Durante el segundo día de Argentina Mining 2025, el Coordinador del Área de Desarrollo Sostenible de la Dirección de Minería de Mendoza, Javier Frías, fue uno de los protagonistas de la jornada con su presentación “Lineamientos estratégicos para la gestión minera sostenible”.
En el encuentro, que desde 1996 se consolida como el evento más importante del sector en el país, Frías propuso una mirada integral sobre la minería sustentable, entendida como un eje transversal que articula lo social, lo ambiental, lo económico y lo educativo. Según destacó, la sostenibilidad “ha dejado de ser una palabra abstracta o un concepto difuso” para transformarse en una guía concreta que orienta políticas, proyectos y decisiones dentro de la gestión minera.
El funcionario explicó que, desde la Dirección de Minería, se creó hace poco más de un año un área específica dedicada al desarrollo sostenible con el propósito de diseñar una agenda de trabajo que refleje una nueva manera de entender la minería. “Buscamos una sostenibilidad integral que articule distintos ejes estratégicos, como el ambiental, el de gobernanza, el sociocomunitario, el económico-productivo y el educativo-cultural”, señaló. Esta estructura, agregó, permite traducir lineamientos generales en iniciativas concretas que vinculen la competitividad y la innovación con el compromiso hacia las generaciones futuras.
En ese sentido, Frías planteó que el gran desafío para el sector es pasar de los discursos a la acción, construyendo una minería que genere valor compartido y promueva un desarrollo equilibrado. En su visión, los cambios recientes en la política minera provincial reflejan un esfuerzo por consolidar una nueva institucionalidad que integre a todos los actores del ecosistema: desde las empresas y los organismos públicos hasta las universidades y las comunidades locales.
Lineamientos estratégicos para una minería sostenible
La exposición de Javier Frías giró en torno a las cinco agendas que guían la estrategia provincial para una minería sostenible. Según explicó, estas agenda: social, ambiental, económica, educativa y de gobernanza, constituyen la base de un modelo de gestión que busca equilibrar el desarrollo económico con la responsabilidad ambiental y el bienestar comunitario. “En la Dirección de Minería pensamos la sostenibilidad como un eje que orienta políticas y proyectos, no como un conjunto cerrado de programas”, comentó.
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Melisa Sbrocco
El coordinador destacó que la clave está en lograr una visión transversal de la actividad, en la que cada área aporte a un objetivo común: una minería que combine crecimiento con compromiso social. Desde su perspectiva, los nuevos lineamientos no solo deben aplicarse a las grandes empresas, sino también a los pequeños y medianos productores que forman parte del entramado local. “Nos gusta hablar de agendas porque entendemos que no se trata de imposiciones, sino de orientaciones que permiten que la gestión minera sea autónoma, responsable y transparente”, explicó durante su intervención.
Con esta propuesta, Frías invitó a los asistentes de Argentina Mining a repensar el papel de la sostenibilidad dentro del negocio minero, planteando que el futuro del sector dependerá de su capacidad para generar consenso, fortalecer la transparencia institucional y crear vínculos sólidos con las comunidades. “La sostenibilidad ya no es un accesorio del desarrollo minero, sino el núcleo desde el cual se deben tomar las decisiones”, afirmó.
Gobernanza abierta y transparencia institucional
Uno de los ejes más desarrollados por Frías fue el de gobernanza abierta, un enfoque que busca garantizar transparencia, legitimidad y coordinación interinstitucional dentro del sistema minero provincial. El funcionario explicó que el desafío consiste en pasar de la mera registración de datos a la creación de un ecosistema de información pública que permita que la ciudadanía y las empresas accedan de manera ágil a los datos del sector. En palabras de Frías, “la minería es una actividad que produce una gran cantidad de información muy valiosa, y el desafío está en cómo pasar del archivo a construir un ecosistema de información pública”.
Para el coordinador, este cambio de paradigma apunta a mejorar la gestión interna del Estado, pero también a fortalecer el vínculo de confianza entre la actividad minera y la sociedad. Por eso, desde la Dirección de Minería se promueve una lógica de cooperación entre instituciones, con el objetivo de alinear intereses y generar sinergias entre los distintos sectores involucrados. “La minería conecta múltiples sectores, y nuestro trabajo es transformar esa diversidad en redes y alianzas de proyectos”, explicó, destacando la importancia de articular esfuerzos entre lo público, lo privado y lo académico.
