Este domingo 4 de mayo a las 20, el icónico escenario del Teatro Mendoza recibirá una versión renovada y encantadora de Don Quijote, la clásica obra inspirada en el ingenioso hidalgo de Cervantes. La puesta, dirigida por la destacada coreógrafa y bailarina mendocina Cecilia Zubiria, invita al público a disfrutar de una noche color y ritmo al compás de la danza española.
La propuesta se basa en la célebre adaptación de Don Quijote realizada por Marius Petipa para el ballet clásico, con música compuesta por Ludwig Minkus. Sin embargo, Zubiria da un giro expresivo al reemplazar el tradicional lenguaje del ballet por el de la danza española, incorporando elementos de la escuela bolera, el flamenco estilizado y danzas folclóricas ibéricas. El resultado es una obra rica en matices culturales, con escenas llenas de energía, dramatismo y humor, que revitalizan la historia de Kitri y Basilio desde una mirada contemporánea, apasionada y profundamente estética.
Don Quijote, ensayo
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Una apuesta por la danza española en Mendoza
Cecilia Zubiria es una artista con una sólida trayectoria en la formación y difusión de la danza española en la provincia. Desde hace años dirige su propia compañía y escuela, por donde han pasado varias generaciones de bailarinas y bailarines mendocinos. Su trabajo se caracteriza por una profunda investigación de las raíces culturales de España, la fusión con otros lenguajes escénicos y la creación de puestas accesibles para públicos diversos, sin perder calidad artística.
Con Don Quijote, Zubiria logra condensar lo mejor de su estética: la elegancia del movimiento, la fuerza de la interpretación y el despliegue visual de los trajes y escenografía, que transportan al espectador a un universo lleno de romanticismo, humor y aventura. La elección de una historia universal como la del Quijote permite que la propuesta conecte tanto con adultos como con jóvenes y niños, haciendo de esta obra una experiencia ideal para disfrutar en familia.
El vestuario, cuidado al detalle, recrea la época y los colores del mundo mediterráneo, mientras que la música de Minkus –con arreglos especialmente adaptados– dialoga con la sonoridad propia del flamenco y la danza bolera. Las coreografías se despliegan con precisión y gracia, alternando entre el virtuosismo técnico y el carácter narrativo.
Don Quijote, ensayo
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Un relato clásico, contado con castañuelas y abanicos
La versión de Zubiria mantiene la estructura narrativa en tres actos y un prólogo, pero lo hace con un enfoque dinámico y teatral, en el que cada movimiento habla por sí solo. En el prólogo, vemos a Don Quijote sumido en la lectura de libros de caballería, completamente absorbido por la fantasía. El recuerdo de su amada Dulcinea lo impulsa a calzarse su armadura y salir en busca de una nueva aventura, movido por el ideal del amor y la justicia.
En el primer acto, el escenario se traslada a una animada plaza de Barcelona, donde Kitri, la hija del tabernero Lorenzo, se enamora de Basilio, un joven barbero del pueblo. Pero como en toda historia clásica, hay un obstáculo: su padre quiere casarla con Camacho, un pretendiente adinerado y poco encantador. El conflicto amoroso se intensifica cuando aparece Don Quijote en escena y, al ver a Kitri, la confunde con Dulcinea. Su presencia provoca una serie de enredos y situaciones cómicas, mientras los jóvenes amantes deciden huir para evitar la boda arreglada.
El segundo acto nos lleva a un colorido campamento gitano, lleno de música y danzas tradicionales. Allí, Kitri y Basilio encuentran un respiro y comparten su amor rodeados de personajes pintorescos. Don Quijote, que los sigue convencido de que protege a su amada, comienza a delirar: confunde a los gitanos con monstruos y molinos de viento, y en su confusión, cae desmayado. Mientras duerme, sueña con Dulcinea y Cupido, en una escena onírica y poética que representa el ideal inalcanzable del amor.
Don Quijote, ensayo
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Cuando despierta, Kitri le suplica ayuda, ya que su padre, Camacho y un juez vienen tras ellos para forzar el matrimonio. Es entonces cuando Basilio idea una trampa teatral: finge su muerte y, en su "lecho de muerte", pide como último deseo la mano de Kitri. La escena, cargada de humor y picardía, conmueve a todos. Finalmente, el juez accede a casarlos, y al sellar el compromiso, Basilio se levanta de su "muerte" y celebra junto a su amada.
El tercer acto es una explosión de alegría y celebración. La boda de Kitri y Basilio se convierte en una gran fiesta donde se mezclan danzas populares españolas, ritmos vivos, palmas, abanicos y el tintinear de las castañuelas. Todo el elenco participa en esta escena final que simboliza el triunfo del amor, la astucia y la libertad de elección frente a las imposiciones sociales.
Función única y entradas
La función de Don Quijote se realizará el domingo 4 de mayo a las 20:00 en el Teatro Mendoza, uno de los espacios culturales más importantes de la provincia. Las entradas ya están a la venta en boletería y a través de EntradaWeb, con los siguientes valores:
- Platea Baja: $20.000
- Palcos Bajos: $23.000
- Platea Alta: $18.000
- Palcos Altos: $19.000
- Pullman: $17.000
Se recomienda adquirir las localidades con anticipación, ya que se trata de una función única y la propuesta ha despertado gran expectativa entre los seguidores de la danza y el público general.
Una historia eterna, contada desde el cuerpo
Don Quijote es mucho más que una obra de danza: es una celebración del amor romántico, la libertad personal y el poder del arte para reinterpretar los clásicos. La mirada de Cecilia Zubiria convierte este montaje en una joya del calendario cultural mendocino. En tiempos donde la escena local busca reconectar con el público desde propuestas frescas y accesibles, esta versión española de Don Quijote es una invitación a dejarse llevar por el ritmo, la emoción y la risa.