Los desafíos que enfrenta el equipo económico para cumplir con el objetivo de reducir la inflación por debajo de 4%

El ministro de Economía, Sergio Massa, afronta complejos panoramas en varios frentes clave para normalizar la marcha de la macroeconomía y revertir las expectativas inflacionarias. La apuesta ponerle un freno a la carrera de los precios antes de abril.

Los desafíos que enfrenta el equipo económico para cumplir con el objetivo de reducir la inflación por debajo de 4%.
Los desafíos que enfrenta el equipo económico para cumplir con el objetivo de reducir la inflación por debajo de 4%.

El ministro de Economía, Sergio Massa, se fijó un plan ambicioso al marcar como objetivo que la tasa de inflación quede por debajo del 4% mensual en abril de 2023 y para lograrlo deberá ajustar el marco macroeconómico, lo que traducido representa acumulación de reservas en el Banco Central, reducción del déficit fiscal, recorte de la brecha cambiaria, y refinanciamiento de la abultada deuda en pesos.

Al mismo tiempo, junto a este paquete deberá estimular las exportaciones dado que es la única fuente genuina de ingresos, ya que el mercado de deuda en moneda extranjera voluntario está cerrado y el financiamiento de organismos multilaterales es acotado.

La otra pata de este esquema es la búsqueda de anclar expectativas, para lo cual puso en práctica el programa “Precios Justos” con el fin de balizar el precio de los alimentos con alzas mensuales de 4%, sendero al que añadió a los combustibles con el fin de sumar previsibilidad a las estructuras de costos.

Los analistas del mercado se mostraron escépticos respecto al resultado final que pretende obtener Massa en cuatro meses, pero no descartaron que, como mínimo, logre frenar la velocidad de la suba de precios. Al menos eso fue lo que mostró el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del que participaron 39 agentes económicos.

El pronóstico de este grupo de analistas consultados por el Banco Central indica que, para los próximos cuatro meses, la tasa de inflación difícilmente baje del 6%. Pero reconocen que la escalada se desaceleró. De hecho, bajaron de 100% a 99% la proyección para 2022 y si bien la variación que no es significativa en el margen, sí lo es en el quiebre de tendencia.

Respecto de la acumulación de reservas, Economía recurrirá a varias fuentes. La más inmediata es la liquidación del dólar soja que hasta el miércoles le había reportado ingresos por U$S 693 millones, tras ventas del sector por U$S 1.355 millones. Aún restan liquidarse como mínimo U$S 1.645 millones del compromiso de U$S 3.000 que firmaron con el gobierno.

En contrapartida la sequía impone un gran signo de interrogación sobre cuál será el real impacto, dado que aún no se vislumbra la salida. Ya perdida el 50% de la cosecha de trigo y por ende sus ingresos, la falla hídrica está poniendo en riesgo la siembra de soja y en caso de persistir puede hacer sucumbir todos los planes.

Por otra parte, el equipo de Massa espera un saldo importante de la “ecuación diciembre” con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que resta un desembolso de U$S 6.000 millones contra un pago de U$S 2.000 millones.

A su vez, habrá que aguardar la acreditación efectiva de una serie de créditos del BID que ya fueron aprobados pero aún falta su imputación definitiva.

La mejor posición del Banco Central permitirá despejar la incertidumbre en torno a su capacidad para administrar el tipo de cambio y, paulatinamente, reducir la brecha frente al dólar informal y las opciones bursátiles. Al cierre del miércoles 7, la diferencia con el “blue” era de 79%, mientras que con el Contado con Liquidación trepó a 91% ($338,09) y con el MEP se ubicó en 86% ($328,98).

En pos de achicar el rojo fiscal y pese a las exigencias del año electoral, Massa está obligado a sostener la baja del gasto público, tal como viene sucediendo en los últimos meses. Al respecto, un informe de la consultora Analytica sostuvo que, en noviembre, el gasto primario real bajó $111.600 millones (-7,2%) respecto de octubre.

El ajuste recayó en todos los sectores, destacándose por su impacto el gasto en jubilaciones (7%), transferencias a las provincias (45%) y obra pública (31,9%). El trabajo precisó además que, desde la llegada de Massa en agosto, el gasto primario retrocedió $1,7 billones respecto de igual período de 2021, equivalente a 23%.

Respecto de la deuda en pesos, la Secretaría de Finanzas enfrenta el miércoles 14 otro test clave en una licitación para refinanciar vencimientos por $ 405.638 millones. En las últimas operaciones los inversores privados se mostraron reacios a renovar sus tenencias, incluso cuando se los tentó con tasas de hasta 118% y con plazos más cortos. Los dueños de esos títulos son refractarios a tomar deuda que los zambulla al fárrago del calendario electoral.

Dado que el roll over fue insuficiente, gran parte de esos pesos que no fueron refinanciados terminaron presionando sobre el Contado con Liquidación y el dólar MEP, de allí la suba que expresaron ambas cotizaciones en las últimas ruedas.

A partir de esta dinámica, el gobierno nacional deberá buscar el mecanismo apropiado para sortear este obstáculo en los próximos meses ya que, de continuar la escalada de las cotizaciones que se pueden comprar legalmente en la Bolsa, se atizará la inflación y será mucho más difícil cumplir con el norte que marcó Massa para que los precios corran por debajo del 4% mensual.

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