31 de octubre de 2025 - 00:00

Desmantelar los cobertizos ferroviarios de alta montaña

Se ha efectuado una propuesta de mejoramiento ambiental y seguridad vial en la alta montaña, consistente en la necesidad de desmontar los vetustos cobertizos del ferrocarril a Chile, diseñadas para proteger las vías del tren de la acumulación de nieve y aludes. Ahora son un potencial peligro y causan un impacto visual muy negativo.

Un grupo de estudio de la vivienda social y la protección ambiental, Eco Hábitat Mendoza, propone desmantelar los antiguos cobertizos del Tren Trasandino, que están ubicados entre Puente del Inca y la estación Las Leñas, en Las Cuevas, que servían para proteger las vías del ferrocarril de la acumulación de nieve y aludes.

La ONG sostiene que en la actualidad esa obsoleta infraestructura constituye un potencial peligro por posibles voladuras y además conforma un impacto visual deprimente en un ambiente de gran majestuosidad como es la alta montaña.

El autor de la iniciativa de eliminar esas construcciones es el arquitecto Angel Ernesto Tetilla, con el apoyo de otros integrantes del grupo.

Si bien se admite que podría conservarse un cobertizo como símbolo de la cultura de la zona y parte del diseño de los “caminos de hierro” en la cordillera, esa alternativa podría darse si existiese un proyecto que contemple tal intención de conservación, de difícil concreción por problemas económico-financieros del estado.

También el desmantelamiento de los cobertizos demandaría un presupuesto importante, pero prima considerar ante todo los potenciales riesgos de incidentes que pudieran ocurrir por desprendimientos de las chapas de las estructuras en desuso.

Estas instalaciones fueron abandonadas a su suerte en 1984, cuando dejó de funcionar el mítico trencito de trocha angosta y cremallera.

A más de cuarenta años de no utilizarse ese pintoresco medio de transporte, en la actualidad se aprecia que los restos ruinosos de las viejas coberturas causan, irremediablemente, impactos negativos en el ambiente, como son: desvalorización del paisaje, peligro latente de graves accidentes y desperdicio económico.

En suma, una imagen de abandono y miseria.

Asimismo, se especula que, con las roturas y efectos de deterioro físico y estructural, las chapas onduladas, lisas o laminares, que configuraban la protección de los cobertizos, hoy semidesmanteladas y flojas, constituyen un entorno peligroso para las personas y vehículos que circulan diariamente por la ruta nacional 7, adyacente a la traza ferroviaria. Grandes camiones de cargas, ómnibus de turismo y vehículos particulares pasan por el lugar, donde en ocasiones se registran fuertes vientos y tormentas que pueden provocan que se desprendan chapas y/u otros elementos de las antiguas estructuras.

El autor de esta propuesta, el arquitecto Tetilla, observa que eventualmente se podría reutilizar el material que se retire de la zona, ya que constituye un volumen de grandes piezas de madera que tras su reacondicionamiento servirían para viviendas u otros usos.

Al retirar los elementos residuales de los cobertizos del tren Trasandino, esos residuos de la construcción podrían reinsertarse en obras, reutilizando materiales recuperados y bajando costos de producción. Al distribuirlos entre personas que los necesita y los centros comerciales (como propone la Cámara de Comercio de Alta Montaña, para la villa de Puente del Inca) se contribuye: al desarrollo urbano, el mejoramiento de la salud pública y a la economía regional.

Finalmente, esta propuesta del Grupo Eco Hábitat Mendoza, integrado por profesionales de diversas disciplinas, pretende alertar y llegar a una solución de cuidado y promoción del bien común de la sociedad mendocina, y la seguridad del visitante externo que circula por nuestra geografía de la alta montaña.

LAS MAS LEIDAS