Nuevo Cancionero. A 60 años, espera ser redescubierto

Polo Martí y el Pocho Sosa se refieren al importante Manifiesto y Movimiento que nació en Mendoza el 11 de febrero de 1963.

Polo Martí y Pocho Sosa evocan a quienes firmaron el manifiesto del nuevo cancionero
Polo Martí y Pocho Sosa evocan a quienes firmaron el manifiesto del nuevo cancionero

El Polo Martí usó sus redes sociales para evocar al movimiento del “nuevo cancionero” a 60 años de su creación. Es una de las pocas, si no la única referencia que hemos visto hacia un hecho tan trascendental en la cultura y la historia de nuestro país. La música no muere, los músicos trascienden tiempo y espacio con su pluma y melodía, pero ignorarlos los silencia. El silencio los condena al olvido.

Con Polo hablamos de su motivación para escribir un texto que conjuga datos y sentimientos. Su vínculo con la música, esa música, es de siempre. “Yo nací en el año ‘61 y el Nuevo Cancionero nació en el año ‘63. Yo tengo recuerdos de niño de esa música”.

Después dedicó su vida a hacer, estudiar e investigar la música y desde ese lugar, erigido como un custodio de esa expresión artística, no puede esconder el dolor que le provoca que se haya olvidado este movimiento, en donde hay nombres muy fuertes de nuestra cultura: Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez, Tito Francia, Eduardo Aragón, Oscar Matus y muchos más.

La Negra Sosa rodeada de los demás firmantes del Manifiesto.
La Negra Sosa rodeada de los demás firmantes del Manifiesto.

Los artistas estaban sentando las bases, desde nuestra Mendoza, para cuidar, proteger y alentar la producción de un cancionero popular que fuera renovado permanentemente, para que a través de lo viejo se le fuera dando lugar a lo nuevo, con respeto y dedicación.

En el texto del manifiesto se puede leer: “Nosotros afirmamos que este resurgimiento de la música popular nativa, no es un hecho circunstancial, sino una toma de conciencia del pueblo argentino. Que no le escamoteen ni al artista ni a su pueblo, esta toma de conciencia, es lo que se propone el nuevo cancionero.”

¿Qué proponían? “La integración de la música popular en la diversidad de las expresiones regionales del país, la participación de la música típica popular y popular nativa en las demás artes populares, rechazo a todo regionalismo cerrado, se propone depurar de convencionalismos y tabúes tradicionalistas a ultranza, el patrimonio musical”.

Además, expresa quedesechará toda producción burda y subalterna que, con finalidad mercantil, intente encarecer tanto la inteligencia como la moral de nuestro pueblo y buscará la comunicación, el diálogo y el intercambio con todos los artistas y movimientos similares del resto de América.”

En conclusión, el Nuevo Cancionero “luchará por convertir la presente adhesión del pueblo argentino hacia su canto nacional, en un valor cultural inalienable. Afirma que el arte, como la vida, debe estar en permanente transformación y por eso, busca integrar el cancionero popular al desarrollo creador del pueblo todo para acompañarlo en su destino, expresando sus sueños, sus alegrías, sus luchas y sus esperanzas”.

Lo que hicieron estos artistas es inmenso. Lastimosamente, el tiempo no fue gentil. Hoy son solo letras y partituras polvorientas que muchos olvidaron. “Yo creo que hace falta que el Estado nacional, provincial y municipales, los espacios privados y las asociaciones, puedan entre todos, coincidir en que nuestra cultura no es solamente espectáculo, no es solamente algo que tiene que vivirse en un momento determinado, como puede ser la Vendimia, sino que la cultura se tiene que expresar en todos los rincones de, en este caso, la provincia y permanentemente. O sea, hay músicas, canciones, danzas y expresiones literarias para expresar la vida en su totalidad, en todo momento del día. Esto es importante para que realmente sintamos que estamos fortalecidos, que nuestra identidad se amplía, se enriquece con miradas a lo que sucede en distintas partes del mundo. En fin, tampoco cerrarse y decir, bueno, lo ‘folklórico’ es lo más genuino. Hay que tener siempre una mirada mucho más amplia”, dice Martí.

