Los graves efectos del calentamiento global

La temperatura media de la Tierra se mantuvo durante tres días consecutivos por encima de los 17 grados, según las coincidentes estimaciones de la Universidad de Maine, del Observatorio Meteorológico de la Unión Europea y de la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.

Para estas mediciones, se utiliza un modelo que combina datos de estaciones meteorológicas e informes satelitales con simulaciones informáticas. En esta secuencia temporal de tres días, la temperatura de cada día superó la del día anterior.

Esta marca representa unas tres décimas de grado más que el récord anterior, de fines de julio del año pasado, cuando la agencia estadounidense midió 16,9. Pero es casi un grado más que la media registrada entre 1979 y 2000, que ya superaba los promedios de los siglos 19 y 20. La diferencia histórica con los siglos anteriores se establece a través de datos indirectos que suministran los anillos de los árboles y los núcleos de hielo de los glaciares.

Hidrógeno verde, debate en puerta

Los científicos habían previsto un aumento respecto del año pasado. En los últimos meses, se acumularon numerosas comunicaciones en ese sentido. La hipótesis, con toda lógica, se apoyaba en el final del período de La Niña y el comienzo del ciclo de El Niño.

Recordemos que La Niña es un evento climatológico que produce el enfriamiento de los océanos, mientras que El Niño favorece el evento contrario. Por lo tanto, con el aumento de la temperatura de los océanos, resultaría inevitable que la temperatura media de la Tierra marque un pico. A propósito, el calentamiento del Atlántico norte también está registrando un récord este año. De todo ello se deduce que en los próximos dos meses podría registrarse una temperatura similar a la de estos días, o incluso superior, a medida que El Niño se desarrolle en coincidencia con el verano boreal.

En pocas palabras, el calentamiento global es innegable. Las mediciones corroboran las hipótesis científicas. En el futuro, nuestro clima será más caluroso que en el pasado. Y eso tendrá consecuencias no deseadas.

Hace años que los estudios alertan sobre el aumento del nivel de los mares, con la consiguiente inundación de las áreas costeras. Además, en distintas regiones del mundo se alternarán situaciones extremas de sequías prolongadas y copiosas lluvias en cortos períodos, lo que afectará la producción mundial de alimentos. En ese proceso, perderemos parte de la flora y de la fauna, y a los seres humanos se nos tornará muy difícil sobrevivir en ciertas zonas.

Argentina y la nueva centralidad de la agenda climática

El principal compromiso alcanzado por la comunidad internacional en el Acuerdo de París, celebrado en 2015, fue que el aumento de la temperatura media global no superase por dos grados los niveles preindustriales. Pues bien, como el nuevo récord expresa que ya está algo más de un grado por encima del promedio preindustrial, los países debieran redoblar sus esfuerzos para descarbonizar su matriz energética y reducir sus emisiones de gases contaminantes cuanto antes.

La cuestión climática debe regir la reformulación de nuestra forma de vida. No hay otra opción a la vista.