Cuatro miradas, cuatro tonos, un mismo pulso atravesando la escena mendocina de 2025. Lejos de la postal complaciente, estas opiniones críticas trazan un mapa complejo donde conviven la lucha colectiva, la fragilidad institucional, la resistencia cotidiana y una creatividad que se niega a apagarse. Entre festivales que nacen, ausencias que pesan, políticas culturales en disputa y artistas que insisten, el teatro aparece como territorio de conflicto y de encuentro, de precariedad y de potencia. Cuatro críticos locales: Abel Lisman, Silvia Lauriente, Patricia Slukich y Fausto Alfonso, ofrecen sus miradas acerca de lo que pasó en la movida teatral mendocina durante 2025.
Dos cuestiones ultra positivas tienen que ver con la producción intelectual. Una, la activa y numerosa presencia mendocina en el XII Congreso Argentino e Internacional de Teatro Comparado, concretado en la UNSJ. La otra, la actividad editorial, que sumó trabajos pedagógicos y filosóficos, ensayos, biografías y textos dramatúrgicos en una cantidad inusual respecto de los últimos tiempos.
En lo estrictamente artístico/estético los nubarrones agoreros no impidieron decenas de estrenos y reposiciones. Como era de esperar, no faltaron atractivas interpretaciones (Andrea Cortez en Las plantas, Celeste Álvarez en No quedan amuletos, Elsa Cortopassi en Todo verde, Jorge Fornés en Adentro está lloviendo…), pulidas direcciones (Ariel Blasco en Nerium Park, Guillermo Troncoso en Poncho de verano, Verónica Manzone en Harta) y aportes de valor en el resto de los rubros.
En síntesis, el capital (humano) está. Falta que el Estado haga lo suyo para que dé intereses.
Ante la indiferencia: resistencia / Patricia Slukich
Desde hace varios años el teatro viene lidiando en Mendoza con problemas que atentan contra su calidad y producción. Algunos son de trazo grueso: la creciente escasez de formación técnica de artistas nuevos que salen al ruedo teatral; la falta de políticas turístico-culturales para la “economía naranja”, a fin de organizar circuitos comerciales separados de los que no lo son; la cada vez menos existente formación de públicos.
Pero este 2025 estuvo signado por la decisión fatal del gobierno nacional de desinvertir dineros públicos en cultura, que dejó al Instituto Nacional del Teatro sin poder de gestión. También la crisis económica agobiante para las clases medias y bajas (las que consumen la mayor cantidad de espectáculos locales) que quitaron de su menú al teatro.
Estos tremendos inconvenientes marcan una decidida baja de producción y calidad teatral en Mendoza: la provincia fue, hasta mediados del 2000, la cuarta potencia escénica del país y ya no lo es más.
Pero hay algo que no se apaga ni disminuye: la voluntad de los artistas locales en persistir por ganarse el pan. Así la grilla de espectáculos ofreció apuestas interesantes a destacar. “Papanatas”, dirigida por Cristian Coria; “Poncho de verano”, dirigida por Guillermo Troncoso; “Caníbal”, interpretada por Federico Bottaro o “Vidas posibles”, dirigida por Verónica Manzone son algunos de los apuntes a resaltar este 2025. Aunque la cartelera resistió y presentó todos los fines de semana funciones en las diversas salas independientes, la cantidad de estrenos disminuyó sensiblemente respecto de años anteriores.
Un lujo hecho a pulmón y con gran acierto fue la edición de los 30 años del Festival de Danzas de Nuevas Tendencias, que trajo al escenario del Independencia un exquisito espectáculo donde se congregó a la mítica coreógrafa y bailarina Margarita Bali con sus videoinstalaciones, la actuación de la Compañía Chilena El Espiral (creada por Patricio Bunster) y el Ballet Contemporáneo de la Ciudad de Mendoza, dirigido por Federico Castro.
Otro hallazgo que Cultura de la Provincia ha decidido sostener, y lo bien que hace, es “Las estrellas de la tierra”, dirigida por Pinty Saba. Se trata de un recorrido único y originalísimo por los diversos espacios del Le Parc: performance, realidad aumentada y actuación, que hace hincapié en los artistas que dan nombre a cada sala. Así como lo es “Huellas”, también dirigida por Saba, en el Museo del Área Fundacional, estas ideas son poderosas herramientas de atracción turístico-cultural.
