En un Ángel Bustelo repleto, Los Auténticos Decadentes celebraron anoche con un show potente y con conexión total con el público. La noche arrancó con una intro orquestal en pantalla, y la banda entrando compacta, percusión al frente y con sus destacados atuendos.
Sonó entonces “La guitarra”, un clásico consagratorio de los Auténticos, cuyo clip musical destacaba la presencia del recordado ex-árbitro Guillermo Nimo y que, por su letra, es casi una declaración de principios de la banda: “Yo no quiero trabajar; no quiero ir a estudiar; no me quiero casar… Quiero tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamore de mi voz”.
Y ese deseo explícito en este gran hit fue correspondido por el público mendocino, que en seguida se sumó con coros a toda voz. Un inicio bien “arriba”, como se esperaba para esta banda que vino a Mendoza a celebrar sus ininterrumpidos 30 años en la escena musical nacional y latinoamericana. En la misma sintonía, el show continuó con “Me morí de risa”, una oda al disfrute de la vida y “a borrar las penas”.
Con un sonido afilado y en plena armonía de una banda que demuestra con maestría su experiencia en escenarios y shows multitudinarios, Cucho Parisi agradeció la presencia de todos y pidió aplausos para sus fans, por su gran fidelidad y por acompañar su camino musical.
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Cucho, sonrisa y desparpajo: frontman en modo anfitrión, humor y guiños al público mendocino.
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Llegó el momento de " Corazón", de la mano de Jorge “Perro viejo” Serrano, uno de los integrantes más queridos de la banda, que generó la ovación total del público. Coros, bailes y gags entre los miembros fueron generando el característico clima festivo de la banda.
El Perro siguió con otro favorito del público y un clásico de toda fiesta argentina: "Diosa". Antes de continuar con la próxima canción, el cantante expresó emocionado su gran alegría de estar en Mendoza. Y el clima eufórico se mantuvo intacto, ya que el repertorio siguió con “Amor”, grabada en colaboración junto a la artista chilena Mon Laferte en su unplugged, y que rápidamente se convirtió en otro hit.
Cucho retomó la palabra para hablar de su gran fanatismo por Mendoza y sus vinos, y mencionó el propio vino de la banda, que lleva el nombre homónimo del disco (“Mi vida loca”). Esta intro dio el pie a las emblemáticas canciones “Pendeviejo” y “Los piratas”, que fueron acompañadas con entusiasmo por el público. Sin dudas, uno de los momentos más eufóricos y divertidos del recital.
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El todo sobre las partes: identidad colectiva, sello Decadente.
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El show continúo con la interpretación de Diego Demarco de las tan tarareadas “Besándote”, “ El gran señor” y “Turdera”, una oda a la vida en un barrio tranquilo y a las pequeñas cosas que hacen que un lugar se sienta como hogar.
Voces y personajes: show que sostiene el mito de Los Auténticos Decadentes
En un diálogo permanente con un público receptivo y muy alegre, Cucho presentó a un “amigo que conoció hace 40 años, que le comentó que vivía de la música y que ya a sus 24 años había escrito su primera canción”: Martín "Moska" Lorenzo. Fue el turno entonces de “Las miradas”, en una performance de baile y canto del artista.
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Bronces al rojo vivo: la línea de vientos, identidad sonora y empuje en cada estribillo.
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Antes de seguir con las canciones, Cucho volvió a mencionar al Cabernet de banda, haciendo un paralelismo del buen devenir del vino y la edad. “Nos ponemos mejor con el tiempo”, remató divertido.
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El Bustelo, un solo coro: todo el público cantando a puro pulmón y emoción.
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El repertorio siguió con “Qué vas a hacer conmigo”, una canción de desamor; “ Sigue tu camino”, una arenga a seguir adelante pese a todo; y el clima se revolucionó cuando Cucho adelantó que seguía un clásico de una banda que admiraban mucho y que tenía gran influencia en el rock nacional: Sumo. “Viejos vinagres” fue un momento catártico y celebrado por todos los asistentes que acompañaron a plena voz y aplausos, en sintonía con el espíritu siempre joven y desenfadado de los Decadentes.
