Por el cambio climático, seis millones de jóvenes de América Latina podrían caer en la pobreza en 2030, según estudios en profundidad realizados por la Cepal y la Unicef. El reclamo en esta encrucijada es que los países implementen a tiempo medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los cultivos y el cambio climático.
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Gentileza Los ciudadanos tenemos que intentar por todos los medios profundizar el cuidado de la tierra y todas sus manifestaciones de naturaleza pura, como son ríos, arroyos, humedales, arboledas urbanas y suburbanas y contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático a como dé lugar.
Es un mandato lanzado para todas las comunidades del mundo y en especial de América latina, ante las advertencias lanzadas por organismos como la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La cifra podría aumentar a casi 18 millones si los países no implementan a tiempo medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, según alertó un informe de Unicef y la Cepal.
El portal digital de la Universidad Nacional de Cuyo, Unidiversidad, publicó en septiembre que el cambio climático provocará que seis millones de personas menores de 25 años que viven en América Latina y el Caribe caigan en la pobreza para el año 2030, según el informe de la Cepal y la Unicef.
Para colmo, la situación puede agravarse y esa cifra podría aumentar a casi 18 millones si los países no implementan a tiempo medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, según las advertencias de por lo menos estas dos instituciones internacionales de amplia reputación.
“La humanidad enfrenta riesgos sin precedentes que amenazan no solo su presente, sino también sus oportunidades futuras", señala el informe citado. El documento destaca que el cambio climático afecta a los jóvenes y niños "de manera desproporcionada" porque son "más vulnerables" y "tienen menos capacidad para soportar y sobrevivir a condiciones climáticas extremas, como inundaciones, sequías, tormentas y olas de calor".
El reclamo aquí es que los países implementen a tiempo medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. La región tiene unos 650 millones de habitantes.
El reporte recomienda a los gobiernos fortalecer servicios sociales en salud, nutrición y educación, y aumentar las inversiones para proteger infraestructuras críticas, especialmente aquellas relacionadas con la infancia. El documento también pide incrementar el financiamiento de programas para mitigar el cambio climático, una mayor educación ambiental en las escuelas y una mejor respuesta a emergencias.
El problema es bien real y concreto para países como el nuestro, donde el tema ambiental no está tan desbordado como en otras regiones, pero que, sin embargo, debe mantener las alertas y no dejar que las acciones de sustentabilidad ambiental se caigan a valores de los cuales después no se pueda salir.
Un compromiso por alcanzar ese equilibrio ambiental debe partir de la administración central y los gobiernos de provincia y procurar salir de la mirada negacionista que fijara nuestro Presidente en enero de 2024, en la cumbre del Foro Económico Mundial de Davos.
El mandatario argentino asegura, en principio, que la Tierra ha experimentado ciclos naturales de calentamiento y enfriamiento a lo largo de su historia, y que el calentamiento actual es parte de ese ciclo. Cuestiona la precisión de las predicciones científicas sobre el cambio climático y critica las políticas internacionales que buscan combatirlo, considerándolas como un "invento de los zurdos" para recaudar impuestos y financiar agendas socialistas. Los científicos que estudian el tema sostienen que está equivocado o mal asesorado.