Especulación no es mala palabra

La especulación, lejos de ser algo negativo, incentiva a obtener una mayor liquidez en los mercados de todo tipo.

Especulación no es una mala palabra. Foto: Web
Especulación no es una mala palabra. Foto: Web

“Es la operación comercial que se practica con mercaderías, valores o efectos públicos con ánimo de obtener lucro” (diccionario RAE), siendo el conjunto de operaciones de compra de mercancías y acciones para venderlas, a posteriori, a un precio superior con el fin de lograr beneficios.

La especulación, lejos de ser algo negativo, incentiva a obtener una mayor liquidez en los mercados de todo tipo, posibilitando que los inversores, comerciantes, empresas y personas humanas puedan adquirir materias primas, recursos y mercaderías a precios mucho más convenientes.

La especulación permite un mecanismo de regulación espontáneo de los precios. El especulador asume riesgos como cualquier inversor que interviene en el mercado: compra y/o produce con su dinero mercancías que supone aumentarán de precio, aunque sin poder jamás tener certeza previa de dichas expectativas.

Las regulaciones burocráticas causan graves daños a la vida económica causando, justamente, entorpecer los mecanismos naturales de los intercambios económicos, es decir logran los efectos contrarios de los enunciados gubernamentales.

Ricardo Ruiz Vega

Contador Público Nacional

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