Como ejemplo de estas iniciativas, Frías mencionó la Expo Educativa Minera, un espacio de encuentro donde convergen instituciones educativas, científicas, empresariales y gubernamentales. Allí, el público puede conocer de cerca cómo se forma el capital humano para el sector y participar en actividades interactivas. “Buscamos poner en diálogo al sector educativo, al científico, al empresarial y al gubernamental, porque entendemos que solo a través del intercambio se puede construir una minería realmente sustentable”, sostuvo.
Participación comunitaria y minería social
En el ejesociocomunitario, Frías puso el foco en la necesidad de fortalecer la relación entre la minería y las comunidades locales. Explicó que, si bien está demostrado que la actividad genera beneficios en los territorios donde se desarrolla, todavía existen oportunidades para potenciar ese impacto positivo. “La actividad tracciona beneficios, pero creemos que esos beneficios pueden potenciarse y mejorarse”, indicó.
Entre las iniciativas destacadas, mencionó la Declaración Jurada de Buenas Prácticas (Resolución 122), que obliga a las empresas mineras a elaborar diagnósticos sociodemográficos detallados y establecer protocolos de vinculación con las comunidades. Para Frías, este instrumento es clave porque “permite que las empresas comiencen a prever canales de diálogo con las comunidades y formas de participación comunitaria”.
El funcionario también destacó la importancia de los procesos de consulta previa e informada, que se aplican en zonas de influencia de proyectos mineros y que permiten incorporar las preocupaciones y propuestas de las comunidades afectadas. Además, anticipó que se trabaja en un Plan de Minería Social, destinado a los pequeños y medianos productores del sector. “Queremos cambiar la idea de que la minería es solo grande escala; también los actores locales tienen un papel central en este proceso”, sostuvo.
Desarrollo económico y encadenamientos productivos
Frías dedicó una parte significativa de su exposición al eje económico-productivo, donde planteó el desafío de fortalecer las economías regionales a través de la minería. Afirmó que la actividad ya tiene un impacto positivo en las cadenas locales, pero que aún hay margen para mejorarlo. “Las compras a proveedores locales representan el 55% de la facturación de las empresas mineras, un indicador muy alto que todavía puede crecer”, señaló. Según explicó, la meta es alinear los estándares provinciales con las exigencias internacionales, sin perder la identidad productiva local.
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Desde la Dirección de Minería, se promueve un trabajo articulado con empresas y cámaras del sector para eliminar barreras que impiden que los proveedores locales participen plenamente de la cadena de valor. Frías remarcó que “la provincia está preparada en términos de capacidad y calidad de sus proveedores, pero hay que seguir trabajando para romper las barreras que imponen los estándares globales”. De esta forma, se busca no solo dinamizar la economía regional, sino también promover una industria minera más competitiva y diversificada.
Además, el funcionario destacó la importancia de favorecer los encadenamientos productivos, es decir, de integrar a la minería con otras actividades económicas complementarias.
Educación, cultura y patrimonio minero
El último eje abordado por Javier Frías fue el educativo y cultural, considerado clave para consolidar una nueva relación entre la minería y la sociedad civil. “Sabemos que estamos en un buen contexto para el desarrollo de la actividad, pero todavía nos falta mucho en términos de acercar la propuesta del sector a múltiples actores de la sociedad”, admitió. Según explicó, el desafío consiste en generar espacios de encuentro y conocimiento que permitan que más personas comprendan el valor económico, social y ambiental de la minería.
En el ámbito educativo, Frías destacó la sólida oferta académica de Mendoza en carreras vinculadas a la minería y la ingeniería, y subrayó la importancia de fortalecer los vínculos entre las universidades y las empresas del sector. “Creemos que Mendoza tiene una capacidad de producción de conocimiento muy alta, y debemos hacer un esfuerzo por vincular ese saber con la actividad minera”, afirmó. De esta forma, la Dirección busca fomentar la formación de profesionales que puedan insertarse laboralmente en un mercado cada vez más técnico y competitivo.
Finalmente, el funcionario destacó el rol del patrimonio y la cultura minera como herramientas de comunicación y orgullo local. La promoción de espacios patrimoniales, museos y actividades culturales relacionadas con la minería permite construir una narrativa más amplia, donde la actividad se asocie con la producción, con la historia, la educación y el desarrollo social. Para Frías, esta integración cultural es clave para “producir conversación pública” y acercar la minería a la ciudadanía desde una mirada más inclusiva y participativa.