Este domingo 29 de junio, a las 20 hs, el Teatro Independencia será escenario de una noche profundamente emotiva: la celebración de los 80 años de vida del Chiquito Silione, referente indispensable del folklore y la cultura mendocina. El espectáculo, titulado “Canto a la Vida” (las entradas se consiguen en Entradaweb o en boletería del teatro), no sólo recupera sus canciones y su historia como músico y poeta, sino también su dimensión humana y familiar.
En esta entrevista con Estilo, Gladys Silione, una de sus hijas y parte clave de la producción general del evento, repasa las raíces de esta propuesta, la influencia de su padre en la vida de sus cinco hijos, la participación de artistas invitados, y el deseo profundo que impulsa este homenaje: que Chiquito pueda verse reflejado en su arte y en el amor que supo construir a lo largo de ocho décadas.
—¿En qué va a consistir el espectáculo?
—En un recorrido por la música de mi viejo, recopilando las piezas que consideramos fundamentales. Vamos a hacer canciones que compuso cuando tenía 18 años, con su conjunto de aquel momento, hasta las últimas que alcanzó a componer y de las que, de hecho, no hay registro. Ahora vamos a hacerlas para que queden registradas también.
—¿Cómo se llamaba aquel conjunto con el que empezó?
—Lo armó a los 17 años y se llamaba Los Mendocinos. A él le gustaba mucho el folklore de aquellos momentos, pero siempre tuvo esta determinación de hacer lo propio. Desde muy chiquito empezó a conectar con esta faceta de la composición y ya más adelante fue puliendo sus recursos y sus posibilidades. Así es que se podría decir que Los Mendocinos empezaron como un proyecto casi adolescente y terminaron siendo un conjunto reconocido. Fueron a Chile y tuvieron varias propuestas y posibilidades. Pero, bueno, después por la vida, porque se iban casando y demás, empezó el grupo a disolverse. El viejo quiso seguir, quiso reestructurarlo, pero era muy difícil en la época también. La mayoría de los integrantes empezó a llevar vida familiar. No mucho tiempo después le tocó a él también.
—¿Sos la hija mayor?
—Soy la cuarta de cinco.
—Y tu viejo para seguir con su vocación los fue integrando a ustedes, a los hijos, a la música también, ¿no?
—Claro, todo lo que vino después no tiene que ver con la fama, el reconocimiento o lo que se denomina éxito para la mayoría. Fue un éxito para él como artista y como padre. Ambas tareas las ha desempeñado con una pasión y un amor indescriptible, nos crio con su música y con la música. Desde muy chiquitos mi viejo nos ha escrito un diario a cada uno de sus cinco hijos. Todos los domingos él se sentaba a relatar las anécdotas y experiencias, desde que supieron que mi mamá estaba embarazada por primera vez. Desde ese entonces la conexión con las letras, porque nos gustaba ver qué había escrito, cómo lo había escrito y, por otro lado, la música, porque él nos enseñaba alguna partecita o sacaba una canción. Con ese diario nos iba construyendo, a cada uno en su área, porque además, bueno, cada uno sacó una virtud diferente, que eso también es lindo. Y desde muy chiquitos en los cumpleaños familiares era, bueno, la canción emblemática, la que cierra el espectáculo, que se llama justamente Canto a la esperanza y termina diciendo que es un canto a la vida. Nos dividíamos los cinco hijos una partecita. Amábamos ese momento y lo esperábamos para cantar esa canción adelante de la familia.
—¿Y los cinco hijos salieron músicos?
—Facu, que es el quinto, es productor musical, autor, compositor, cantante, es un músico extraordinario. Yo soy cantante, después devenida en actriz y en productora y guionista. Víctor es violinista y también productor musical, tiene un estudio de grabación y es un músico sumamente reconocido y querido también en la provincia. Y después Sole, que estudió comunicación social, o sea: lo suyo fueron las letras y la expresión desde la palabra. Y Aníbal, que es el mayor, es psicólogo, pero logró llegar a esta profesión deseada y anhelada gracias a que pudo recibirse de maestro de música antes. Entonces trabajaba de maestro de música, con mucho cariño lo hizo durante un tiempo de su vida para poder estudiar psicología. Todos de una u otra manera hemos sido atravesados por el arte.
—Tu mamá también debe haber puesto lo suyo, ¿no?
—Mi vieja no tiene vinculación con la música. Se pusieron de novios muy chiquitos, mi mamá tenía 17 años, y desde entonces comparten la vida. Y ha sido la compañera que aportó la valentía, el amor, el no bajar nunca los brazos, el descubrir las mil y una forma de hacer las cosas más allá de lo establecido. Creo que sin ese acompañamiento de mi vieja, con todas esas virtudes, no sé si estaríamos sus hijos donde estamos, porque todos aprendimos a pelearla contra viento y marea y a no darnos nunca por vencidos. Eso sin duda es el costado maravilloso que aportó mi madre, y entre los dos hicieron un equipo fantástico.
—¿El repertorio que van a presentar son todas canciones compuestas por Chiquito?
—Exactamente. Son todas canciones que fue componiendo a lo largo de su vida, algunas en su adolescencia y otras más nuevitas, que ni siquiera han tenido posibilidad de ser grabadas. Así es que esto es una forma de mostrarle a él lo que ha hecho, porque no estamos tan seguros de que sabe cuánto y cuán maravilloso es lo que hizo. Es una forma de que él pueda disfrutar de su arte y de reconocerlo no sólo en sus hijos sino en artistas increíbles que van a estar en ese escenario y que vamos a tener el privilegio de compartirlo con ellos, músicos extraordinarios de la provincia.
—¿Qué músicos?
—El Pablito Quiroga en la batería, la Gabi Fernández con su voz encantadora, el Lisandro Bertín, que es un mago del folklore; va a estar el Javi Guajardo, en bajo; el Facu Silione, en las teclas y cantando, Laureano Busse en la guitarra. El Víctor Silione, por supuesto, en el violín y con la dirección musical; yo voy a estar con el canto. El Mati Gorordo y el Mati García Calcumil en la percu, va a ser un set de tres percusionistas talentosísimos. Y vamos a tener invitados: Javier Romero, también con la guitarra, Raúl Zamarián, sobrino de mi viejo, va a cantar una canción, y va a estar el Edu Salvatierra también. Un bandón, mucha gente con mucho talento, pero fundamentalmente con muchas ganas de hacer esto posible y de compartirlo.
—¿Y hay algún proyecto para dejar esto grabado?
—Es la idea, es la idea. Víctor está ahí este armando todo ese proceso, la idea es grabar directamente del vivo del teatro. Pero en principio es compartir, es difundir, es honrar, es celebrar. Creo que lo que más nos motiva es celebrar la vida del Chiquito, y qué mejor que a través del arte.