El nuevo esquema arancelario anunciado por Donald Trump, complica la rentabilidad de Nike y Adidas, ya que una parte considerable de su producción proviene de países afectados por el incremento en los impuestos de importación.
Las recientes medidas arancelarias impulsadas por Donald Trump impactan fuerte en el sector textil y deportivo, poniendo en alerta a grandes marcas globales.
El nuevo esquema arancelario anunciado por Donald Trump, complica la rentabilidad de Nike y Adidas, ya que una parte considerable de su producción proviene de países afectados por el incremento en los impuestos de importación.
En el caso de Vietnam, donde Nike fabrica el 50% de su calzado y Adidas el 39%, la tarifa de importación aumentará hasta un 46%, afectando directamente sus costos de producción y su margen de ganancias.
Otros países clave para la manufactura, como Camboya, China e Indonesia, también se ven perjudicados por la medida. Esto representa un desafío logístico y financiero para ambas compañías, que podrían verse obligadas a trasladar su producción a otras regiones con costos aún inciertos.
Las consecuencias ya se reflejan en el mercado bursátil, las acciones de Nike cayeron más del 7% tras el anuncio, mientras que Adidas y Puma también sufrieron pérdidas significativas. Además, Nike reportó en su tercer trimestre fiscal una disminución del 9% en sus ingresos y una caída del 32% en su utilidad neta, lo que podría agravarse con los nuevos impuestos.
Ejecutivos de Nike y Adidas expresaron su preocupación ante este cambio drástico en la política comercial de Estados Unidos. La volatilidad en las regulaciones fiscales y la incertidumbre en las relaciones comerciales internacionales generan un panorama complejo para la industria del calzado y la vestimenta.
El impacto de los aranceles no se limita solo a Nike y Adidas, sino que afecta a toda la industria del calzado y la vestimenta deportiva. Otras empresas y sectores que sufren consecuencias incluyen:
Para mitigar el impacto de estos nuevos costos, las compañías evalúan estrategias como la diversificación de sus centros de producción, la negociación de acuerdos comerciales alternativos y la optimización de sus procesos logísticos. Sin embargo, trasladar la manufactura a otras regiones no es un proceso inmediato ni sencillo, ya que requiere inversiones en infraestructura y capacitación especializada.
El futuro de la industria dependerá en gran medida de la evolución de esta política arancelaria y de las decisiones estratégicas que tomen las compañías afectadas. Mientras tanto, el sector sigue de cerca el impacto en los mercados financieros y en la competitividad de las grandes marcas internacionales.