Poda de olivos: recomendaciones para realizar una labor cultural óptima

El autor asegura que es necesario trabajar sobre una correcta relación entre la actividad vegetativa y la reproductiva de la planta. Además, cree que el futuro está en el diseño de plantaciones.

La poda debe estar alineada con los objetivos que tiene cada agricultor, dependiendo del destino de la producción.
La poda debe estar alineada con los objetivos que tiene cada agricultor, dependiendo del destino de la producción.

La poda incide directamente sobre la distribución de la luz en la planta y, por lo tanto, sobre la capacidad de las hojas de favorecer la producción de fotoasimilados que serán utilizados para su funcionamiento de la planta y además ser exportados a las raíces, brotes en crecimiento, hojas en formación y frutos en desarrollo.

Con la poda se conduce al olivar hacia el objetivo productivo propuesto en la planificación, además de contemplar características varietales, condiciones climáticas de la zona donde se encuentra emplazado el cultivo y el marco de plantación. Se busca dar una estructura a la planta que sostenga y favorezca la producción.

La poda, si bien es una labor importante, no se debe perder de vista que integra un conjunto de labores esenciales para gestionar el cultivo ya que, por ejemplo, si no se riega adecuadamente o no se realiza una correcta fertilización, por más que se pode adecuadamente, las otras labores atentan contra el objetivo productivo planteado.

La recomendación de una poda apropiada va en la dirección del objetivo buscado para cada situación. Algunos objetivos propuestos que se persiguen, de acuerdo con las consultas recibidas, son la mejora en la producción tanto en calidad como en cantidad y constancia de producción en el tiempo (el olivo presenta alternancias productivas conocidas como vecería). Otro objetivo cada vez más demandado es la posibilidad de convertir el cultivo hacia la mecanización cuya posibilidad de bajar los costos de cosecha son importantes, considerando que la cosecha representa en algunos casos hasta el 40 por ciento o más de los costos del cultivo.

Objetivos buscados

Los objetivos que se buscan en la poda es la de conseguir plantaciones homogéneas y formar al árbol con un sistema de conducción adecuado buscando el esqueleto o estructura de la planta que logre buena captación de la luz para mejorar la productividad y calidad de las aceitunas ya que la luz influye sobre los procesos fisiológicos de inducción y diferenciación floral que incide directamente en la producción.

También facilitar la ejecución de las labores culturales y más cuando se trata de plantas de hojas perennes permitiendo el ingreso de los agroquímicos cuando se realizan aplicaciones para el control de plagas y enfermedades y, fundamentalmente, bajar costos de producción al tener un cultivo controlado en altura y más cuando se plantea la labor más importante y costosa que es la cosecha.

En los olivos jóvenes, la producción se ve reducida por la poda ya que ésta estimula la actividad vegetativa que ya de por sí es dominante en las plantas pequeñas. En cambio, en plantas grandes, el desarrollo es menos vigoroso y la poda estimula ese vigor favoreciendo el crecimiento de brotes, la formación de flores y posterior cuaje y consecuentemente mayor cantidad de aceitunas.

El equilibrio óptimo al que debe tender el olivo es una correcta relación entre la actividad vegetativa y la reproductiva.

El sistema de conducción

En general, las plantaciones tradicionales de 10 metros entre plantas y 10 metros entre hileras, se manejan con sistema de conducción de un vaso clásico con un tronco principal del cual se abre en 3 a 5 ramas primarias o líderes y varias ramas secundarias subordinadas a éstas.

Lo mismo sucede cuando se realizan plantaciones para cosecha mecanizada utilizando los vibradores de troncos. Aquí la densidad de plantación aumenta cuatro o cinco veces ya que pasamos a distancias de plantación de 6 a 8 metros entre hileras y 3,5 a 6 metros entre plantas. Se busca en estos casos generar ramas más rígidas para que transmitan mejor la vibración y sea más eficiente la cosecha.

En el caso de los cultivos superintensivos donde los marcos de plantación se reducen a 4 metros entre hileras y 1,5 a 2, 5 metros entre plantas constituyendo verdaderos setos de olivos, el sistema de conducción empleado es el de eje central, también denominado por los productores como mono cono. Aquí las plantas adquieren una altura de hasta 2,5 metros con un solo eje como líder y ramas subordinadas a éste con un ancho de seto de aproximadamente un metro para que permita el ingreso de máquinas cabalgantes que van sobre el cultivo, como las utilizadas en los viñedos. Es importante mencionar que no todas las variedades permiten este tipo de producción en seto.

Algo muy importante de destacar es la mano de obra, ya que es fundamental la disponibilidad y conocimiento para llevar adelante la tarea. Además, se debe planificar adecuadamente por los tiempos que se demandan para la labor que dependerá, entre otras cosas, del tamaño de la explotación.

Algunas recomendaciones:

Se debe iluminar la copa para que exista una buena diferenciación floral.

No realizar podas enérgicas. Conviene ir transformando el olivar en dos a tres años evitando cortes excesivos.

En cortes grandes, es recomendable pintarlos con pintura al látex y productos cúpricos para mitigar el ingreso de patógenos

Evitar dejar los troncos de las plantas totalmente expuestos al sol, porque esto atenta contra posibles escaldaduras (quemaduras) que afectan los troncos de las plantas

Se debe acompañar la poda con todas las otras labores de manera adecuada. Recordemos que es un sistema productivo donde cada variable cuenta. Esto es proporcionar los riegos en los períodos críticos que el cultivo requiere; un plan nutricional ajustado a la producción esperada; un cronograma que se ajuste de acuerdo con el monitoreo en un eficiente control sanitario, entre otras.

El diseño de las nuevas plantaciones es el mayor desafío en la gestión del futuro cultivo para incrementar la producción, facilitar la mecanización y contribuir al desarrollo del olivar.

*El autor es especialista en olivicultura.

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