MENDOZA   MUSICA   FOLCLORE

ARMANDO TEJADA GOMEZ, MUSICO, COMPOSITOR
MENDOZA MUSICA FOLCLORE ARMANDO TEJADA GOMEZ, MUSICO, COMPOSITOR

La pregunta es si hay artistas capaces de promover un Nuevo Cancionero. Artistas capaces de llevar un movimiento en el que ese patrimonio artístico siga protegido y alentado para evolucionar. Martí es positivo sobre este punto. “Sí, claro que sí, que los hay. Por supuesto que no son en general los que aparecen en los medios”. Y agrega, “las nuevas voces que están apareciendo lo están haciendo con mucha contundencia, con mucha claridad, con mucha fuerza e intentando hacerse de un espacio, en la medida de sus posibilidades”.

Optimismo sobra, talento también. Solo resta que los organismos que pueden ayudar y tienen el poder de las decisiones apoyen y acompañen a los artistas, que los cuiden y protejan el patrimonio de todos.

EL POCHO SOSA Y EL RECUERDO DE UNA ÉPOCA

El Pocho está cerca de cumplir 80 años y 60 con la música. Cuando le nombro el nuevo cancionero, empiezan a salir los recuerdos, como cuando uno abre un cofre lleno de historias y anécdotas.

“Yo tuve la suerte de poder ser amigo de Tito Francia, de Armando Tejada Gómez, la Negra Sosa y Eduardo Aragón...”. Una por una, empieza a nombrar leyendas. Inmediatamente, el Pocho empieza a contar sobre esos tiempos. “Yo los recuerdo con mucho amor, porque yo tuve la suerte de vivir las dos etapas. Viví la etapa del folclore tradicional cuyano, porque en mi casa paterna, se juntaban los domingos a tocar y yo tendría 8 añitos, 7 añitos y me sentaba a verlos y escucharlos entonar tonadas de esa época. Después, cuando descubrí, por ejemplo, ‘Zamba azul’ con 18 años yo pensé ‘¡qué maravilla!’”.

Pocho Sosa habló después de su ACV y cantó para los lectores de Los Andes
Pocho Sosa habló después de su ACV y cantó para los lectores de Los Andes

Las anécdotas siguen y se van sumando nombres. Uno se puede imaginar las tardes que se convertían en noches y las noches en madrugadas llenas de acordes de guitarras y regadas con vino. Carcajadas de fondo y alegría.

El Pocho es optimista, como el Polo, con respecto al futuro. Habla del talento que hay en cuanto a composición. Letras y música. Algo interesante es el énfasis que pone en las mujeres de la canción cuyana. La nombra a Paula Neder, Ini Ceverino, Sandra Amaya y muchas más.

El cantante mendocino se animó por primera vez a cantar una versión reggae de su clásico "Otoño en Mendoza".
El cantante mendocino se animó por primera vez a cantar una versión reggae de su clásico "Otoño en Mendoza".

¿Será que una nueva camada de artistas seguirá con ese legado, rescatándolo del olvido? Sesenta años se cumplieron de la publicación del manifiesto del Nuevo Cancionero. Esperemos que el tiempo se redima y comiencen a sonar de nuevo, entre acequias y siestas calurosas, los ritmos de un pasado que no quiere morir y está siente presente.

POLO MARTÍ: EVOCACION A 60 AÑOS DEL “MOVIMIENTO NUEVO CANCIONERO”. Surgimiento y proyección nacional

En la historia de las expresiones musicales de raíz folklórica argentina, podemos distinguir tres grandes momentos iniciales. Por un lado, el largo y complejo proceso de mixtura, hibridación y sincretismo de las diversas culturas autóctonas y alóctonas que decantaron en lo que conocemos como el material “folklórico”; este material, vivo y dinámico, fue estudiado, preservado y difundido a través del trabajo de folkloristas, estudiosos, cultores, compositores, investigadores, entre otros, que promovieron el sentido de pertenencia en las diferentes regiones del país. El segundo momento tiene que ver con el surgimiento de las primeras composiciones de aquellos autores/intérpretes que, inspirados en ese “folklore”, buscaron continuar -desde esos basamentos- una forma de expresión que encause poco a poco sus anhelos creativos. Esta “obra de autor” es, a su vez, el basamento para el surgimiento de una generación que, desde la década de 1940 (aproximadamente), buscó echar a volar su creatividad, pero “con los pies en la tierra”, iniciando así el tercer momento al que aludimos.

