En el día de la Minería es bueno una reflexión, Mendoza avanza en la consolidación de una matriz productiva ampliada, con la minería como uno de sus pilares fundamentales. Cada paso dado en esta dirección ha sido fruto del compromiso colectivo, de decisiones valientes y de la visión compartida de un futuro mejor.
A lo largo de los últimos años, la sociedad mendocina ha comenzado a recorrer un camino de transformación profunda. La minería, muchas veces debatida, fue tomando forma como una oportunidad concreta gracias a la participación activa de instituciones, cámaras, ciudadanos, profesionales (Marita Ahumada, Eddy Lavandaio) y el acompañamiento político. Fue desde las aulas (profesores como Franklin Lucero, Jorge Caviedes, Jorge Argento, Martín Flores, Janet Romero, Carolina Peña, Marcelo García) donde comenzó a gestarse este cambio: docentes comprometidos introdujeron el concepto de “Malargüe Distrito Minero”, impulsando el conocimiento y la difusión de la actividad minera en nuestras escuelas. Un término que luego fue adoptado por distintos niveles del Estado, reconociendo su potencial simbólico y proyección.
Desde nuestro lugar, también fuimos parte activa de este proceso. Con el Encuentro Binacional de Mujeres Mineras, realizado con el apoyo de la Secretaría de Minería de la Nación, fue un hito que reunió a mujeres trabajadoras del sector de ambos lados de la Cordillera, fortaleciendo vínculos, derribando estereotipos y mostrando que la minería también tiene rostro de mujer.
Marita Ahumada minería geóloga
Desarrollo de la mujer trabajando en minería
Gentileza
Las marchas desde Malargüe hasta la ciudad de Mendoza llevadas adelante por vecinos y organizaciones locales, dejaron claro que existe licencia social, que hay comunidades que quieren la minería, que la consideran una herramienta de desarrollo sostenible. Y ese deseo se expresó también en la presentación de un proyecto minero ante la Legislatura, por el ex intendente Ojeda, como en tantas otras iniciativas legislativas y públicas que manifestaron respaldo y compromiso.
Hoy, con un nuevo impulso político encabezado por el gobernador Cornejo, y su equipo, Mendoza apuesta con firmeza por la minería. No se trata de una decisión oportunista ni coyuntural, sino de una elección estratégica que piensa en las próximas décadas. El gesto simbólico de presentar cobre, vino y agua en la Asamblea Legislativa es una síntesis clara de lo que se busca: equilibrio, desarrollo y futuro.
La reciente sanción del Código de Procedimiento Minero representa un paso clave en este proceso. Una herramienta moderna, que agiliza plazos, brinda mayor transparencia y otorga certezas tanto a la ciudadanía como a los inversores. Marca un antes y un después para Mendoza, que ya se posiciona como un actor relevante en la escena minera nacional e internacional.
Cada iniciativa, cada gesto, cada manifestación pública o institucional ha sido parte de un tejido colectivo que hoy nos coloca ante una oportunidad histórica: convertirnos en protagonistas de un modelo productivo que incluye al cobre como motor de exportación y progreso.
Esta historia no la escribió un solo actor. La estamos escribiendo entre todos. Y ese quizás sea el mayor logro: haber comprendido que el desarrollo no se impone, se construye con consensos, con mirada a largo plazo y con esperanza. Mendoza camina hacia adelante, y lo hace con los pies firmes en la tierra, con los ojos en el futuro y con el corazón lleno de compromiso.
*La autora es