Se estrena “Spencer”: el film que cuenta la sombría intimidad de Lady Di

Kristen Stewart encarna a la princesa en esta película de Pablo Larraín que llega a las salas. La interpretación de la actriz fue nominada a los Globos de Oro y los Critic’s Choice Awards.

Lady Di interpretada por Kristen Stewart
(Captura de pantalla).
Lady Di interpretada por Kristen Stewart (Captura de pantalla).

“Spencer”, el nuevo filme del reconocido cineasta chileno Pablo Larraín, estrenará hoy en salas locales con el protagónico de Kristen Stewart y una propuesta que interviene el género biográfico tradicional para imaginar, en clave surrealista, la atormentada mente de Lady Di durante el desmoronamiento de su relación con la realeza británica.

Se trata del noveno título que el director oriundo de Santiago suma a su trayectoria. La inclinación de Larraín por estos relatos biográficos, y que resultó muy bien recibida por la crítica internacional, se puso de manifiesto en 2016 cuando en un mismo año lanzó “Neruda”, sobre la persecución al poeta y político comunista chileno, y “Jackie”, con la galardonada Natalie Portman en el papel principal como la viuda del expresidente estadounidense John F. Kennedy.

Kristen Stewart como Diana en "Spencer". (IMDB)
Kristen Stewart como Diana en "Spencer". (IMDB)

Ambas producciones, que posicionaron a Larraín en el mercado global, entregan como consecuencia inevitable y superadora en su búsqueda artística esta película centrada en la malograda Diana Spencer, fallecida en 1997 como consecuencia de un trágico accidente vial en París.

Sin embargo, lejos de elaborar un organizado inventario temporal de su trayectoria, el guión escrito por Steven Knight -creador de la exitosa “Peaky Blinders”- evade el abusado formato de “biopic” y entra de lleno en el terreno de lo metafórico.

Para eso, “Spencer” se traslada a 1991 e introduce a una Lady Di que, diez años después de contraer matrimonio con el príncipe Carlos (Jack Farthing), ya no puede ocultar las consecuencias físicas y psicológicas de la opresión a la que fue sometida por parte de la Corona para encajar en la rígida estructura monárquica.

Es que como la misma “Princesa del Pueblo” dio a conocer en la biografía de 1992 escrita por Andrew Morton y en la famosa entrevista que le concedió a la BBC en 1995 -justo antes de su divorcio formal-, su paso por la realeza implicó el maltrato, la infidelidad y el desamor, junto al cuadro depresivo y los trastornos alimenticios que padecía producto de las imposiciones mediáticas y protocolares del entorno.

Justamente, ese es el espíritu que Larraín eligió rescatar en esta cinta, enmarcada en la celebración navideña que la reina Isabel II (Stella Gonet) auspicia en su casona de Sandringham. Diana, que llega tan harta como aventurera tras un periplo por la campiña a bordo de su descapotable, entra en un estado claustrofóbico que irá aumentando de manera progresiva los niveles de incomodidad.

Su viciado matrimonio estaba al borde de estallar y el profundo desdén que sentía por las estrictas costumbres de la monarquía, cortan en seco con la fingida paz social del ambiente. Oscilando entre la duda y la necesidad, la protagonista pronto se halla en un impulso permanente por patear el tablero.

Ese estado aplastante llega a la pantalla a través de una cadena de escenas casi volátiles que hilvanan distintos momentos reflexivos y de una importante carga onírica para explorar la resquebrajada intimidad de Diana.

Así se suceden atracones y purgas a escondidas del receloso staff palaciego, recuerdos de su inocente juventud, francas conversaciones con su cálida asistente, Maggie (Sally Hawkins) y hasta alucinaciones que involucran a Ana Bolena y trazan un paralelismo con el devenir de quien murió ejecutada por orden de su exmarido, el infame rey Enrique VIII.

En declaraciones a la prensa, Larraín habló sobre la mirada que ofrece la cinta y consideró que “finalmente, ella apuesta por la libertad no sólo para sí misma, sino para sus hijos también. Fue una decisión que definiría su legado, uno de honestidad y humanidad que, hasta el día de hoy, no tiene precedentes”.

“Spencer” justifica con solidez sus casi dos horas de metraje gracias a la labor de Stewart en la piel de una Lady Di que se reencuentra a los ponchazos consigo misma. El trabajo de la actriz estadounidense es el evidente motor de la trama.

Marcando un rumbo diferente al que ofrecieron sus colegas Naomi Watts en “Diana” (2013) y la joven Emma Corrin en la popular serie de Netflix “The Crown”, esta interpretación abunda en sutilezas y logra equilibrar la suavidad característica del personaje con un turbulento halo de misterio. La performance de Kristen Stewart le valió nominaciones en los Globos de Oro y los Critics’ Choice Awards./ Victoria Ojam (Télam)

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