Pichu Straneo es oriundo de Uruguay pero se ha adaptado a la perfección al humor argentino, un poco a la manera de aquellos talentosos comediantes precursores de Hupumorpo o Hiperhumor: Espalter, Almada, Carámbula, entre otros . Con su estilo inconfundible y esa capacidad para conectar con el público sin esfuerzo, el actor y comediante montevideano se ha ganado un lugar de privilegio en la escena local. Desde los tiempos de Sin Codificar, donde formó parte de una generación que reinventó el sketch televisivo con desparpajo y creatividad, Pichu no ha dejado de sorprender: en teatro, en televisión o en los escenarios improvisados de internet, su sello es siempre el mismo —un humor cálido, cercano, absurdo y popular.
—¿Cómo va a ser el show de La Gambeta en Mendoza? ¿Podés darnos algún anticipo?
—La gente se va a encontrar con el streaming en vivo, un poco el estilo de La Gambeta, con algunas secciones que tenemos casi siempre en el programa, pero también con mucha impronta, algunas cositas nuevas, y hay premios también. ¿Viste que Eber Ludueña hace el Repasador Day? Así que todo aquel que vaya al espectáculo con un repasador que sea bastante creativo, hasta lo pueden plotear y eso, tiene premios. Así como hacen el Black Friday o el Cyber Monday, nosotros hacemos el Repasador Day. Va a haber un poco de música también. Está muy bueno el show. Gracias a Dios lo hemos hecho ya en varios lados, nos ha ido muy, muy bien, la gente lo recibe hermoso y se va a divertir con nuestro estilo.
—¿La música corre por cuenta de ustedes también?
—Bueno, sí, hay algunas sorpresas. Yo capaz que canto algunas cositas, según cómo venga más o menos la mano. Siempre nos sorprendemos con algo. Pero lo fundamental, como te decía, es que para ver La Gambeta no perdemos ese estilo, esa esencia que tiene el programa, de la locura, de los datos que nunca son verdad y mi relación con el Pelado, que lo tengo de hijo y siempre lo jodo. Así que esperemos que todos aquellos fanáticos de La Gambeta que nos siguen por streaming se den una vuelta por el teatro y se diviertan y la pasen lindo, que es un poco lo que nosotros buscamos.
—¿Y cómo nació La Gambeta?
—La Gambeta es un segmento que sirvió como piloto, antes de que empezara Sin Codificar. Después era un segmento del programa, que lo hacíamos generalmente cuando había Copa América o cuando se inauguraba un mundial. Siempre hacíamos el programa La Gambeta, un vermutódromo deportivo. Es un programa que desinforma, más que un programa deportivo, porque de lo que menos hablamos es de deporte. Esa es un poco la gracia. Por ejemplo, se plantea cómo va a jugar Boca, y alguien informa que van a entrar 11 a la cancha y nada más, no sabe más nada. Y después se va por las ramas hablando de mitología griega, de historia romana, nada que ver, cualquier cosa. Es un delirio en el que vamos tocando mil cosas. O sea que el fútbol es un pretexto.
—¿Entre ustedes hay rivalidad futbolera? Por ejemplo, un Boca-River no los debe dejar indiferentes…
—No, no, porque justo fijate que ninguno de los cuatro es de Boca ni de River. Yayo es de Belgrano de Córdoba, después el Pelado Martín es hincha de Gimnasia de La Plata, el señor Luis Rubio, de Rosario Central a muerte, y bueno, yo soy de San Lorenzo, del Cuervo. En realidad, a veces se pica porque yo picanteo un poco con Uruguay y los jodo con que tenemos cuatro estrellas y ustedes tienen tres.
—Y vos, como uruguayo, debés ser de Peñarol, ¿o no?
—No, nada que ver. Mis padres eran de Nacional, pero después siempre me llamó mucho la atención un cuadro del barrio, que era Racing Club. Ahí, ya a los 13 años, empecé a jugar, hice inferiores y ya me hice hincha de Racing. Así que yo soy hincha de Racing de Montevideo. Es un equipo que ahora es un SAD, compró una parte de Fernando Cavenaghi. Y la verdad que agradecido porque era un cuadro muy humilde, muy chico siempre casi a al fondo de la tabla, muchos años en la divisional B. Ahora hace un par de años estamos en la A, y ya hace tres temporadas que vamos a sudamericanos, lo cual es maravilloso para nosotros.
