Retenciones: en medio del malhumor, los vitivinícolas negocian cambios en la implementación

En medio del malestar evidente en la industria vitivinícola por la vuelta de los derechos de exportación, ahora el foco está puesto en cambiar la forma de implementarlas. Alivio en las actividades que quedaron excluidas del tributo.

En la vitivinicultura hay mucho malestar por el regreso de las retenciones.
En la vitivinicultura hay mucho malestar por el regreso de las retenciones.

El gobierno nacional dio marcha atrás con la decisión de aplicar nuevamente retenciones a las economías regionales. Alrededor de una veintena de productos quedaron excluidos de la medida que anunció el ministro de Economía Luis Caputo el martes de la semana pasada. La industria vitivinícola es la única que deberá hacer frente al tributo aunque hubo cambios, se redujo a un 8%.

Pese a la rebaja, la decisión aún hace mucho ruido dentro del sector porque en principio los derechos de exportación recaerían sobre el total facturado, y no sobre el producto en sí: el vino.

Por estas horas, hay negociaciones con la secretaría de Bioeconomía para intentar explicar cuál es la situación particular de la industria madre de Mendoza y tratar de revertir, al menos, algunos detalles de la implementación.

“De esta manera pagamos hasta por los insumos”, dijo un bodeguero y luego agregó “las retenciones a la soja, es sobre el producto, no hay más nada, pero en el caso del producto vino, tal como está por ahora, tenemos que tributar también por la botella, el corcho, la etiqueta”.

En el resto de los sectores agroexportadores mendocino hay alivio por quedar afuera de la decisión del Palacio de Hacienda, sin embargo esperan por la reglamentación para terminar de respirar con tranquilidad.

Una alegría que duró solo 3 meses

Más de una década la industria del vino deambuló por pasillos oficiales y reclamó en encendidos discursos en las temporadas de vendimia por la eliminación de las retenciones. Ese largo peregrinar tuvo su recompensa cuando a mediados de año el ministro de Economía y por entonces candidato a presidente, Sergio Massa, anunció el fin del 4,5% de los derechos de exportaciones para el vino fraccionado, a granel y el mosto concentrado.

La quita de los derechos de exportación entró en vigencia el 7 de septiembre, retroactivo al 1 de ese mes.

Pero el festejo duró apenas 3 meses y medio. El martes 12, durante el mensaje que brindó el ministro Caputo confirmando un plan de ajuste fiscal de 5,2 puntos del PBI, también habló de la necesidad de engrosar las alicaídas arcas del Estado y comunicó que volvían las retenciones, pero además, al 15%, y para todos los productos.

A partir de ese instante comenzó un ida y vuelta con el fin de aminorar la carga que tuvo como corolario la confirmación por parte de Fernando Vilella, secretario de Bioeconomía, de las nuevas pautas para los sectores exportadores.

Alrededor de 20 economías regionales agroexportadoras no pagarán el tributo y en el caso de la vitivinicultura, se mantiene la intención de cobrar por derechos de exportaciones, pero del porcentaje inicial previsto del 15% se redujo al 8%.

Bajó, pero no convence

Desde que Economía anunció el retorno de las retenciones, las entidades vitivinícolas comenzaron otra vez a negociar con el Gobierno para buscar una salida a un tema que genera rechazo y malestar en la industria.

Por el momento, el diálogo está abierto y si bien en el Palacio de Hacienda están cerrados en no dar marcha atrás con el 8% de retenciones, la apuesta está en lograr cambios en la implementación.

“Lo que nos confirman es que el vino quedó con la retención del 8% pero en realidad se va a seguir evaluando. Hemos recibido comentarios que sería muy difícil bajar ese porcentaje, lo que estamos tratando de hacerles entender es que ese valor está puesto sobre el valor final facturado, es decir sobre la botella”, lanzó Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de cooperativas Vitivinícolas (Acovi).

El titular de Acovi consideró que implementar las retenciones de esa manera “es una locura, porque están poniéndole retenciones a los insumos” y continuó: “No es lógico que sobre un insumo, que además muchos son importados y que ya pagaste a un dólar de 800 pesos más el 17,5% de impuesto PAIS, encima tengas que abonar retenciones”.

El dirigente vitícola mantiene la esperanza en que algunos aspectos de la medida puedan revertirse porque “no hay nada cerrado todavía, está de nuevo en revisión, y si bien están duros con el tema de no bajarlo del 8%, al menos que entienden esto, como es con el vino y el tema insumo. Esperemos que lo revisemos, así que por ahora estamos en esa dulce espera”, comentó.

Ramiro Barrios, directivo de Bodegas de Argentina y especialista en comercio exterior aseguró que por ahora lo único que está claro es que “un 8% es un récord histórico en las retenciones aplicadas al vino”.

“El gobierno ha informado que este tipo de retenciones son transitorias pero uno no tiene claro cuánto tiempo van a estar”, sostuvo Barrios, y si bien recordó que “es un proyecto de ley y tiene que ir al Congreso, con lo cual es algo que no está en vigor todavía”, también reconoció que por el momento hay “muchas dudas en el sector sobre cómo esto va afectar la rentabilidad de las exportaciones”.

“Entendemos que es parte de las medidas que toma un gobierno nuevo, que está recién en funciones, con lo cual son las primeras medidas de lo que esperamos sea un plan de estabilización”, finalizó.

Para Mauros Sosa, del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, “que pase del 15% al 8% no cambia demasiado la opinión de que se trata de un impuesto distorsivo a una actividad de mano de obra intensiva, que le cuesta mucho en un contexto macroeconómico tan desestabilizado por exportar y ganar competitividad.

“El hecho de tener aunque sea un mínimo de retenciones resta competitividad y lo que nosotros necesitamos es ganar competitividad para poder ingresar divisas”.

Lo único esperanzador para Sosa es que el tributo está planteado como algo transitorio, sin embargo, le genera un temor extremo el hecho de que “en este país lo transitorio siempre ha sido una frustración para el ciudadano argentino, con impuestos que vienen por dos días y se quedan dos décadas”, remarcó.

Retenciones 0

Fernando Vilella, secretario de Bioeconomía, enumeró las economías regionales que quedarán sin retenciones y en el caso de Mendoza esta decisión alcanza a la olivicultura, el ajo y el sector frutícola. También se ve favorecida la miel.

Las otras son el arroz, cueros bovinos, lácteos, hortícolas, porotos, papa, legumbres (garbanzos, lentejas, arvejas), azúcar, yerba mate, té, equinos y lana.

Mario Bustos Carra, gerente general de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen) reconoció que “estábamos muy preocupados pero afortunadamente quedó afuera la olivicultura”, porque si seguía adelante la intención de aplicar retenciones “era muy probable quedar fuera de juego”.

Alfredo Cecchi, productor olivícola, recibió con satisfacción la noticia porque “no nos quita competitividad”, teniendo en cuenta que “el oliva es un producto que tiene mucha competencia a nivel global y las retenciones nos dejarían afuera de muchos mercados”, indicó.

Lucio Álvarez, presidente del Comité de Exportadores de Ciruela de Mendoza (Cecim) dijo que “entendemos que la ciruela está exceptuada” aunque esperan la letra chica de la reglamentación.

Para el productor y exportador, si avanzaba el Gobierno con las retenciones “nos sacaba de mercado” y “de hecho nosotros ya estamos casi fuera de mercado porque para exportar ciruelas desde Argentina a Europa, Estados Unidos, México hay que pagar aranceles y eso ya nos complica mucho con nuestros competidores, como Chile que tiene arancel cero”, explicó.

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