20 de diciembre de 2025 - 07:00

Juan Falú: "La memoria es la única salvaguarda de una libertad en serio"

El guitarrista y compositor presenta “Coplas sonoras de la tierra nuestra”, un proyecto que une música, poesía y paisaje en un intercambio cultural argentino-chino que reivindica la tierra como raíz de identidad y pertenencia.

Juan Falú llega a Mendoza con un proyecto que condensa buena parte de las ideas que atraviesan su obra y su pensamiento artístico: la música como territorio, la memoria como forma de resistencia y el paisaje entendido no como postal, sino como raíz cultural. Guitarrista fundamental del folclore argentino, compositor, docente y referente de varias generaciones, Falú vuelve a poner en primer plano una mirada que dialoga con la tradición sin fijarla en el pasado, sino activándola en el presente.

En “Coplas sonoras de la tierra nuestra”, el concierto que presentará este sábado en el Espacio Cultural Julio Le Parc (con entradas gratuitas que se pueden obtener en Entradaweb), Falú comparte escenario con Beti Plana, Polo Martí, Teuco Castilla, Florencia Bernales y el músico chino Su Yang, en una experiencia nacida del intercambio cultural argentino-chino. El punto de partida son coplas escritas por Leopoldo “Teuco” Castilla sobre cinco paisajes esenciales —la montaña, la pampa, los ríos, el desierto y la selva— que luego se transforman en canciones ancladas en lenguajes folclóricos profundamente ligados a cada geografía.

En esta charla con Estilo, Falú reflexiona sobre ese camino, sobre el sentido del intercambio cultural y sobre la vigencia de una batalla cultural que se libra, todavía hoy, con guitarras, palabras y canciones.

—¿Cómo surgió y cómo es “Coplas sonoras de la tierra nuestra”, el espectáculo que traen al Le Parc este sábado?

—La iniciativa parte de la Universidad de Congreso y particularmente de un espacio curricular que se dedica al intercambio cultural chino-argentino. Y que tiene en Mercedes Sola a la protagonista, digamos, quien desde hace años viene alimentando esta escena de intercambio cultural con actividades que son académicas y que incluyeron este proyecto de letras y músicas a partir del cual nos pusimos a trabajar. Entonces lo que hicimos fue aceptar la convocatoria de Mercedes, que se la hizo al poeta Teuco Castilla, a la cantante Florencia Bernales y, como músicos, a Polo Martí, a Beti Plana y a mí.

—¿Y cuál fue la propuesta concretamente?

—Crear un cancionero acotado a cinco paisajes argentinos, que fueron retratados en coplas por Teuco Castilla, unas coplas muy bellas y que obviamente no se quedaron en el paisajismo, sino en tomar esos paisajes esenciales como parte de las pertenencias culturales y memoriosas de nuestros pueblos. A partir de esas coplas hicimos canciones con música de Polo Martí y mía referidas a la cordillera, a los ríos, a la selva, al desierto y a la llanura.

Y tratamos de hacer música que tenga que ver en su lenguaje con los géneros folclóricos afines a cada uno de esos paisajes. Entonces, para la cordillera hicimos una cueca, para el desierto una tonada, para los ríos una mezcla de huaynos con canciones del litoral, porque los ríos vienen desde el norte, desde el noroeste, desde Bolivia y Paraguay y se van haciendo litoraleños. Y a la selva también, con una canción bella que hizo Polo Martí. Y, obviamente, a la llanura con una milonga, una milonga campera.

—¿Y cuál fue la respuesta desde China?

—Hemos recibido como devolución música del artista Su Yang, quien presentará “coplas de su tierra”. Con esta idea de mostrarnos, desde lo que consideramos pertenencias culturales profundas, armamos recitales; ya hicimos algunos de ellos y lo vamos a replicar en el Le Parc.

—Esto de qué manera se relaciona con la presentación que hacen también en Chacras, en homenaje al poeta Sola González.

—La relación viene porque Sola González es el padre de Mercedes y fue un gran poeta. Vamos a confluir en ambos escenarios, digamos. Entonces, una vez que finalicen las coplas sonoras, vamos a ir en bloque hacia ese homenaje, donde haremos un poco de música también.

—¿Y cómo es su vínculo con los músicos mendocinos?

—En realidad este grupo, que reúne a Polo, a Beti, a Teuco, a Florencia y a mí tiene largos años. Creo que justamente por ese vínculo es que nos hemos sentido muy a gusto de encontrarnos en este proyecto. Nos valoramos y queremos mucho.

—En su obra musical tienen mucha importancia la tierra y la memoria. ¿De qué manera siente usted que se expresan estos ejes en la presentación de este sábado?

—Bueno, justamente porque la fuente de inspiración de estas coplas sonoras está en estas tierras con sus grandes símbolos, que no son las postales turísticas, sino que son la fuente de inspiración de culturas, de lenguajes, de religiones, de memorias, de pertenencia. Y cuando hablamos de la cordillera representa eso, cuando hablamos de los ríos representa eso. Así que hay algo muy vinculado a la tierra y a la memoria en este concepto. Y me parece que sí, que cada uno en su especialidad, cada uno con su instrumento, somos personas que tenemos un centro de gravedad en nuestra tierra y en nuestras culturas regionales, que es el que nos inspira el quehacer artístico.

—Y usted como tucumano, ¿de qué manera se siente representado?

—Como tucumano, con la montaña, con la ciudad, porque es una ciudad con una intensa vida, con una noche muy habitada por cantores, por poetas, por guitarristas, por actores, por plásticos. Y lo asocio también con una universidad que sigue siendo en un faro, que es la Universidad Nacional de Tucumán. Y esas culturas proletarias y campesinas que inspiraron mucho arte en Tucumán. Me refiero a la zafra, sobre todo. Como para ustedes es el vino, para nosotros es la caña de azúcar, una gran fuente de inspiración de todas las manifestaciones artísticas.

—Todo este trabajo sobre el folclore y la poesía nativa, en un formato como la copla, enfrenta hoy un desafío enorme en su confrontación con lo que impone el mercado, la música extranjera o una música latina pasatista, ¿cuál es su reflexión al respecto?

—Somos conscientes de que estamos dando una batalla cultural, la asumimos y la damos con nuestras herramientas, que son la poesía, el canto y los sonidos que están en nuestras memorias y desde allí planteamos esta resistencia. Pues sabemos que la batalla es difícil, porque las redes imponen otras culturas, otras conciencias y sobre todo imponen un consumo que valora lo efímero. Porque cuanto más efímero es lo que se consume, más rápido se puede vender el próximo producto. Y entonces, frente a eso, nosotros nos plantamos con la memoria, que no es solamente la memoria individual, sino que es sobre todo una memoria colectiva. Reivindicamos esa memoria como la única salvaguarda de un destino de libertad en serio, y de justicia para los pueblos.

—Le agradezco por su tiempo, Juan.

—Gracias a usted, querido. Y no deje de poner que es un gusto para mí ir a Mendoza. No deje de poner eso. Me encanta ir a Mendoza y empaparme de tonadas y de cuecas. Soy un gran admirador de la cuyanía musical, pero gran admirador. Y siempre aprendo.

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