—¿Vos le hacés al fútbol o sos medio patadura?
—No, no, juego al fútbol. Tenemos un grupito con el que jugamos todos los lunes. Me apasiona el fútbol siempre. Soy un futbolista frustrado. Claro que el fútbol está en mi vida siempre.
—¿Y ahí, con los muchachos de La Gambeta, se arman picados o no?
—Hemos jugado un partido que nos invitaron de un streaming que se llama Doble Mérito. Los chicos de Doble Mérito siempre juegan contra algún otro streaming. Y nos fue bien. Empatamos 7 a 7 y fuimos a penales y ganamos por un penal. Tenemos un partido jugado, uno ganado.
—Contame un poco cómo es la cocina interna de La Gambeta. ¿Improvisan o hay un guion?
—La improvisación está a flor de piel, porque es lo que mejor nos sale y nos gusta mucho improvisar. Cada uno siempre tiene una parte. Eber, por ejemplo, tiene secciones. Por ejemplo, cómo sabés cuándo a un jugador lo podés elegir para un fútbol cinco, si es bueno o si es malo. Y después el Pelado tiene las efemérides, que son inventadas y dice cualquier disparate. Después yo siempre tengo una sección en la que te voy mostrando jugadores olvidados, por ejemplo, y cuento qué es de la vida de ellos ahora. Después, cuando viene el invitado, es sin red, o sea, es muy improvisado todo. Pero tenemos varias otras cositas. A mí me encantaba un humorista español que se llama Eugenio y que ya murió. Pero me dije, "¿Por qué no traerlo de vuelta a la vida?”. Así que cuento algunos chistes que vienen de ese lado, un poco en homenaje.
—¿Es la primera vez que se van a presentar con La Gambeta acá en Mendoza?
—Totalmente, la primera vez.
—¿Vienen sin Yayo?
—Es que todo se ha ido dando medio de sorpresa. Y a veces a algunos lugares no todos podemos ir, porque cada uno tiene sus compromisos de trabajo también. Y hay que ver quién puede. Ahora, por ejemplo, no podía venir Yayo, ya que tenía compromisos pactados. Pero entra desde el banco Homero Pettinato. Homero es un amigo y siempre ha estado en La Gambeta, en varios programas y también es muy gracioso. Entonces Homero va en reemplazo. Como suplente de Yayo le tocó entrar. Nosotros teníamos otra fecha pactada en Mendoza, pero se tuvo que suspender. Yayo no puede, pero está Homero, siempre a la orden. Así que, todo bien, va a salir bárbaro, aparte ya lo hicimos en Córdoba y la gente quedó recontenta.
—¿Y la gira es por todo el país? ¿Cómo surgió este tour de La Gambeta?
—En realidad esto surgió porque en Buenos Aires, ahí en la calle Corrientes, en el Teatro Broadway, dijeron: “Che, hay una fecha libre. ¿Se animan a hacer el streaming en vivo así, como una obrita de teatro?”. Aceptamos y fue como una prueba. Llamó la atención porque llenamos el teatro, había como 1.500 personas. Hicimos como dos o tres más y después empezaron a pedirnos el interior. Y todo se fue dando muy bien. Ya lo hicimos en Córdoba y la gente quedó recontenta. Estoy seguro de que va a estar bárbaro también en Mendoza.
La charla con Pichu Straneo deja en claro por qué La Gambeta conquistó tanto al público del streaming como al de los teatros. Su humor, basado en la espontaneidad y el absurdo cotidiano, se combina con la química del grupo y una dosis exacta de improvisación. No hay libreto fijo ni estructura rígida: solo la garantía de pasarla bien. Y en tiempos en que la solemnidad parece contagiosa, La Gambeta recuerda que reírse —de uno mismo, del fútbol y del mundo— sigue siendo la mejor manera de gambetear la rutina.