Hugo Vargas: el pequeño gigante del teatro mendocino

El actor y director falleció a los 80 años el domingo pasado. Tuvo una extensa trayectoria en la escena independiente, el cine local y la vendimia. Una semblanza, a través del recuerdo de amigos y colegas.

El actor, director y dramaturgo mendocino falleció a días de cumplir 81 años. Interpretó memorables personajes en el teatro local.
El actor, director y dramaturgo mendocino falleció a días de cumplir 81 años. Interpretó memorables personajes en el teatro local.

Huguito, como lo llamaban sus conocidos y amigos, desde sus comienzos en el teatro mendocino no pasó desapercibido. Fue su amigo Jorge Fornés, quien lo invitó a formar parte del mítico TNT y, desde ese día, Hugo Vargas transformó esa pasión por el teatro en grandes piezas de la escena independiente.

El pasado 10 de enero, y luego de que su salud se deteriorara, Hugo Vargas falleció a los 80 años. Uno de los actores, directores y dramaturgos más reconocidos de la escena local, quien cultivó una trayectoria de cuatro décadas.

Dejó una huella en el ámbito cultural, donde también se destacó como director de fiestas de la Vendimia departamentales, y se desempeñó como sonidista e iluminador, labor que realizó durante 20 años como jefe de sonido de la Fiesta de la Vendimia.

Pequeño de estatura, pero con un corazón enorme y un temperamento aguerrido, se ganó el respeto de sus pares y se llevó las miradas del público y los directores, que vieron en él una gracia innata para interpretar personajes entrañables.

Del teatro infantil a formar su propia elenco

Se inició en las artes escénicas en el Taller Nuestro Teatro (TNT) y sus maestros fueron Maximino Moyano y Carlos Owens. Sus comienzos estuvieron marcados por el teatro infantil y protagonizó varias obras, aunque su personaje llamado Chevelín fue una revelación en aquellos años. Con la dirección de Carlos Owens debutó en el teatro para adultos con la obra “El adefesio” y luego el clásico de Roberto Tito Cosa “La Nona”, cuya interpretación de la abuela le valió el reconocimiento del autor y del público de aquel momento.

En la década de 1980 formó el grupo Gente de Teatro, en el que se inició en la dirección teatral. En el ámbito académico trabajó en la Facultad de Arte y Diseño de la UNCuyo como Jefe de Trabajos Prácticos e iluminador del Elenco Universitario.

“El organito”, “El enfermo imaginario”, “Cúneo o la inmolación de la poesía”, “Cucha de almas”, “Melescas”, “La lección”, “El callejón en flor”, “Los apóstatas”, “Tangoneando” y la comedia “Nosotros fuimos”, dirigida por Juan Comotti, fue uno de sus destacados trabajos sobre las tablas.

La delirante comedia donde interpretó a Robbin y nuevamente compartió escenario con su amigo Jorge Fornés.
La delirante comedia donde interpretó a Robbin y nuevamente compartió escenario con su amigo Jorge Fornés.

También incursionó en cine y protagonizó el cortometraje “Héroe local”, de Andrés Llugany, filme que se llevó el premio Mendoza Filma 2016.

mi pequeño homenaje a un amigo y compañero de ruta, mi gran héroe local... y ya sabes, hugo: ¡la luna es azul!

Posted by Andrés Llugany on Sunday, January 10, 2021

En 2016, en el marco del XIX Festival de Teatro “Estrenos en Mendoza” Hugo Vargas recibió el premio a la Trayectoria por su ininterrumpida labor en la escena local.

A comienzos de 2021 sus amigos y colegas hicieron una cadena de ayuda para el actor, cuya salud se vio deteriorada el último tiempo. Tras conocerse la noticia, las redes sociales se llenaron de mensajes de reconocimiento y pesar por la partida de Vargas.

Un compañero entrañable y apasionado del teatro

Simpático, escurridizo e inquieto, Hugo Vargas siempre tenía algún plan entre manos. Aunque se dedicó a la actuación y la dirección, también escribió sus propias obras e incursionó en las artes plásticas. Su amigos y conocidos más cercanos, dolidos por la partida del actor, recuerdan su simpatía y grandeza.

