En un tiempo de conciertos abrumados de artificio, la propuesta de Roger es casi un manifiesto: volver a la palabra, a la emoción desnuda, a la voz que se quiebra porque no hay otra manera de decir. Una voz que se anima a bajar el volumen para que el público complete el sentido.
Elena Roger
Elena Roger y el pianista Nicolas Guerschberg
Mercedes Otero
En la charla con Los Andes, Elena Roger, habla de su presentación en Mendoza, recuerda su infancia imitando a Julio Bocca en el patio de su casa, los grandes escenarios del mundo, encarnar a Evita y a Piaf, y cuenta, con enorme sencillez, la organización doméstica con su pareja para poder hacer giras mundiales.
-Has estado varias veces en Mendoza y ahora volvés con un formato diferente. ¿Cómo fueron tus experiencias previas en la provincia y qué expectativas tenés para este nuevo concierto?
-Sí, ya he estado en Mendoza en distintas oportunidades. Presenté un repertorio de María Elena Walsh junto a la Sinfónica, también participé con Escalandrum haciendo Piazzolla, nuevamente con la Sinfónica, así que son varias las veces que tuve la oportunidad de estar allí. Sin embargo, esta es la primera vez que voy con un concierto más íntimo, con piano solo, acompañada por Nicolás Guerschberg. Es una conexión que yo logro hacer con el público muy hermosa, es como si estuviera en el living de mi casa, pero yo estoy vestida bien y con zapatos altos. Y el recorrido del repertorio es muy ecléctico, sin embargo, encuentra unidad en el sonido del piano. Por supuesto, no van a faltar los guiños a personajes que me identifican, como Evita y Piaf, porque el público los espera y yo disfruto volver a interpretarlos. También habrá fragmentos de Los miserables, que hice siendo muy joven, además de boleros, tangos de Piazzolla y canciones de María Elena Walsh.
Es una experiencia y un sonido muy amable, así que los invito a venir a disfrutarlo conmigo. Es una experiencia y un sonido muy amable, así que los invito a venir a disfrutarlo conmigo.
Con respecto a Mendoza, tengo un recuerdo muy lindo porque siempre me pareció un lugar bellísimo. Y no puedo dejar de mencionar una experiencia inolvidable: en 2018 participé de la Fiesta de la Cosecha estando embarazada. Me acuerdo que me ponía al lado de los barriles de vino y bromeaba diciendo que era como un barril más. Fue un momento muy especial que guardo con mucho cariño, y me emociona pensar en volver ahora con este nuevo formato, más pequeño e íntimo.
-Cuando la música y el teatro te empezaban a formar parte de tu vida, ¿cuáles son tus primeros recuerdos en relación a ese momento?
- En principio yo comencé siendo bailarina, estudié danza y después en la adolescencia empecé a estudiar canto. Cuando tuve que decidir qué carrera elegir, me aboqué a la música. Yo ya era profesora de danzas pero también quería ser profesora de música y de canto. Entonces, empecé a estudiar eso y cuando tuve la oportunidad de de audicionar para Pepe Cibrián comencé mi carrera. Ahí se empezó como a abrir todo un mundo de lo que realmente me gustaba y me fascinaba hacer. Y la realidad es que las primeras veces, mientras estaba esperando salir a un escenario y tener una excitación tal de decir, "Esto es lo que quiero hacer toda mi vida. Yo con eso ya estoy feliz”.
Elena Roger
Mercedes Otero
-Es una bendición tener tan claro desde chica lo que querías ser
-Sí, y manejar las frustraciones también, porque vos elegís una profesión que te gusta y te pagan por hacerla, es tu manera de subsistir. Pero también en ese camino puede haber un montón de frustraciones. Eso fue como una claridad que tuve en un momento que pensaba: "Podría ser contadora, arquitecta, lo que sea, pero ninguna profesión me da la certeza de que me va a ir bien." Entonces, tenía la seguridad de hacer algo que me guste porque si no me iba bien, por lo menos hacía hago algo que me gusta.
-Me llama la atención que empezaras como bailarina…
-¿Por qué te llama la atención?
- Porque normalmente las personas que practican artes kinestésicas no tienen cualidades para otras, como la música o el canto.
- ¿A qué te referís con kinestésica?
- Que se manejan con el cuerpo, los bailarines o deportistas…
- Claro, pasa es que yo empecé a bailar porque veía las películas que pasaban los sábados a la tarde con Jerry Lewis, Dean Martin, Grace Kelly, Lolita Torres, Doris Day, Palito Ortega, en las que había siempre canción, baile, era como la comedia musical. Yo crecí con eso, entonces a mí me gustaba. De hecho, lo que primero quiero bailar es tap, que es el zapateo americano. Después me gustaba Julio Bocca cuando él empieza a salir al mundo. Me acuerdo que me había agarrado así como una sensación de libertad de verlo bailar, me encantaba, así que yo me había puesto a bailar en el patio de mi casa. Era una cosa increíble que me pasaba. Pero además se escuchaba mucha música en mi casa estaba todo junto: el baile, el canto y la música. Estudié guitarra cuando era chica y después estudié órgano, pero veía a alguien que cantaba y también quería estudiar eso. Era como que venía la data de todos lados y yo la tomaba.
