7 de noviembre de 2025 - 17:15

Una crítica de Lux, el nuevo disco de Rosalía, en Aconcagua Radio

Un análisis sobre el sorprendente disco de la cantante española, que acaba de publicarse hoy y del que todos están hablando.

Este viernes 7 de noviembre se ha publicado oficialmente Lux, el nuevo disco de la cantante española Rosalía. Y hacía mucho que un disco de una cantante hispana no recibía tanta atención mundial, algo que en parte se explica no solamente por el enorme éxito que ha conseguido la barcelonesa con sus tres discos precedentes, sino, sobre todo, porque el adelanto del disco que hizo la semana pasada dejó a todos con la boca abierta por la rareza, complejidad y osadía de la nueva canción.

Rosalía no es una artista pop más, al menos por lo que tiene que ver con su formación e intereses. Es compositora, no sólo intérprete de sus canciones, una música formada académicamente que tiene la puerta abierta a infinidad de estilos y ritmos. Por ejemplo, si en su disco debut —el casi acústico Los Ángeles (2017)— parecía una artista que podía hacer del flamenco también la materia de una obra conceptual, al año siguiente se despachó con El mal querer, en el que ya ese flamenco más sudoroso daba paso a la mezcla con el pop refinado y hasta con algo de trap. También en ese caso ofrecía un disco conceptual, que era una especie de banda sonora de un libro.

El disco posterior a Motomami

Claro que cuando llegó Motomami, en 2022, muchos pensaron que había encontrado el camino, porque en ese disco ya se instalaba en los ritmos urbanos y de Hispanoamérica. Por eso se la escuchaba allí haciendo trap, rap, hip hop, bachata o salsa, como en el famoso Depechá.

rosalía
La cantante española Rosalía acaba de lanzar su disco Lux.

La cantante española Rosalía acaba de lanzar su disco Lux.

A quien se desentendió de Rosalía en ese punto le será imposible conectar esa canción (que comienza con los versos "Baby, no me llames, que hoy estoy ocupá' olvidando tus males") con lo que fue Berghain, el corte de difusión de Lux, que se difundió hace una semana. Porque con lo que nos encontramos allí fue con una cosa radicalmente diferente, inesperada y ostentosa. Una canción que comienza con una furiosa sección de cuerdas, con aires de La primavera de Vivaldi, y sigue con un cargadísimo arsenal de coros, con Rosalía cantando en el registro de una soprano de ópera, con versos en alemán, en latín, en español, y que termina con la aparición de voces invitadas, como la de la etérea Björk y del rapero Yves Tumor.

Lux, de Rosalía: raro y fascinante

El disco Lux ("luz" en latín), es efectivamente tan raro y fascinante como esa canción que ejercía de botón de muestra. Un disco hecho por una artista que es como una máquina de hits, pero que trae ahora canciones difíciles de cantar en la calle o bailar en la disco. ¿Qué explica esta aversión de Rosalía a repetir fórmulas? ¿Solamente su afán experimental?

La verdad es que, en el fondo, todo puede explicarse con estrategias de márketing, con decir que está todo fríamente calculado y que un producto musical también se puede planificar y llevar a término con ciertas apuestas comerciales que en principio parecen, justamente, anticomerciales, pero que van a sacar de esa rareza toda la publicidad. Sí, eso es cierto, pero también es cierto que hay muchos caminos para lo supuestamente anticomercial y Rosalía no ha elegido justamente el más fácil. Para nada, lo que ha hecho es producir un disco que parece de otra artista. Quiero decir que nadie que haya movido la patita con Despechá podía sospechar, incluso metiéndose en el interior de los discos de la española (llenos de matices), que podría aparecer con una propuesta tan extraña, tan trabajada, inspirada y superproducida como esta.

Sea apuesta comercial o apuesta puramente artística, de Motomami a Lux, vemos la conversión de Rosalía, que pasa a ser de la osada e irreverente cantante de Despechá a esta especie de monja pop, una artista que, en tiempos de corrección política extrema y líricas promiscuas, llega con canciones que hablan de lo sagrado, de Dios, de amor espiritual y numerosas referencias a la tradición mística católica.

lux tapa
La cantante española Rosalía acaba de lanzar su disco Lux.

La cantante española Rosalía acaba de lanzar su disco Lux.

