Urgencia de un plan estratégico para Mendoza

Es exigible que de ahora en más la política mendocina se centre en la elaboración de propuestas que apunten fuertemente hacia lo económico. Hace falta un debate serio y muy amplio sobre las necesidades de la provincia en todo lo relacionado con su infraestructura en general.

Hace falta un plan estratégico que ponga a la industria mendocina en general a resguardo de imprevistos y vaivenes de una economía argentina.
Hace falta un plan estratégico que ponga a la industria mendocina en general a resguardo de imprevistos y vaivenes de una economía argentina.

Una nueva Vendimia nos reúne hoy a los mendocinos. Y junto a nuestra gente, miles de visitantes que llegan para sumarse al festejo. Año tras año la misma algarabía. Por ello la fiesta máxima de esta provincia es conocida y tiene tan alta reputación, incluso, más allá de nuestro país. Es pionera, como la actividad que le dio vida.

Paralelamente, se realizarán en esta jornada los distintos encuentros de empresarios vitivinícolas con funcionarios públicos nacionales y provinciales para analizar la problemática del sector, que en este último tiempo se ha visto nuevamente alcanzada por los desbordes en materia impositiva, en especial en lo que respecta a la exportación de vinos. También, aspectos de rentabilidad derivados de los problemas económicos nacionales, retraso cambiario, etc.

Y seguramente la industria se sume a la preocupación general del agro argentino por el impacto negativo de las inclemencias climáticas, que en nuestra zona se presentaron con un acecho mucho más fuerte del granizo y las heladas tardías. El tema mereció atención en su momento por parte de las autoridades nacionales, es justo reconocerlo, pero, como suele ocurrir en estos casos, los enunciados terminan confrontando con las concreciones.

Superada esta nueva oportunidad de vociferar sobre el estado de la industria madre de Mendoza, y reiterando que el vino será siempre un gran ejemplo de cómo los mendocinos supieron abrirse paso en el mundo, también cabe admitir que para la provincia que se debe proyectar de ahora en más con el empeño de la vitivinicultura no alcanza.

Se debe terminar de reconocer que con la apuesta a la vitivinicultura y al agro en general no es suficiente para el empuje y el desarrollo que la provincia necesita y merece. Hace falta un plan estratégico que ponga a la industria mendocina en general a resguardo de imprevistos y vaivenes de una economía argentina que, aunque se recupere, probablemente tarde en volver a ser confiable. Ese tiempo nos debe encontrar a los mendocinos predispuestos para toda clase de desafíos. Por ende, se debe terminar con el eterno interrogante de “¿ahora qué hacemos?” cuando las cosas no salen como se pensaba.

No sólo en este año electoral; en todo momento es exigible que de ahora en más la política mendocina se centre en la elaboración de propuestas que apunten fuertemente hacia lo económico, sin dejar de lado, como es lógico, el debate sobre ventajas o inconveniencias de las medidas a adoptar.

En ese sentido, hace falta un debate serio y muy amplio sobre las necesidades de la provincia en todo lo relacionado con su infraestructura en general. Seguramente, para que ello sea posible habrá que flexibilizar posturas y exigencias para poder comprobar las razones del actual retraso.

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