25 de noviembre de 2025 - 18:07

Un momento inolvidable para Verónica Cangemi: cantará ópera con su hijo en el teatro del Bicentenario de San Juan

Desde este miércoles, la soprano mendocina Verónica Cangemi compartirá escenario por primera vez con su hijo Joaquín, en la producción de "Pagliacci" del teatro del Bicentenario de San Juan.

Criada en un hogar donde la música —tanto clásica como popular— formaba parte del día a día, la mendocina Verónica Cangemi construyó una de las trayectorias más sólidas de la lírica argentina. Y ahora, después de años brillando en los grandes escenarios, tendrá la oportunidad de compartir uno de ellos con su hijo mayor. Este 26, 28 y 29 de noviembre, la soprano actuará junto a su hijo Joaquín en la nueva producción de " Pagliacci" que el Teatro del Bicentenario de San Juan presentará para celebrar su noveno aniversario.

Esta versión de la obra de Ruggero Leoncavallo llegará con la impronta visual de Eugenio Zanetti y la dirección musical de Marcelo Ayub, también mendocino y reconocido tanto por su labor como repertorista como por su experiencia al frente de producciones operísticas. Cangemi dará vida a Nedda, la única mujer dentro del drama que sigue las tensiones y la tragedia de una troupe itinerante. Joaquín asumirá el papel de Beppe, el tenor del conjunto, encargado además de encarnar a Arlecchino en la obra interna que se representa en el segundo acto. Completarán el elenco Roberto Saccà (Canio), Mario Cassi (Silvio), Hernán Iturralde (Tonio), junto a la orquesta y los coros locales.

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Desde Roma, donde en el momento de esta nota continúa preparando el rol, Joaquín se muestra entusiasmado con este proyecto que finalmente lo reúne con su madre en un escenario de ópera. “Es muy emocionante compartir con mi madre un escenario de primera categoría, aparte en mi patria, y aprender mucho con ella. A los demás cantantes, que cantaban con mi mamá hace veinte años, los veía detrás del escenario, pero ahora cantar con ellos también va a ser muy divertido”, afirmó en una nota publicada en Clarín.

Para Verónica esta oportunidad es un regalo inesperado, que tiene como único antecedente un show con Las Cangemi (que reúne a Verónica con su hermana Patricia e integrantes de la generación siguiente) hace algunos años en Godoy Cruz; en ese marco, Joaquín (“Joaco” para la familia) recuerda haber cantado y tocado una canción de Los Beatles.

Verónica Cangemi celebra un momento especial

Joaquín, nacido en Lyon en 1997, se asomó desde muy temprano, junto a su hermano Camilo al costado lúdico de la ópera. Con acento y modismos muy italianos, el tenor radicado en Valencia relata: “Mi mamá nos llevaba adonde cantaba, y yo veía cómo se trabaja en los ensayos musicales y de escena, cómo se mueven los cantantes cuando salen de sus personajes, se preparan, después vuelven a entrar de otro lado con otro vestuario. Y fue siempre muy shockeante, pero me daba mucha curiosidad. Y me parecía muy divertido, porque mi mamá se divertía tanto, y los colegas de ella también, que de chiquito yo decía ‘bueno, si no encuentro qué hacer, quiero hacer esto porque es muy divertido’. Pero no sabía que también implicaba tanto sacrificio".

Y sigue: "Cuanto más alto es el nivel, más difícil se vuelve. Mis amigos, que tienen mi edad, están recibidos o trabajando en algún lado, o hasta formando una familia, y yo estoy estudiando todo el día en un teatro, preparando algo con un pianista o hablando con mi mamá para preparar algo".

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-Ahora estás conociendo la parte más difícil...

-Sí, la soledad, sobre todo. hay que estar muy bien con uno mismo. La ópera es casi la combinación de todas las artes, pero también, a medida que se sube la montaña, más peso tiene cada arte. Estudiar cinco idiomas, el libreto, o la música, o la técnica... No sabía que había tanto peso atrás en la mochila de cada persona. Yo los veía divertirse y ya está. Uno, por ejemplo, ve a mi mamá, a la que le piden cantar mañana Cleopatra y la hace, mañana Mimì y la hace, Micaëla y la hace, porque estudió cuando tenía mi edad todos los roles durante seis meses y los puso en voz. En esta etapa tengo que meter esos roles en la mochila, entonces es el doble de pesado.

