, y como plus, ofrecen múltiples beneficios para la salud.
Ambos son ricos en vitaminas y nutrientes y son una gran fuente de hidratación, además de aportar antioxidantes necesarios para cuidar la piel del sol.
Bajos en calorías y buenos para saciar el hambre, mejoran el rendimiento físico y la fuerza muscular, al aportar glucosa y mucho líquido.
Contienen vitaminas A, B1, B2, B3, calcio y ácido fólico entre otros. Como si esto fuera poco, ambos tienen propiedades curativas
Bajan la retención de líquidos. La retención es producida por la falta de hidratación. Durante el verano se recomienda aumentar el consumo de agua para depurar toxinas y bajar la temperatura. Ambos tienen gran cantidad de líquido.
Buenos para el corazón. Tienen un alto contenido en licopeno y nada de grasas. Además, sin aptos para diabéticos porque contienen azúcares saludables.