Gustavo Cordera se presentará en Mendoza el próximo viernes 26 de setiembre en 23 Ríos Craft Beer (entradas a la venta en Flashpass.com.ar), un espacio en Luján de Cuyo que viene consolidándose como punto de encuentro para recitales de figuras nacionales e internacionales. Allí, desde las 21, en el marco de la gira Caravana Tour 2025, el exlíder de Bersuit Vergarabat ofrecerá un espectáculo en el que promete repasar grandes clásicos de su trayectoria junto a material de sus discos como solista.
Cordera viene de semanas agitadas luego de la entrevista con Pedro Rosemblat en el streaming Gelatina, donde el músico intentó hacer un nuevo descargo para despejar la cancelación que pesa sobre él desde 2016, cuando realizó desafortunadas declaraciones ante un público de estudiantes de la carrera de periodismo en Buenos Aires. La presencia del cantante en Gelatina y luego en otros medios, al parecer, no hizo más que reavivar las viejas heridas. Sus declaraciones allí desataron una corriente de comentarios críticos, tanto en las redes como en otros canales de streaming, reacciones de las que no se salvó ni siquiera el propio Rosemblat como entrevistador. A raíz de esta situación, el músico decidió dar de baja a una entrevista que tenía pactada con Los Andes para esta semana.
Los cierto es que Cordera estará el fin de semana próximo en Mendoza para presentar su show y que Bersuit Vergarabat, la banda que fundó a finales de los años 80 en Buenos Aires, fue una de las más influyentes de la escena rockera argentina durante los años 90 y comienzos del nuevo siglo.
Con la voz de Cordera al frente, canciones como "Señor Cobranza" (popularizada en la versión de Bersuit pero compuesta por Las Manos de Filippi), "El tiempo no para" (cover de Cazuza que se volvió himno generacional en la Argentina de fines de los 90) y "La bolsa" reflejaban un espíritu de crítica social y denuncia, con letras que señalaban las desigualdades y la corrupción política.
El grupo alcanzó su consagración masiva con Libertinaje (1998), disco producido por Gustavo Santaolalla, que incluía "Yo tomo", "Sr. Cobranza", "La bolsa" y "Murguita del sur". Allí se consolidó la combinación de ironía, irreverencia y compromiso político que distinguió a la banda. Luego vendrían Hijos del culo (2000) y La argentinidad al palo (2004), dos álbumes que no solo sumaron hits radiales como "La flor de la canela", "Un pacto", "El baile de la gambeta" o la misma "La argentinidad al palo", sino que también confirmaron a Bersuit como banda capaz de llenar estadios y de conectar con públicos diversos, de jóvenes rockeros a oyentes de música popular.
Más allá de los temas contestatarios, la voz de Cordera se asoció también con canciones de mucho carisma como "Mi caramelo", "Toco y me voy" o "Negra murguera", que se transformaron en clásicos que siguen sonando en peñas, fogones y reuniones.
Carrera solista
En 2007, con dos estadios de River Plate repletos, el grupo confirmó su lugar en la historia grande del rock argentino. En 2009, tras más de dos décadas al frente de la banda, Cordera decidió alejarse de Bersuit para iniciar un camino propio. Lo hizo con Suelto, un disco en el que exploró otros climas, más electrónicos y personales, acompañado por La Caravana Mágica, un grupo de músicos que lo siguió en la nueva etapa.
Con esta formación lanzó La caravana mágica (2010), que incluyó el éxito "La bomba loca", tema que mostró un costado más festivo y bailable, y lo acercó a nuevos públicos. Le siguieron La caravana mágica vol. 2 (2012), Cordera vivo (2013) y Tecnoanimal (2015), donde volvió a experimentar con sonidos electrónicos y letras de fuerte carga poética.
En estos años, Cordera consolidó una identidad solista que dialogaba con su pasado pero no se ataba a él. Canciones como "Soy mi soberano", "Estoy Realidad" o "Asalto de cumbia" mostraban un interés por reflexionar sobre la libertad individual, la espiritualidad y la relación con el poder.
En 2016, el rockero quedó en el centro de una fuerte controversia cuando, en una charla con estudiantes de periodismo, pronunció declaraciones sobre género y sexualidad que fueron consideradas misóginas. Sus dichos, algunos de los cuales rozaron la apología de la violación (“hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo”), generaron repudio inmediato de colectivos feministas, artistas y de una gran parte de la opinión pública.
Las consecuencias fueron duras: se cancelaron varios de sus conciertos, perdió contratos de presentación y enfrentó un proceso judicial por “incitación a la violencia colectiva”. Aunque luego fue sobreseído, el episodio marcó un antes y un después en su relación con la industria musical y con parte del público.
Desde entonces, su carrera se replegó a circuitos más alternativos, con menor exposición mediática pero con la fidelidad de un núcleo duro de seguidores que continuó acompañándolo. Cordera se defendió alegando que sus frases habían sido sacadas de contexto y que formaban parte de un “ejercicio de provocación”, pero lo cierto es que su figura quedó atravesada por el debate sobre los límites del discurso en el arte y la responsabilidad pública de los artistas.
Pese a la controversia, Cordera nunca dejó de producir. En 2018 editó Entre las cuerdas, un álbum intimista que recuperó guitarras y melodías más orgánicas, y en 2021 lanzó Cuerpo, un trabajo que combinó introspección lírica con experimentación sonora.
Sus últimos shows han tenido un formato más cercano, con fuerte interacción con el público y un repertorio que mezcla sus clásicos de Bersuit con las composiciones de su etapa actual. Mendoza, donde cuenta con un público que lo ha seguido en distintas etapas, se prepara ahora para reencontrarse con esa voz potente y expresiva que marcó a varias generaciones.
El show del próximo viernes en 23 Ríos Craft Beer tendrá, según se anticipa, un recorrido por las canciones más representativas de la carrera de Cordera: desde "El baile de la gambeta", "La bolsa" o "La argentinidad al palo" hasta "La bomba loca" y sus composiciones más recientes. El interrogante estará puesto en cómo el público mendocino recibirá a Cordera, entre la nostalgia por los himnos que marcaron época, la cancelación y la curiosidad por su presente creativo.