Poco a poco, en las diferentes regiones culturales argentinas (algunas antes, otras un poco después), fueron surgiendo creadores (músicos/as, poetas, intérpretes) que dieron sentido a la vitalidad que entendemos lleva en sí mismo el hecho folklórico, procurando siempre algo “nuevo” desde “lo viejo”: el rescate de mitos o leyendas en sus canciones, temáticas sociales de interés popular, una nueva metáfora, una melodía innovadora pero que abrace “lo antiguo”, un tratamiento diferente en los arreglos vocales/instrumentales pero sobre un “latido ancestral”, nuevas armonías que entrelacen giros referenciales de los géneros folklóricos, etc., etc.

En ese sentido se reconoce como antecedente una iniciativa de un importante grupo de creadores e intérpretes del Noroeste argentino, fundamentalmente salteños, jujeños, tucumanos y catamarqueños, que dieron a luz un cancionero y una forma de recreación de éste que movilizó prácticamente a otras regiones e interesó a los medios y a la industria musical del momento, dando las bases que promoverían el llamado “boom del folklore” que surgiría por la década de 1960. Es menester a su vez recordar que los movimientos en torno a la literatura, al teatro y a la pintura en Tucumán son de marcada incidencia en lo que luego surgiría de las expresiones de la música y la canción que hoy evocamos. Entre ellos, la formación del Grupo “Carpa” (que integraban, entre otros Raúl Galán y Manuel Castilla), en Tucumán en la década de 1940, y por ese mismo tiempo el gran pintor y maestro Lino E. Spilimbergo se instala también en Tucumán y hacia allí viajarán pintores de diversas regiones del país, lo cual genera un movimiento pictórico, artístico y cultural de gran inserción en lo social y político (recuerdo lo que hace muchos años me contara el Mtro. Orlando Pardo de los jóvenes pintores que, como él, viajaron desde Mendoza a Tucumán a estudiar con Spilimbergo). También viajaron desde Mendoza muchos artistas en busca de esa conexión fuerte entre el arte popular y el pensamiento filosófico, nacional y latinoamericano. Recordemos que Oscar Matus junto a otros músicos y poetas visitaron Tucumán y allí conoció a Mercedes Sosa. Estos movimientos serían fundamentales para comprender el fuerte basamento identitario que sustentará, entre otros, el surgimiento de la poesía, la canción y la labor de las/os intérpretes a partir de esos años.

Es así que comienzan a surgir en el Litoral, en Cuyo, en el Centro-Norte, en la región pampeana, es decir prácticamente en todo el país, autores, compositores e intérpretes que fueron gestando un cancionero sustancioso en sus contenidos, y de gran calidad musical, literaria e interpretativa. Esta obra, esos creadores y protagonistas, hoy son prácticamente desconocidos, porque si bien tuvieron una inserción popular y muchos de ellos entraron en la ‘onda’ expansiva del mencionado “boom” de los ‘60, los años posteriores se encargaron de echarlos al olvido, con la complicidad de los políticos de turno, los medios al servicio de intereses multinacionales, los golpes militares, la atroz dictadura del 76-83, etc.

Mercedes Sosa y Oscar Matus, con quien vivió entre 1957 y 1965.
Mercedes Sosa y Oscar Matus, con quien vivió entre 1957 y 1965.

