Andrea Rincón volvió a brillar en la actuación. Después de haber sido internada en diciembre por un cuadro severo de cervicalgia, reapareció con fuerza y entusiasmo en uno de los escenarios más emblemáticos del cine internacional: Hollywood. “¡Mamá, llegué a Hollywood! Dios es bueno”, escribió Andrea en Instagram junto a fotos del evento realizado en el histórico Culver Theater.
Su participación en la alfombra roja de Hollywood
Con un vestido rojo llamativo y una sonrisa que hablaba de logros conquistados, posó con el afiche del film que ya tuvo su debut en el Festival de Bilbao y prepara su estreno argentino para fines de agosto. Uno de los momentos más comentados de la noche fue su encuentro con Dolph Lundgren, el icónico Iván Drago de Rocky IV, con quien compartió la alfombra roja y una postal simbólica: todo el elenco con los puños en alto.
La difícil situación que debió atravesar
Pero esta imagen de plenitud contrasta fuertemente con el escenario que Andrea enfrentó a fines de 2024. En diciembre, tuvo que ser hospitalizada por intensos dolores cervicales que la dejaron fuera de actividad por varias semanas. Aunque su recuperación al principio fue favorable, más tarde tuvo una recaída que la obligó a permanecer internada.
“Sigo acá, me infiltraron, y volvió el dolor del principio”, había contado entonces. A la angustia física se sumó la emocional, ya que su padre Miguel también debía ser operado en ese mismo período. En silencio, y lejos de las cámaras, atravesó ese momento hasta recibir el alta médica.
Cuando pudo salir de la clínica, lo comunicó con un video casero y espontáneo, fiel a su estilo, en el que saltaba de alegría: “¡Me voy a la mierda!”, exclamó entre risas, mientras abrazaba a una enfermera. Aquella escena íntima se convirtió, con el paso del tiempo, en la antesala de esta nueva etapa en su carrera.