26 de octubre de 2025 - 00:00

Por una elección que enriquezca al sistema político

Todas las elecciones populares deben ser consideradas importantes, fundamentalmente porque permiten que la ciudadanía ejerza con libertad su derecho a votar, de modo de elegir a los candidatos que representan mejor cada sentimiento político, ideológico. Pero siempre con la mirada puesta en el bien común, no en el propio.

Una nueva cita electoral convoca a los argentinos. En esta oportunidad, la unificación dispuesta por el gobierno provincial permite que en una misma jornada en Mendoza se elijan candidatos nacionales, provinciales y municipales, en este último caso en la mayoría de los departamentos.

Esa unificación eleccionaria fue razonable en virtud del ahorro presupuestario puesto en práctica desde la Nación al simplificar el mecanismo de votación, que a partir de este momento es mediante el sistema de Boleta Única, como ya se venía aplicando en Mendoza, y dejó de lado provisoriamente las elecciones primarias implementadas en el país a partir de 2011.

Siempre una elección legislativa, también denominada de medio término o de mitad de mandato, es de mucha consideración. En la práctica sirve para que la ciudadanía opine a través del voto sobre el rumbo de la gestión. Por ello la Constitución Nacional le asigna especial trascendencia al Congreso, uno de los pilares del sistema republicano que nos rige.

El Parlamento debe ser un puntal de la relación entre los distintos poderes, porque es el que nuclea la pluralidad de voces que representan el sentir de la población. Esta es, según constitucionalistas, la clave para hacer fuerte al sistema. Por otra parte, a nivel nacional la participación del Congreso y el Poder Ejecutivo en la formación y sanción de las leyes es un ejemplo de ello. La modalidad replica en cada ámbito provincial.

En democracia, un importante protagonismo debería tenerlo siempre el ámbito parlamentario, ya que toda iniciativa trascendente requiere de un debate profundo, esclarecedor de las posturas que ejerce cada uno de los espacios políticos representados.

Posiblemente, el mayor problema radique en la credibilidad de la población en sus representantes, en su clase dirigente. Se observa una clara decepción, que este año se ha manifestado en cada una de las elecciones de distrito adelantadas en el bajísimo porcentaje de votantes. Abunda el concepto de que las autoridades electas poco hacen por la gente y priorizan sus propios intereses.

Esto debería obligar a la dirigencia política a esmerarse por estar más cerca de las inquietudes de la población. Un aspecto sustancial sobre el que nunca se termina de enderezar el rumbo. Un requerimiento para una clase dirigente que tiene la obligación de esmerarse para apuntalar la imagen de la democracia recuperada hace más de 40 años.

Se llega a la conclusión, por lo tanto, de que todas las elecciones populares deben ser consideradas importantes, fundamentalmente porque permiten que la ciudadanía ejerza con libertad su derecho a votar, de modo de elegir a los candidatos que representan mejor cada sentimiento político, ideológico. Pero siempre con la mirada puesta en el bien común, no en el propio.

Principalmente en el plano nacional, es de esperar que superadas las diferencias políticas potenciadas durante la campaña electoral que acaba de finalizar, y con los resultados de hoy admitidos por las partes, prevalezca la templanza que lleve a nuestros parlamentarios a lograr el equilibrio político que el país necesita. Debe primar el debate de ideas, nunca el de consignas que sólo esconden intereses sectoriales.

LAS MAS LEIDAS