-¿Qué resonancias tienen en Verónica, la madre y la cantante, estas palabras?

Verónica: Cada vez que lo escucho se me llenan los ojos de lágrimas, porque yo decidí tener una familia y llevar a mis hijos por todos lados. Entonces, los pobres nunca estuvieron en casa, estaban de un teatro al otro. Y pensé que iban a detestar ese trabajo. Una como mamá se siente a veces culpable, porque piensa que tiene que llegar el momento en que ellos decidan.

Una decisión que llegó sola

Después de una breve e impensada incursión en la lírica (para ayudar a la recuperación de su abuela Fenicia Cangemi, legendaria cantante y docente mendocina), el mayor de los hijos de Verónica, también formado en guitarra clásica, no contemplaba estudiar seriamente canto ni dedicarse a él. Y, al contrario de lo que se podría suponer, su decisión de probar suerte en una institución académica europea fue repentina y no consultada ni alentada por su madre.

Ya radicado en la Argentina, a Joaquín se le dio la oportunidad de viajar a París con el Coro de la Ciudad de Mendoza, que integraba por ese entonces. “Decidí probar el ingreso a los tres conservatorios más importantes, y pensé: 'Si entro en alguno, me quedo', no sabía ni hablar francés, no tenía ni valija. Y aprobé el ingreso a los tres, entonces pensé que podía ser cantante lírico. De a poquito fui escalando, como hizo mi mamá, desde abajo. Hice tres años en Italia, clases en Austria, en los Estados Unidos, en Francia también, y ahora encontré a dos o tres maestros con los que me encuentro muy bien".

Verónica: Yo no sabía nada. Cuando Joaco me dio la noticia que se quedaba en Francia sin que yo le hubiera dicho "tenés que cantar" o querer darle clases, me sorprendió. Siempre los dejé libres, les inculqué que hay que elegir lo que a uno lo hace feliz, y él acaba de decir que yo me divertía, que quería seguir una carrera porque era divertido. Entonces, evidentemente, el mensaje les llegó.

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En su tercera oportunidad de encarnar a Nedda, Cangemi destaca la cantidad de colores que se puede encontrar en ella: “El color más dramático, aquel en el que se muestra muy angustiada, triste, después, la payasa, la más alegre. Es una posibilidad actoral maravillosa. ¡Y voy a tener un Beppe de lujo!”.

A Joaquín, por su parte, le atrae el hecho de que tanto música como texto sean de Leoncavallo: “Es fácil de cantar cuando es así, porque la palabra y la música están verdaderamente tan juntos que cuando uno canta no tiene que ni esforzarse por decir las cosas, como pasa en otros compositores. Todo escrito respecto a la palabra y a la situación dramática, y técnicamente, sobre todo. La encuentro muy profunda y real. El hecho de que haya un prólogo me vuelve loco, porque es muy moderno”.

Después de la última función, los caminos profesionales de madre e hijo seguirán por carriles diferentes: ella con producciones de ópera y conciertos en Asia y América Latina, y él con compromisos musicales en torno a Rossini, más incursiones en la ópera barroca y contemporánea. Pero, por ahora, ellos sólo esperan el momento en que el escenario se transforme de nuevo en un espacio lúdico y compartido.

Para verlos

"Pagliacci"

26, 28 y 29 de noviembre

21:30.

Teatro del Bicentenario

Dirección escénica y artística: Eugenio Zanetti

Entradas: $55.000, 50.000, 45.000, 35.000 y 30.000, disponibles en boletería de la sala y en https://www.teatrodelbicentenariosanjuan.org.

Producción propia del TB, que reunirá en escena a figuras de prestigio internacional, entre ellas la soprano Verónica Cangemi, el tenor ítalo-suizo Roberto Saccà y el barítono italiano Mario Cassi. Estarán acompañados por Hernán Iturralde, Joaquín Echave Cangemi. También por la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, el Coro Universitario de la FFHyA de la UNSJ bajo la dirección de Jorge Romero y el Coro de Niños y Jóvenes de la UNSJ dirigido por Jorge Fuentes, bajo la batuta del maestro Marcelo Ayub.

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