Desde Francia, Sebastián Volco nos cuenta sobre su disco: en un viaje solitario entre las teclas

El músico argentino radicado en ese país e integrante de la Orquesta Metafísica lanzó su último trabajo discográfico “Living inside”, donde vuelve al primer amor, el piano.

El músico argentino radicado en Francia, Sebastián Volco, lanzó su último disco instrumental grabado en nuestro país.
El músico argentino radicado en Francia, Sebastián Volco, lanzó su último disco instrumental grabado en nuestro país.

Un disco concebido en la previa de un encierro a escala mundial. Melodías que buscan acompañar ese encuentro del hombre entre cuatro paredes con la oportunidad de buscar un poco más en su interior.

Sin vueltas y ataduras, fiel a su percepción de la música y el arte, el músico Sebastián Volco conocido por su trabajo con la Orquesta Metafísica y el dúo de tango junto a Pablo Gignoli (ex miembro de la Orquesta Típica Fernández Fierro) volvió a la raíz en “Living inside”, su último disco instrumental, con diez melodías realizadas en un 99% en piano, donde crea una sonoridad que invitan a la desconexión del mundo exterior, con un espacio profundo y personal.

Multiinstrumentista, su trabajo desenfadado con la Orquesta Metafísica y su camino en el tango con el dúo Volco & Gignoli, hacen de su obra solista un mensaje surrealista, con una mirada sobre la existencia del ser humano y sus posibilidades.

Pero dentro de sus múltiples experimentos musicales, la reciente placa disponible en las plataformas digitales viaja por un aire romántico, en el que el piano y el músico son los protagonistas de una obra conceptual y minimalista, para escapar del mundo conectado por las pantallas y meterse en la intimidad de quien lo escucha.

-¿Las canciones de “Living inside” fueron concebidas como piezas instrumentales o está la posibilidad de sumarle poesía?

-El repertorio del disco “Living Inside” se formó con temas de etapas muy diferentes. Algunos fueron compuestos hace muchos años en Buenos Aires como canciones con letra, y otros fueron escritas durante mis trabajos y giras por Europa en donde hace algunos años. Es una combinación de canciones transformadas en instrumentales con otras concebidas directamente como piezas instrumentales. El disco transmite un aire poético aunque no tenga palabras.

-Este disco fue premonitorio al momento de encierro que vive el mundo, ¿Lo pensaste de esa manera o fue casualidad?

-El disco lo grabé en Buenos Aires aprovechando mi visita y concierto que hice en febrero de este año. Mientras grababa, ya se empezaba a hablar sobre el Covid-19 en todo el mundo y presentí que nuestra vida podría cambiar de manera inminente. Por asuntos familiares tomé el último tren desde Francia hacia Suiza la noche antes al cierre de las fronteras en Europa y pasé allí 4 meses en un estudio sin saber cuándo podría volver a mi casa. Allí termine de editar y darle la forma y concepto al disco que estuvo claramente influenciado por esta situación mundial. Fue una especie de premonición el encarar este trabajo en solitario que le habla a personas que están en soledad justo en un momento donde me vi obligado a quedarme solo.

-Te tomaste la licencia de volver al piano solo. ¿Por qué la idea de un disco minimalista?

-Después de trabajar tantos años con la Orquesta Metafísica en proyectos ambiciosos involucrando muchos instrumentos, personas y producciones, sentí la necesidad de volver a mi primer amor y conexión con la música que es el piano. Además quise mantener la onda del disco en algo sutil sin artificios, pensado para ser escuchado en compañía de uno mismo, que sirva para ayudar a conectarnos con nuestro costado más íntimo.

- ¿Cuál fue el desafío de pensar en una obra instrumental y distinta a tus otros proyectos?

-De los 16 discos que llevo editados, con la Orquesta Metafísica, el dúo Volco & Gignoli y mis trabajos solistas, una gran parte son instrumentales. Lo que es distinto en este trabajo es que si bien yo soy fundamentalmente pianista, es la primera vez que hago un proyecto estrictamente de piano solo. Después de hacer tantas giras y conciertos por Europa los últimos 7 años como pianista, fue natural empezar a pensar en hacer trabajos solo con ese instrumento. Cosa que planeo seguir profundizando.

-Siempre buscaste conceptos y lenguajes diferentes en la música ¿Crees que hoy se comprende tu trabajo?

-Se comprende cada vez más me parece, está claro que yo no estoy casado con ningún estilo y que el eje de mis trabajos son mis composiciones más allá de cómo están arregladas o producidas. Hay muchas maneras de entrar a mi universo musical: el rock argentino, el tango, world music, el rock progresivo, experimental, la música melódica… pero en todo está presente mi onda personal.

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-¿Hay más posibilidades en el desarrollo como artista en el exterior que en la Argentina?

-No te podría dar una respuesta absoluta. Cada lugar tiene sus dificultades y beneficios. Además en el mundo de hoy ser un inmigrante conlleva muchas complicaciones que hay que entender y enfrentar para poder sobrevivir. Al estar lejos del lugar donde uno nació y se crió, la comunicación resulta mucho más complicada no solo por el idioma sino por vivir en una cultura que no es la materna. En el caso de los músicos normalmente empezamos a tomar nuestro arte y trabajo como un escudo y espada para enfrentar al mundo. Al estar mucho más desamparados nos ponemos en un modo guerrero, y a veces podemos avanzar más que en nuestro propio país. Pero no diría que en el exterior están esperándonos para facilitarnos las cosas. La vida es un viaje personal.

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