Más del 26% de las etiquetas de AOVE de Mendoza que buscan obtener el sello de Indicación Geográfica este año lo hacen por primera vez.
Nueve nuevas marcas de aceite de oliva virgen extra (AOVE) mendocino iniciaron en 2025 el proceso para certificar su producto con el sello de Indicación Geográfica (IG), un distintivo que posiciona a Mendoza como referente de calidad en el continente. Se trata de Desdén, Alma Arauco, Asamblage, 1917, Amores Secos, Primitivo, Las Susanas, Avvenenza y Familia Minotto, que buscan sumarse a la lista de etiquetas que portan esta garantía de origen.
Actualmente, 35 marcas han manifestado su intención de certificar sus aceites en esta campaña. De ellas, más del 26% lo hace por primera vez, según datos de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), que coordina el proceso junto al Ministerio de Producción del Gobierno provincial.
Además de las nuevas aspirantes, otras reconocidas almazaras volverán a certificar: Oilco, Pisi, Laur Clásico y Cruz de Piedra, Moluá, Centenarios Yancanello, Don Bosco, Mobile Rural, AOVE Argentino, Envero, Alma Arauco, Oculto (Facultad De Ciencias Agrarias UNCuyo), Flor Mía, Zuelo IG, Straven, Finca San Gerardo, Fincas Patagónicas, Tapiz, María Ravida, Piuque, Primitivo, Malagueña, Domingo Lo Vecchio, La Portada, Corazón de Lunlunta Olivares de Don Ignacio, Castelmonte, Patagonia Gourmet y Goya de los Olivos, consolidando la identidad del AOVE mendocino con trazabilidad y controles estrictos.
El sello IG no es solo una etiqueta: es una declaración de origen, identidad y excelencia. Para obtenerlo, cada finca y almazara es auditada por Asolmen, que verifica el cumplimiento de estándares como el uso de tanques de acero inoxidable, el seguimiento de la trazabilidad y el manejo adecuado del fruto.
Cada aceite se somete a un triple control de calidad: análisis físico-químico en el INTI, evaluación sensorial en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, y una cata “entre pares” con maestros aceiteros.
Además, para lograr la certificación, el AOVE debe contener entre 20% y 50% de aceituna Arauco, la variedad autóctona de Mendoza y única en el mundo. Esta otorga al producto su perfil característico: picante, de amargor intermedio y alto contenido de polifenoles.
Cada botella con IG incluye una etiqueta inviolable con código QR, tinta reactiva a luz UV, tecnología VOID y microcortes de seguridad. El sistema de trazabilidad que respalda al sello mendocino es uno de los más exigentes del mundo.
Desde septiembre de 2022, Mendoza ostenta un logro histórico: es la primera región del continente americano con aceites de oliva virgen extra certificados con Indicación Geográfica. Hoy, ese distintivo sigue sumando embajadores del sabor y la identidad local en cada botella.