Con la fórmula de los grandes romances cinematográficos, que marcaron los años noventa, pero el aroma a perfume francés, una nueva comedia romántica lidera en Netflix para renovar la fórmula del amor entre dos mundos opuestos. La versión invertida de “Un lugar llamado Notting Hill”, protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant.
“French Lover” está dirigida por Nina Rives y escrita junto a Noémie Saglio y Hugo Gélin. La película adapta la serie israelí “Ish Hashuv Me’od” y propone un juego de espejos entre la celebridad y la vida anónima.
¿De qué trata la comedia romántica “French Lover”?
Embed - French Lover | Tráiler oficial | Netflix
La historia gira en torno a Abel Camara (Omar Sy), un actor famoso que atraviesa una crisis de identidad y se siente prisionero de su propia imagen. En el otro extremo, Marion (Sara Giraudeau) es una camarera que sobrevive con trabajos precarios tras un divorcio y busca estabilidad sin renunciar a su independencia. Cuando sus caminos se cruzan por accidente, el choque entre ambos mundos se convierte en el punto de partida de una relación tan improbable como inevitable.
La directora apuesta por los códigos clásicos del género —malentendidos, encuentros fortuitos, choques culturales— pero los revisita con un tono contemporáneo. A diferencia de las típicas historias donde la estrella ilumina al personaje común, “French Lover” invierte el eje: es Marion quien enseña a Abel a reconectarse con lo esencial, en un relato que reflexiona sobre cómo la exposición pública puede distorsionar lo íntimo.
No son Julia Roberts ni Hugh Grant, pero la química de los protagonistas no tiene nada que envidiarles.
No son Julia Roberts ni Hugh Grant, pero la química de los protagonistas no tiene nada que envidiarles.
gentileza
Omar Sy despliega su habitual carisma, mientras Giraudeau aporta una frescura que sostiene la tensión romántica incluso en los pasajes más predecibles. Su química, más contenida que explosiva, encaja con la mirada melancólica que domina la historia.
Lejos de reinventar la comedia romántica, "French Lover" demuestra que el género sigue vivo cuando apuesta por personajes con contradicciones reales.