Y cuando parecía que el show había llegado a su clímax, la banda aplicó su fórmula infalible para hacer delirar el sentir y el cantar popular, entonando su himno “Vení, Raquel”. Sin dudas, una de las canciones más cantadas no solo por los “mayores” sino también por los cientos de adolescentes y jóvenes que no quisieron perderse esta gran cita.
En una alternancia cómplice entre Cucho, el Moska y Jorge Serrano, fue el turno del “Perro viejo” quien interpretó los temas “Un osito de peluche de Taiwán” (en el top five de los fans, y que el cantante dedicó a dos chicas que sostenían una bandera que rezaba que “los escuchaban desde la panza”), “El pájaro vio el cielo y se voló” y una melancólica versión de “ La chica del sur”.
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Jorge Serrano, uno de los integrantes más aplaudidos y queridos de la banda.
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Con el público muy “arriba” y en total complicidad con el repertorio que la banda iba proponiendo, Cucho le dio la entrada a Nito Montecchia, quien interpretó una melódica “Mil noches”. El show siguió con “La prima lejana”, en la voz de Diego Demarco. El conjunto alternó protagonistas sin perder cohesión: la marca Decadente.
La segunda sorpresa guardada por la banda fue la interpretación de otro clásico argentino “Costumbres argentinas”, que fue coreada por los miles de asistentes que coparon el auditorio. Y esa argentinidad siguió encendiendo al público al preguntar Cucho si todos eran fans de la Selección. ¡Síiiii!, fue la respuesta que dio pie a populares canciones como “Aguinaldo”, “Esta locura” y “El murguero”, “Cómo me voy a olvidar” y “Gente que no”; todas cantadas a plena voz por los fieles y agradecidos fans, que no dejaron de cantar y acompañar ni un momento. Hubo un momento de improvisación en que Cucho aprovechó para presentar al resto de los músicos y sus plomos.
Citas, guiños y pulso nacional
Casi llegando al cierre fue el momento de su himno de identidad, “Somos”, que volvió a llevar muy arriba a todos los asistentes, y el momento en que la banda aprovechó para despedirse de un público mendocino alegre y dispuesto.
Ante al pedido de “Otra, otra”, la banda cumplió y ofreció sus inolvidables temas “Loco (tu forma de ser)” y “Siga el baile”. Un momento muy especial se vivió cuando Moska invitó al escenario a una familia fanática de la banda y los incentivó a cantar. Una prueba de que esta banda tiene adeptos padres, madres y que son legados a sus hijos.
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Moska invitó al escenario a una familia fanática de la banda, mostrando la cercanía y carisma popular de la banda.
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Cerrando el show, Gastón “El Francés” Bernardou apareció en una divertida escena como bombero y arrojó agua a los presentes, al cántico de “no nos vamos nada”. Juego, complicidad y risas en una completa comunión entre banda y público. Fue el momento de la canción “Y la banda sigue”, con total ovación de sus fans. Cabe destacar que, pese a que nadie se quedó sentado en su silla, el público respetó la distancia del escenario y la seguridad estuvo a la altura de un auditorio colmado y muy entusiasmado.
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Despedida en ronda: abrazo de banda y promesa de regreso.
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Cucho Parisi, frontman de la noche, agradeció emocionado la presencia de todos los asistentes.
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Si algo ratifica esta gira es que "Mi vida loca" no es solo memoria: es un repertorio vivo que se hereda. Treinta años después, el disco que dinamitó etiquetas devuelve una certeza: cuando el oficio abraza la fiesta, la canción se vuelve patrimonio.
En síntesis, este gran show de los Auténticos Decadentes es la prueba más evidente del porqué de su vigencia en la escena artística argentina y el amor total de sus fans en estos 40 años de posicionamiento nacional e internacional. Sin dudas, la banda seguirá tocando… Y por muchos años más.