20 de octubre de 2025 - 00:00

Mendoza: ser y parecer

Mendoza tiene todo para brillar, pero necesita una gestión que acompañe y que devuelva a nuestra provincia no solo el ser, sino también el parecer: un lugar digno para vivir y atractivo para quienes nos visitan.

Existe un dicho popular que afirma que “no solo hay que serlo, sino también parecerlo”.

Lamentablemente, aunque Mendoza es una provincia con condiciones para mostrarse como un ejemplo de orden y desarrollo, muchas veces no lo parece.

Quisiera compartir algunas observaciones —como ciudadano que lleva más de 80 años viviendo en esta tierra— que afectan no solo a quienes habitamos la provincia, sino también a quienes nos visitan:

Numeración domiciliaria: resulta casi imposible identificar casas, edificios y comercios porque la mayoría carece de numeración visible. Sería necesaria una ordenanza que obligue a los frentistas a cumplir con esta obligación básica.

Semáforos: en un estado deplorable, sucios, envejecidos y, en muchos casos, vandalizados.

Trolebuses: aunque dejaron de circular, los viejos cables siguen colgando en las calles, causando un impacto visual desagradable. Basta recorrer Colón y Patricias Mendocinas para comprobarlo.

Contenedores y basureros municipales: en mal estado, insuficientes, rotos o directamente inexistentes en varias zonas.

Arbolado público: olmos enfermos, árboles inclinados que representan riesgos para la circulación y una falta evidente de mantenimiento.

Veredas: desparejas y deterioradas, sin un criterio de unificación que facilite la accesibilidad.

Letreros de calles: ausentes en numerosos barrios y arterias, dificultando la orientación tanto a vecinos como a turistas.

Taxis: muchos en pésimo estado de conservación, ofreciendo un servicio indigno para el pasajero.

Banderas: en una provincia y un país que se proclaman patriotas, sorprende la escasa presencia de nuestros símbolos en espacios públicos, a diferencia de lo que ocurre en países vecinos.

Accesos y rutas: el ingreso a la ciudad, especialmente la ruta nacional 7 desde Palmira, da una imagen desoladora: basura, malezas y animales muertos. El contraste con provincias vecinas como San Luis, donde el orden y la limpieza son ejemplares, es inevitable.

Cartelería publicitaria: los carteles en los accesos a la ciudad saturan el paisaje y generan distracciones peligrosas para los conductores.

A pesar de todo esto, deseo reconocer la tarea de los empleados municipales, que día y noche trabajan en la limpieza de cunetas y el barrido de calles. Su esfuerzo merece ser destacado.

Mendoza tiene todo para brillar, pero necesita una gestión que acompañe y que devuelva a nuestra provincia no solo el ser, sino también el parecer: un lugar digno para vivir y atractivo para quienes nos visitan.

* Mario Badaloni. DNI: 9.607.682

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