Lux se inspira, ya desde su título, en una frase de la filósofa y activista francesa Simone Weill, que dice: “El amor no es consuelo, es luz”. El álbum está estructurado, a la manera de una sinfonía, en cuatro movimientos que reúnen 15 canciones para el formato digital y 18 para el formato físico. Y ya, desde su primera canción, titulada Sexo, violencia, y llantas, deja planeada la propuesta: “Quién pudiera vivir entre los dos, primero amar el mundo y después amar a Dios”.

¿En qué idiomas canta Rosalía?

Lo sonoro y lo lírico llaman igualmente la atención. El papel instrumental lo toma principalmente una orquesta, nada menos que la Sinfónica de Londres (dirigida por Daníel Bjarnason), pero a esos instrumentos sinfónicos se le suman teclados, samplers, guitarras acústicas, máquinas de ritmos, palmas y muchas voces. Así, el disco pasea sin tapujos, no sólo de canción a canción, sino a veces dentro de la misma canción, por momentos que parecen sacados de La flauta mágica de Mozart, u otros que asemejan a los cantos gregorianos. Pero también aparecen el trap, el hip hop, las bulerías, el flamenco, la rumba, la balada… ¿Muchas cosas? La verdad que sí. Y es que el procedimiento parece ser el del pastiche, es decir, la acumulación de formas diversas inspiradas en varias fuentes y que consiguen sonar en armonía. Un pastiche que involucra la música, claro, pero también el canto (o la lengua del canto, porque hay letras en español, inglés, alemán, italiano, latín, japonés, portugués y francés), en una especie de torre de Babel musical.

Eso sí: tal pastiche está atravesado todo el tiempo por el tono dramático, gracias a una especie de relato en el que Rosalía, a la manera de una mística como Santa Teresa de Jesús o como Hildegarda von Bingen, habla del amor a Dios o del amor carnal tratando de que los límites que diferenciarían uno de otro se hagan difíciles de distinguir.

El disco concluye con Magnolias, canción de esas donde Rosalía no abandona el dramatismo, pero lo ofrece reposada, como vencida casi, agotada, y esto es porque la letra nos presenta a un yo que canta desde la muerte. Y les habla a sus dolientes, a los que la han querido, y les pide, por ejemplo: “Dios desciende y yo asciendo, nos encontramos en el medio, algún que otro navajazo me he llevado de la vida, ella a mí me desarmó, y yo le estoy agradecida, y lanzad azúcar moreno y quedaos despiertos sobre mi ataúd y quedaos despiertos hasta que vuelva a ver otra vez la luz”.

Decíamos al principio que, si bien es evidente que Rosalía es de esas que no le escapan a la exploración por nuevos sonidos y que ya había probado que no era de quedarse en un solo estilo, aunque fuese exitoso.

Rosalía: no tan novedosa, pero sí valiente y talentosa

Pero lo que también hay que decir es que, a pesar de que Lux pueda representar una novedad en la música de Rosalía, no es una novedad para la música en general. Los experimentos sonoros como el de Rosalía —la apuesta por innovar con la incorporación de sonidos orquestales o con temáticas religiosas— no es nada nuevo. Tal vez aquellos que empezaron a escuchar música con Rosalía piensen que ella está reescribiendo la historia de la música popular, pero basta con mencionar antecedentes como la propia islandesa Björk para comenzar a aclarar que Rosalía está siguiendo sendas ya abiertas. Entre otros que hacen mezclas como las de ella, entre el rock y la música clásica, podemos mencionar a muchos, desde la agrupación húngara After Crying a algunas de las grandes bandas de rock progresivo de los 70 (por ejemplo, Emerson, Lake & Palmer). Sin hablar, claro está, de Los Beatles, que allá por 1966 grabaron Eleanor Rigby o, en 1967, esa canción que es matriz para gran parte de lo que vino después y que se llama Un día en la vida.

En fin, eso no quita que Rosalía haya pateado el tablero con estilo y calidad, a caballo de sus propias inquietudes, de su propio deseo de no estancarse en la bachata o el rap, y no quita que sea de elogiar el gran nivel de su garganta y su capacidad compositiva. Sería de esperar que más de uno, y no sólo ella, tuviera no sólo esa valentía sino también, muy especialmente, ese talento. Y esa voz, una voz que se destaca en tiempos en que, con la inteligencia artificial, algunos piensan que “cualquiera puede cantar”. Bueno, puede que sí. Pero no cualquiera puede traer luz (o lux) con su voz.

Escuchá la nota completa acá y podés escuchar la radio en vivo en www.aconcaguaradio.com

Embed

LAS MAS LEIDAS