Elena Roger
Elena Roger junto al pianista Nicolás Guerschberg logran en encuentro íntimo con el público.
Mercedes Otero
- Entiendo que en tu casa había entonces varios factores artísticos…
- Sí, eran todas como estimulaciones. Mi mamá no cantaba ni tocaba ningún instrumento, mi papá tampoco. Sin embargo, escuchaban música. Mi abuela, que era italiana, (nosotras dormíamos con ella cuando éramos chicas) bailaba, recitaba y cantaba. No era alguien profesional, pero le gustaba hacerlo. Yo recién a los 18 años entendí que podía ser mi forma de vida.
-Muy lúdico todo en tu familia
Sí, pero también lo veía mi papá que llevaba la contabilidad de unas empresas y todos los sábados se ponía con la calculadora y las planillas… Yo lo veía trabajar y me gustaba eso. De hecho, soy bastante productora de mis espectáculos. Pero lo otro ganó, porque le daba más felicidad.
- ¿Qué significó para vos meterte en la piel de Evita y Piaf, dos mujeres muy fuertes, muy icónicas, pero también muy distintas?
- Evita fue un combo de un montón de cosas, porque era mi salida al mundo a trabajar en un teatro de otro país, en otro idioma, llevando mi cultura, pero con una gran responsabilidad Por otro lado era una comedia musical, una ópera rock y como tal ópera era todo cantado. Con Piaf fue distinto porque era una obra de texto que tenía música. Estamos hablando de la vida de una cantante y para mí era con la que más conexión tenía y con la que más empatizaba. Había algo que me conectaba mucho con ella. Fue ell personaje que más me pegó.
-¿Como fue la experiencia con Evita, teniendo en cuenta que representabas a un personaje argentino de muchos contrastes frente a públicos extranjeros que podían tener una visión poco acertada de su figura?
- Sí, de hecho, la obra relata un punto de vista que mucha gente dice que no tiene nada que ver. Y Claro y también yo hago un análisis de de estos artistas que son increíbles en el mundo, Tim Rice que es el escritor de las letras y Andrew Lloyd Weber que es el compositor de la música, o sea, no son improvisados y que habían escrito un musical donde lo que primaba era hacer que funcione. En esa época había una sola biografía de Evita y la había escrito una americana. Se llamaba “La mujer del látigo". Entonces, imagínate que entre eso y cierta ciertas campanas que escuchó por acá Tim Rice, escribió lo que escribió para que fuera una historia que resultara. No era una biopic, hay que ponerse en el contexto de eso. Por otro lado es increíble porque todo lo que lo que pasó a raíz de este musical, primero que Evita fue una figura reconocida en el mundo y se transformó en la mujer icónica y después se transformó en la mujer que abrió caminos. De alguna manera eso resalta en el mundo, porque convengamos que Evita puede haber sido reconocida en España, o en Europa por haber sido la mujer de Perón, pero él tampoco era Hitler ni Mussolini, quiero decir, su fama trascendía hasta cierto punto pero nada más. Entonces creo que el musical hizo eso, y que mi misión fue hacer del personaje alguien humano, con cosas buenas y sus cosas malas y en eso me enfoqué.
Elena Roger
Mercedes Otero
-¿Qué antecedentes tenías de ese personaje antes de encarnarlo?
-Toda la familia del lado de mi papá era re peronista, entonces yo tenía toda esa data de que Evita era la abandera de los humildes, Santa Evita, todo ese lado. Pero también tiene un lado muy jodido como ser humano también. Yo traté de darle la dualidad al personaje que para mí requería.
- ¿Tu papá alcanzó a ver la obra?
- Sí, fue a verla pero no entendía nada en inglés. Había argentinos que iban a verla y me decían “Es tal cual todo lo que sucedió” y otros que opinaban lo contrario.
- ¿Cómo impactó en tu carrera la posibilidad de haber estado en esos escenarios de Londres y Nueva York?
- Hubo unos impactos fuertes para mi carrera al trabajar afuera y hacer Evita, sobre todo cuando lo hice en Broadway con Ricky Martin, entonces se popularizó más. Y lo que me pasó con respecto a Piaf y el premio Olivier, que también es uno de los premios más importantes del teatro inglés, fue que tuve la posibilidad de traer la obra a Buenos Aires, de la mano de Adrián Suar y Fernando Blanco. La gente pudo identificar ese premio que me habían dado y mi trabajo en el exterior con algo que podían realmente ver lo que hice afuera. Eso fue maravilloso.
-¿Cómo ves la comedia musical hoy en el país y qué camino debería tomar para proyectarse más?
