De las páginas de los Cahiers du Cinéma a la pantalla grande hubo apenas un paso, pero fue un salto sísmico. Éric Rohmer, Jacques Rivette, Claude Chabrol, François Truffaut y Jean-Luc Godard comenzaron como críticos con pluma afilada y terminaron dinamitando el cine desde adentro. Sus películas, como sus textos, se propusieron ir a contramano de lo establecido. Y así surgió la nouvelle vague.
Ese espíritu rebeld marcó a generaciones enteras de cinéfilos. Entre ellos, a un joven Richard Linklater, que quedó deslumbrado por esa forma de hacer cine con libertad absoluta. Hoy, el director de la bella trilogía "Antes del amanecer" y de la colosal "Boyhood" vuelve la mirada hacia ese momento fundacional para rendir homenaje a un punto de quiebre histórico: el instante en que Godard filmó "Al final de la escapada" y encendió la mecha de la "nueva ola". " Nouvelle vague", el filme en cuestión, estrena este jueves 1 de enero en las salas argentinas.
Un movimiento que cambió el cine
Rodada en 1959 con métodos tan poco ortodoxos como su propio autor, "Al final de la escapada" fue la proa de un movimiento que parecía no tener fronteras. Y de eso va "Nouvelle Vague", ya que se sumerge en aquellos veinte días caóticos y febriles en los que Godard, sin un guion cerrado y con una intuición casi insolente, que dio forma a una de las obras más influyentes del cine contemporáneo mientras casi nadie a su alrededor entendía —o creía— lo que estaba pasando.
Embed - Trailer de Nouvelle vague subtitulado en español (HD)
La gestación de esa ópera prima que cambió para siempre la forma de concebir y filmar películas es el corazón del relato. En aquel rodaje nada fue convencional: Jean Seberg, una estrella internacional que venía de trabajar con Otto Preminger en "Buenos días, tristeza", compartía escena con un actor prácticamente amateur llamado Jean-Paul Belmondo. Godard improvisaba diálogos, hablaba durante las tomas, rompía el raccord y parecía avanzar a puro instinto, aunque con una claridad feroz sobre lo que quería. El resultado, desde el punto de vista de la producción, fue un desorden legendario, sembrado de anécdotas que hoy forman parte del folclore cinéfilo.
El elenco principal está encabezado por Aubry Dullin como Jean-Paul Belmondo, Guillaume Marbeck como Jean-Luc Godard, Zoey Deutch como Jean Seberg, Bruno Dreyfürst como Georges de Beauregard y Benjamin Cléry como Pierre Rissient.
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La figura de Godard que emerge en "Nouvelle Vague" no se aleja demasiado del mito: un genio huraño, provocador, tan brillante como irritante. Para evitar que el espectador se pierda en ese enjambre de nombres propios, la película aclara en pantalla quién es quién cada vez que aparece un personaje.
El filme también se detiene en las tensiones del rodaje: los choques entre Godard y el productor Georges de Beauregard, y el vínculo tirante con Jean Seberg, probablemente la integrante del equipo que más llegó a detestar al director.