La escuela de danzas folclóricas y Vendimia Chakaymanta fue, junto con la academia de danza Stylos Dancers, dos de los mendocinos ganadores en los premios Martín Fierro de la Danza, que hace unas semanas realizó su primera edición.
Sergio Magallanes, su director, contó sobre la alegría por este premio y repasó la historia de la institución.
La escuela de danzas folclóricas y Vendimia Chakaymanta fue, junto con la academia de danza Stylos Dancers, dos de los mendocinos ganadores en los premios Martín Fierro de la Danza, que hace unas semanas realizó su primera edición.
Para conocer de qué se trata esta tradicional escuela, ahora premiada con un galardón nacional, en Aconcagua Radio dialogaron con Sergio Magallanes, su director, quien además es hijo del fundador de la institución, que fue creada allá por 1972.
— ¿Cómo fue que la escuela Chakaymanta llega a al Martín Fierro? ¿Cómo fue ese recorrido?
—La verdad que ha sido una locura. Íbamos como quien va a ver qué pasa. Nos enteramos este año de que el Martín Fierro este año iba a premiar a la danza. Yo, como soy fanático de esos premios y considero que es un buen estímulo para el arte, me dije: “Quién no quisiera estar ahí”. Nosotros, después de que terminamos nuestra participación en la apertura de la Fiesta Nacional de la Vendimia, teníamos el compacto artístico y decidimos en junio presentarnos a la primera instancia del Martín Fierro, que fue en Palmira, porque ha sido muy federal en ese sentido. Nosotros nos presentamos ahí y pasamos por esa instancia, obviamente presencial, de presentar nuestro cuadro. Nosotros teníamos fe y nos presentamos. Esa instancia daba dos posibilidades: pasar la preselección o llegar directamente a la terna. En principio nos dijeron que habíamos quedado preseleccionado, pero luego salieron a pedirnos que nos quedáramos esperando en el lugar porque podía haber una noticia buena. Hasta que nos terminaron diciendo que pasábamos a la terna, directamente al 7 de diciembre. Y ahí casi nos da un infarto.
—¿Cómo nació la escuela Chakaymanta?
—Chakaymanta nace en 1972, en los barrios del Oeste de Ciudad Capital. Está conformado por exartistas de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Nosotros somos de cuarta generación. El ballet fue fundado por mi padre y actualmente tenemos algunos fundadores que bailan todavía en la categoría de adultos mayores del ballet. Después de ser fundado, el ballet se instala en el barrio La Favorita y a partir de ahí empieza “un mundo”. Nosotros comenzamos conociendo la Vendimia, trabajando para participar de ella, yendo a ver la fiesta. Nosotros estudiamos nuestra fiesta máxima y todo lo que la compone: no solamente la danza y el escenario, sino todo lo que tenga que ver con la producción, lo que tenga que ver con las políticas, con los que hacen todo lo que genera. Todo lo que es, digamos, “el mundo” de la Vendimia.
—Es curioso que se trate de una escuela folclórica apuntada a la Vendimia. ¿Cómo es mantener esas tradiciones en tiempos en que a uno le parece que van desapareciendo?
—Algunos dicen que nosotros nos “apropiamos” de Vendimia, cuando no es así: nosotros somos parte de Vendimia, como todo mendocino. Somos parte porque la estudiamos, porque la predicamos, porque tratamos de “gritar” esto, lo que es la cultura social con respecto a nuestra identidad propia. Cuesta muchísimo porque como nosotros no tenemos personalidad jurídica, no tenemos nada de esas cosas, y tratamos de mantenerlo así. Es una escuela con profesores ad honorem y cuesta mucho mantenerla. Hace dos años que no hacemos la muestra de maquetas: nosotros les pedimos a los alumnos que hagan un trabajo final que aborde cualquier aspecto de la Vendimia. Eso exige mucho trabajo.
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