Recomiendan algunas claves a la hora de elegir portainjertos

El INTA realiza estudios sobre los pies de plantas injertadas y viveros sugieren analizar las condiciones del suelo. La falta de agua motiva a buscar mayor resistencia a la sequía.

El portainjerto o pie es la sección basal que incluye las raíces en una planta injertada (la parte aérea es la variedad seleccionada por el viticultor).
El portainjerto o pie es la sección basal que incluye las raíces en una planta injertada (la parte aérea es la variedad seleccionada por el viticultor).

Los portainjertos tienen la función de mitigar daños en las viñas y mejorar algunas características de las plantas. En el INTA Mendoza han analizado varios de ellos en condiciones locales y dan algunas pautas para productores, en esp

ecial por la crisis hídrica.

El portainjerto o pie es la sección basal que incluye las raíces en una planta injertada (la parte aérea es la variedad seleccionada por el viticultor). Claudia Lucero, investigadora del INTA, comenta que su uso comenzó a fines del siglo XIX en Europa y América del Norte, porque se necesitaba una base que resistiera la filoxera, un pulgón que genera agallas en hojas y raíces.

“El ingreso (de filoxera) en Argentina no produjo daños económicos significativos aparentemente por nuestras condiciones ecológicas. No obstante, esta plaga se encuentra ocasionando pérdidas en algunos viñedos mendocinos, aunque sus síntomas pueden confundirse con otros problemas en la vid”, detalla Lucero.

En nuestro país, la implantación de viñedos injertados es reducida, pero el uso de portainjertos es una herramienta para mitigar daños ocasionados por plagas o enfermedades, falta o exceso de agua y problemas de alta salinidad en suelos. Estos aspectos que limitan el crecimiento y producción de las plantas, son conocidos como factores de estrés.

Analizar y pedir con anticipación

La investigadora del INTA explica que, además de la tolerancia a diferentes factores de estrés, los portainjertos se usan para modificar características de las plantas como el vigor y la producción: “En un estudio realizado en la Estación Experimental EEA Mendoza del INTA, se comparó el comportamiento de la variedad Malbec injertada en 6 portainjertos bajo condiciones de campo”.

Los resultados de ese estudio indican que el portainjerto 1103 Paulsen presentó mayores rendimientos respecto de otros como 140 Ruggeri, 3309C, Cereza o a pie franco. “Existen antecedentes que muestran cómo la combinación injerto-portainjerto participa en la expresión vegetativa y producción de las plantas injertadas, lo cual se utiliza como una herramienta de manejo agronómico”, agrega Lucero. Vinculado a eso, algunos viveristas sugieren pedir los barbechos con tiempo para poder hacer un análisis del suelo y recomendar la mejor combinación entre varietales y portainjertos. Martín Zanetti, gerente general de Vivero Productora SA, explica que si se pide con un año de anticipación, la empresa puede hacer un análisis de la finca y recomendar un producto adecuado.

“Si el productor quiere la planta de un día para el otro, se va a llevar la combinación variedad-portainjerto que se disponga en stock. En cambio, con un año de antelación se puede hacer combinar la selección de varietal que ellos elijan con el portainjerto que nosotros les recomendemos según el suelo de cada finca”, explica Zanetti.

Enrico Najt, CEO y responsable técnico de Viveros Guillaume Valle Verde, coincide en la importancia de definir el sitio donde implantará su cultivo y conocer sus condicionantes agronómicos: suelo, agua, riego y disponibilidad de personal, entre otros.

“Deberá seleccionar la categoría de planta que conviene a su proyecto, ya sea si es a pie franco o injertados sobre portainjertos que le permitan superar limitaciones de suelo (salinidad, plagas del suelo, profundidad suelo), expresiones de vigor que se trasmitirán a sus uvas y su destino (vinos, vinos de guarda, uvas de mesa, o pasas)”, agrega Najt.

Ante la crisis hídrica

Los portainjertos más comercializados en Mendoza en variedades de vinificar son los llamados 1103 Paulsen (1103P), originado en Italia, y 101-14 Millardet Grasset Mgt (101-14 Mgt), originado en Francia. Ambos presentan una elevada resistencia a filoxera.

Claudia Lucero aclara que, en diversos estudios, un mismo portainjerto ha sido clasificado con diferentes grados de tolerancia frente a ciertos factores de estrés. Esto ocurre porque su comportamiento depende de las condiciones específicas de cada lugar, características del suelo, condiciones climáticas, presencia de plagas y variedad injertada en parte aérea.

Algo que destaca esta investigadora es que la disminución del recurso hídrico genera la necesidad de buscar portainjertos más resistentes a sequía y salinidad. Existen antecedentes donde se identifica a algunos portainjertos con mayor tolerancia al estrés salino y es un punto que toma relevancia. Actualmente, profesionales del INTA Mendoza con la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo evalúan diferentes genotipos y combinaciones injerto-portainjerto. En los resultados con plantas de vid en macetas se observó que el portainjerto 1103P injertado en “cv. Malbec” o Cabernet Sauvignon presentó mayor tolerancia frente a condiciones de alta salinidad.

“No obstante, para futuras evaluaciones se siguen incorporando nuevos genotipos americanos y variedades de Vitis vinífera para estudiar su comportamiento frente a condiciones de estrés presentes en nuestra región. Estos estudios permiten aconsejar las mejores combinaciones de portainjertos para cada situación particular de los viticultores”, afirma Lucero. Finalmente, desde el INTA remarcan que una de las causas más frecuentes de disminución de los rendimientos en el viñedo, son las fallas, por lo que el viticultor puede hacer sus propias plantas.

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