En medio de todo ello, sucede un hecho muy importante en su momento, del cual conmemoramos hoy, 11 de febrero, su 60°aniversario, que va a repercutir simbólicamente hasta nuestros días: el “Manifiesto del Nuevo Cancionero”. Este acto consistió en la presentación en sociedad de los fundamentos que diversos artistas e intelectuales propusieron en dicho Manifiesto, y la formación del Movimiento Nuevo Cancionero, acontecido en la ciudad de Mendoza, en el Círculo de Periodistas, el 11 de febrero de 1963. Allí, con la indudable pluma y brillo intelectual de Armando Tejada Gómez, se presentó este Manifiesto, junto a destacadas figuras de la música, la poesía, la plástica y otras ramas del arte y el pensamiento, como Tito Francia, Oscar Matus, Mercedes Sosa, Juan Carlos Sedero, Pedro Horacio Tusoli, Víctor Nieto, Martín Ochoa, Eduardo Aragón. Luego tuvo muchas e importantes adhesiones, como la de dos grandes referentes de la cultura argentina, los mendocinos Antonio Di Benedetto y Carlos Alonso. En próximas publicaciones destacaremos la importante proyección latinoamericana y mundial que tuvo el Movimiento del Nuevo Cancionero.

Puestos a rastrear las fuentes poético-musicales del Nuevo Cancionero en la región cuyana, a la calidad y hondura del Cancionero Popular Cuyano debe sumarse la obra de sus creadores desde comienzos del s. XX, segundo eslabón de esa maravillosa cadena. También recordar que desde el punto de vista musical, Francia y Sedero, principalmente, entre los músicos -y en general todo el colectivo de este Movimiento-, escuchaban, tocaban y aprendían de un gran abanico de estilos musicales: el “folklore” nacional y latinoamericano, el tango (lo separo para darle mayor entidad), el bolero y ciertas músicas afro-latinoamericanas, la música “clásica” (en especial los compositores románticos e impresionistas) y el jazz. Prueba de ello es, además de sus trabajos creativos, la calidad que demostraban para integrar las orquestas de las radios argentinas en sus filiales mendocinas, y abordar una gran diversidad de músicas, en muchos casos acompañando figuras nacionales e internacionales.

Pero debemos reconocer y destacar, tal como me confesó el propio Eduardo Aragón en Mendoza, que “Para nosotros, los del Nuevo Cancionero, Palorma fue ‘la llave’”.

Este Manifiesto no tuvo la incidencia y proyección que los autores anhelaban, pero lo cierto es que algunas de las figuras que participaron del Movimiento luego fueron de mucha importancia para la música y la canción argentina y latinoamericana, fundamentalmente Mercedes Sosa, por su trayectoria y su valoración nacional, latinoamericana e internacional, luego Armando Tejada Gómez en su labor cancionística y literaria, y los músicos Oscar Matus y Tito Francia, por su propia obra y por la musicalización de la obra de Tejada Gómez y las interpretaciones de las mismas por la propia Mercedes Sosa y un sinnúmero de artistas y conjuntos en diversas partes del mundo.

Mercedes Sosa y Tito Francia.
Mercedes Sosa y Tito Francia.

Pero lo que sin dudas logró el Movimiento Nuevo Cancionero es encontrar muchísimos continuadores, conscientes o no de su adhesión, quienes fueron conformando nuevas generaciones de creadores e intérpretes. Es así que en distintos lugares del país muchos artistas se ‘enrolaron’ al Movimiento, y otros que no lo hicieron como una decisión política consciente, sino desde una búsqueda específicamente artística. Esto sucedió en las diversas regiones del país, en mayor o menor medida, configurando lo que sería un nuevo mapa del Nuevo Cancionero.

Ahora bien, buena parte de ese Nuevo Cancionero permanece oculto, a la espera de ser rescatado del olvido, como lo hicieran aquellos cultores encargados de rastrear y valorar el cancionero anónimo, reviviéndolo. Esa es una de las necesidades que advertimos, para lo cual han habido algunas intenciones desde los estados nacional, provincial o municipales, o desde nuestra propia Universidad Nacional de Cuyo, pero que de alguna manera quedaron en meras intenciones. Debe ser un trabajo de fondo, conjugando el esfuerzo de los estados, desde las Universidades Nacionales y desde las asociaciones civiles, para generar un proyecto que reavive esa obra inmensa y oculta, que sea conocida y que a su vez permita insertar ese eslabón en una cadena imaginaria que logre consolidar lo hecho por el Nuevo Cancionero y fortalecer a las/os nuevos creadores de la canción argentina.

Leopoldo “Polo” Martí

Mendoza, 11 febrero de 2023.

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