“Todavía estoy muy dolorida. Era un compañero excelente, de una ética impecable, sumamente creativo en la búsqueda del personaje. Y también nos divertíamos muchísimo. Hicimos ‘La Nona’, hizo a esa vieja insoportable y a Roberto Cossa le encantó la interpretación. Su partida fue muy triste”, expresa Gladys Ravalle quien protagonizó junto a Vargas “Visita” y la obra que menciona, ambas dirigidas por Cristóbal Arnold.

Juan Comotti tuvo la oportunidad de dirigirlo dos veces y compartir desde pequeño las bambalinas de los teatros: “Lo conozco desde chico a través de mi papá (Arnold). Hace varios años atrás llegaba de Buenos Aires  y me lo encuentro en el colectivo. Había una obra que no quería hacer nadie y se la ofrezco. La leyó y me dijo que no le gustaba, pero que la iba a ensayar. La hicimos, era ‘Puente roto’ y ganó la Fiesta Provincial del Teatro y luego participamos en la Fiesta Nacional, e hicimos una gira. Y luego tuve la experiencia de trabajar en ‘Nosotros fuimos’, que iba a la perfección con ese Robin junto a Mario Ruarte y Jorge Fornés. Era una persona que no aparentaba la edad que tenía, siempre tuvo una disciplina única de esa generación que marcó al teatro independiente”.

Una de las últimas actuaciones de Vargas fue en la comedia "Nosotros fuimos", donde interpretó a Robin.
Una de las últimas actuaciones de Vargas fue en la comedia "Nosotros fuimos", donde interpretó a Robin.

Mario Ruarte, otro actor con una extensa trayectoria en el teatro mendocino, compartió escenario con Vargas en lo que fue su último trabajo como actor. “Nos conocimos cuando él se inició en el teatro, pero la única vez que actuamos juntos fue en “Nosotros fuimos”. Recuerdo su compromiso con el teatro, su disciplina en el oficio, siempre con alegría, con muy buen humor y siempre hacía algún chiste al grupo antes de salir a la función. Una persona muy querible por todos. Era muy completo en el teatro, porque sabía mucho de técnica, era muy buen actor y buen director”.

En los ’80 Hugo Vargas formó el grupo Gente de Teatro, integrado por Rubén González Mayo, Gige Araujo, Mario Bahamonde, Miguel Lopresti, entre otros. De ese grupo, Rubén González Mayo fue su alumno y años más tarde lo dirigió en “Melescas”.

González Mayo recuerda con orgullo sus inicios en el teatro independiente de la mano de Hugo Vargas.
González Mayo recuerda con orgullo sus inicios en el teatro independiente de la mano de Hugo Vargas.

“Mis padres y mis tíos eran iluminadores de la Fiesta de la Vendimia y lo conocí al petiso Vargas en el Teatro Griego. Cerca de los ’80 me reencontré con él cuando me invitó a participar de un taller de teatro y me interesó. De ahí surgió el grupo Gente Teatro y me abrió a este mundo mágico del teatro, en el que me dirigió en varios espectáculos. Él nos hablaba de la ética del teatro en esa época y un día me dijo: ‘A vos te picó el bichito del teatro’. Y así fue, luego de diez años comencé a dirigir y estaba montando una obra de Sonnia de Monte, “Melescas”, y Marta Parra tuvo un inconveniente, entonces me quedé sin una bruja. Y lo llamé al Hugo, y él interpretó a esa bruja y fue maravilloso encontrarlo desde otro lugar, aunque nunca hice esa diferencia y aceptó todas las consignas que le proponía”, dijo.

Y agregó: “Es un orgullo haber entrado en el mundo del teatro de la mano de Hugo Vargas, muy resistido por algunos sectores y muy querido por otros. En su grandeza nos enseñó la humildad y para mí fue una alegría entregarle el premio a la Trayectoria en el Festival de Estrenos. Y en esa oportunidad me tuve que arrodillar, pero nunca mejor mi acción, de ponerme a su altura y darle un abrazo”. 

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