- Lo que me gusta es que hay cada vez más musicales argentinos, que tienen que ver con nuestra idiosincrasia. Eso está buenísimo. En cuanto a cómo se hacen los musicales acá hay una situación que en Estados Unidos, en Inglaterra, el teatro es una industria, es algo que lo saben hacer, ya saben cuáles son los caminos de la logística, de cómo se ensaya, de estrenarlo en ciudades más chicas para luego mejorar la obra y ahí sí llevarla a ciudades más grandes, tienen todo organizado. También invierten en cosas como un workshop, todo eso acá es rarísimo.
-¿Cómo combinas tu vida personal con las exigencias profesionales, que son muchas?
- Tengo dos hijos, uno de 11 y otro de 7. Nosotros somos una pareja de actores, Mariano (Torre) y yo nos combinamos y organizamos como si tuviéramos una pequeña Pyme. Sabíamos que nuestra profesión era nuestra forma de vida y que nuestros hijos se iban a moldear a eso porque era la forma de vida que nosotros los invitábamos a vivir. Nos gusta un montón estar con ellos, somos unos padres muy presentes porque nuestro trabajo así también lo permite. Me acuerdo que Mariano se fue a firmar la serie de Maradona a México, estuvo un mes ausente, ahora yo me voy un mes a Europa y él va a tener que estar. La verdad es que hemos logrado una buena logística. Estamos bien, sí.
Elena Roger
Carlos Furman
- ¿Algún proyecto que te quede por hacer, un sueño por cumplir?
- No, la verdad es que tengo un montón de cosas por vivir. No sé si son sueños, como cuando fui a Nueva York y Londres. Yo no soñaba trabajar afuera, porque parecía algo que no estaba dentro de mis posibilidades. Pero evidentemente en algún momento de mi vida lo soñé. Entonces, yo sé que tengo muchas experiencias por vivir. Ya veremos cuáles son.
Elena Roger, una carrera que conquistó el mundo
Trayectoria y actuaciones por el mundo
- En sus primeros años participó de montajes nacionales en comedia musical como Los Miserables, Fiebre de sábado por la noche, Jazz, Swing, Tap, La Bella y la Bestia, El Violinista en el Tejado, entre otros.
- En 2005 viajó a Londres a audicionar para Evita, audición que le permitió asumir el icónico rol de Eva Perón en la versión del West End.
- Esa experiencia británica le abrió las puertas de nuevos escenarios: tras su Evita en Londres, participó también de producciones como Boeing-Boeing en el West End.
- En 2008 interpretó Piaf en Londres, producción que luego la llevó a girar internacionalmente con ese espectáculo.
- En 2012 regresó a Evita en una producción de Broadway, compartiendo escenario con Ricky Martin, bajo la dirección de Michael Grandage.
- Además de Londres y Nueva York, su carrera la llevó a escenarios de Madrid, Buenos Aires y otras ciudades de gira en Europa y América Latina.
- En paralelo, ha combinado su actividad teatral con su faceta de cantante solista, presentando conciertos por distintas ciudades sudamericanas y en algunos pasajes de su gira internacional.
Premios, reconocimientos y distinciones
- En Reino Unido fue nominada en tres ocasiones al Premio Olivier por sus interpretaciones en comedias musicales como Evita, Passion y Piaf.
- En 2009 obtuvo el Laurence Olivier Award como Mejor Actriz en un Musical por su actuación en Piaf.
- En Argentina ha sido reconocida con el Premio Konex como mejor actriz de comedia musical de la década 2001–2010.
- En su faceta discográfica, su álbum Vientos del Sur obtuvo el Premio Clarín como Figura Música Melódica Popular 2010.
- En cine, su participación en Un amor (2011) le valió el Premio Cóndor a revelación femenina; en Wakolda recibió el Premio Sur a mejor actriz de reparto.
- Su producción con el sexteto Escalandrum, 3001 Proyecto Piazzolla, fue nominada a Disco del Año en los Premios Gardel 2017.
Elena Roger
Mercedes Otero
Notas de estilo y particularidades
- Roger ha sabido conjugar su formación teatral con sensibilidad musical, privilegiando la emocionalidad del fraseo, la suspensión del aire, y la conexión directa con la audiencia.
- A pesar de su éxito internacional, mantiene un vínculo fuerte con sus raíces: muchas de sus decisiones artísticas –repertorio, formato de conciertos íntimos– remiten al ideal de “el teatro musical que conmueve desde lo mínimo”.
- Su versatilidad le permitió transitar del musical puro (Evita, Piaf, Passion) al repertorio popular, al tango, a la canción más cercana, con adaptaciones para recitales.
- Asimismo, su trayectoria refleja una artista que no esperó a que la descubrieran afuera: su carrera argentina fue sólida antes de dar el salto internacional, lo cual le dio sustancia cuando la miraban en Londres o Nueva York.
- Finalmente, detrás de los premios y los teatros hay un rasgo permanente: la elección de obras con identidad, con potencia dramática, con profundidad emocional, más allá del lucimiento.