El fenómeno de Las guerreras del K-pop, la película de Netflix que arrasa en plataformas y cuya banda sonora se posiciona entre las más escuchadas en Spotify, ha llegado incluso a las escuelas, donde fue el causante de algunos problemas.
El establecimiento pidió a las familias que los alumnos dejen de cantar los temas la película, argumentando que incomodan a parte de la comunidad cristiana.
El fenómeno de Las guerreras del K-pop, la película de Netflix que arrasa en plataformas y cuya banda sonora se posiciona entre las más escuchadas en Spotify, ha llegado incluso a las escuelas, donde fue el causante de algunos problemas.
Este es el caso de la escuela cristiana Lilliput Church of England, ubicada en Poole, Inglaterra, donde los directivos pidieron a los padres que los alumnos dejen de cantar o escuchar las canciones de la película dentro del recinto escolar.
La decisión se conoció a través de un comunicado del centro, donde se señaló que tanto empleados como estudiantes se habían sentido “profundamente incómodos” por las referencias a demonios presentes en algunas letras. Por esta razón, se solicitó que “no cantaran estas canciones en la escuela por respeto a aquellos que consideran que los temas están en contradicción con su fe”.
La medida generó debate entre las familias. Algunos padres defendieron que, lejos de ser inapropiadas, la película y su banda sonora promueven valores como “el trabajo en equipo”, “la amabilidad” y “la valentía”. No obstante, el director del centro, Lloyd Allington, reafirmó la postura de la escuela en un nuevo mensaje enviado a la comunidad educativa.
“Aunque respetamos plenamente su derecho a decidir sobre los contenidos a los que acceden sus hijos en casa, también queremos ser conscientes de la diversidad de creencias que existe dentro de nuestra comunidad escolar”, explicó Allington. “Para algunos cristianos, las referencias a los demonios pueden resultar muy incómodas, ya que las asocian con fuerzas espirituales opuestas a Dios y a la bondad”.
Por ello, aunque la escuela aclara que no está en contra de la película ni de su música, insiste en evitar que los alumnos canten o reproduzcan los temas en el centro educativo. “Nuestra función será simplemente ayudar a los niños a comprender que algunos de sus compañeros pueden tener opiniones diferentes y explorar cómo podemos respetar y apoyar a esos compañeros en la defensa de su fe”, concluyó el director.