Por último, la Comedia Municipal Cristóbal Arnold, organismo que depende de la Ciudad de Mendoza, subió al escenario hacia fines de este año con una atractiva tragicomedia escrita por el mendocino Mau Funes y dirigida por Alejandro Conte: “La oposición de Marte”.
Así las cosas en un dificilísimo panorama los artistas locales resistieron, una vez más, para que el teatro no muera a manos de los clicks que atentan contra el encuentro cara a cara entre personas sensibles dispuestas a emocionarse, unas a las otras.
Escenas intermitentes / Por Silvia Lauriente
El teatro mendocino llegó al final del 2025 tambaleando en un escenario inestable. Fiestas que no se hicieron, programaciones frágiles y una escena obligada a reinventar sus modos de encuentro. Asegurada la continuidad del INT que había generado abrazos federales por doquier, ahora el efecto colateral que los artistas miran con preocupación es el proyecto de reforma laboral que podría debilitar la promoción cultural.
Este año no se realizó la Fiesta Provincial del Teatro ni la Fiesta Nacional lo que marcó un vacío significativo en el calendario. Como contrapartida, Córdoba concretó su XV Festival Internacional de Teatro Mercosur recibiendo a un espectáculo mendocino. Además, celebraron los 50 años de la Comedia Infanto Juvenil con Los días del venado, de Liliana Bodoc.
Por este lado, el impulso a la dramaturgia tuvo su caja de resonancia en la realización del XXVI Festival de Estrenos de Mendoza. De los doce espectáculos, ocho tuvieron autoría mendocina. Recientemente se estrenó La oposición de Marte dando continuidad a la Comedia Municipal Cristóbal Arnold. En tanto la Subsecretaría de Cultura coprodujo con el Teatro Nacional Cervantes la obra Adentro está lloviendo y seguirá toda la noche.
Atentos a los cambios de consumo cultural, los productores independientes buscaron públicos gestando el 1er Encuentro Regional de Teatro Raro; el Festival Hongosto en el Club Pedro Molina y el 1er Festival Inmersivo de Teatro, una experiencia que podía apreciarse- inclusive- en la habitación del espectador.
Los nuevos modos de habitar las salas encontraron espacios alternativos como Teatro en Casa, de Tristán Casnati en la 5ta Sección. También en el coworking Rollo Estudio, donde hizo temporada la obra Nerium Park.
Si de reconocimientos se trata, el musical Hizo falta tanta agua, arrasó con los Premios Hugo Federales en varias categorías. Mientras la obra de marionetas Enderas Masugui, de El alma en un hilo, recibió en China el premio a espectáculo destacado.
El 2025 se despide con escenas luminosas y otras marcadas por el desamparo de políticas culturales. A la fragilidad se suma la pérdida de dos figuras insoslayables: el titiritero Alfredo Muzaber y el actor Víctor Espina que hicieron del arte un acto de presencia y comunidad.
El teatro enciende la llama colectiva / Por Abel Lisman
Podría decirse que el año 2025 en Mendoza fue un año que sentó precedentes en muchos aspectos, sobre todo en lo que refiere a lo colectivo.
El evento principal por excelencia fue la lucha por el INT y la Ley Nacional del Teatro que el gobierno nacional intentó derogar. Esto reavivó las Asambleas Teatrales tanto provinciales como nacionales y generó un marco de lucha colectiva para revalorizar el trabajo de quienes nos dedicamos a este arte.
Por otro lado, también hubo nuevos festivales, como el EPA! (Encuentro de públicos y audiencias), que invitó a mucha población joven a ir al teatro por primera vez; el festival Telares Teatro, de la compañía homónima; o el FESTIM: el primer festival de teatro inmersivo en el mundo, para romper un poco con la tradicionalidad. Así como también se continuó con encuentros que ya venían del año pasado: el Encuentro Provincial de Teatro Breve, el Encuentro Nacional de Teatro de Grupo o el Festival Hongosto.
Tanto a comienzo de año con el festival “Flor de Verano” como en Vacaciones de Invierno se pudieron disfrutar de muchísimas obras para todo público, aunque en Julio es cierto que hubo competencia desleal por parte de municipalidades que ponían precios irrisorios y funciones muy cercanas a donde se presentaban elencos independientes, quienes no podían competir con eso.
Fue un año muy prolífico, aunque complicado desde lo económico pero que dejó en claro que en Mendoza se pelea tanto por el teatro como, constantemente, por el agua.
(Producción: Ariel Búmbalo)