El ritmo de la obra privada comenzó a desacelerar a fin de año

En comparación con el mismo mes de 2020, en octubre se observó una caída del 6%, pese a que el acumulado anual aún muestra un crecimiento del 15%

Tanto las nuevas inversiones, como las ampliaciones y refacciones,  bajaron su ritmo en setiembre y octubre. Foto: José Gutiérrez / Los Andes
Tanto las nuevas inversiones, como las ampliaciones y refacciones, bajaron su ritmo en setiembre y octubre. Foto: José Gutiérrez / Los Andes

Aunque hasta agosto, la construcción privada mostraba un 22% de crecimiento acumulado con respecto al 2020 –y, de hecho, se trataba del mejor ritmo de trabajo de los últimos cuatros años-, en octubre los números comenzaron a ser negativos. Es que, en comparación con el mismo mes de 2020, la actividad evidencia una merma del 6% y el acumulado de los primeros diez meses de 2021 da una suba del 15%; es decir, una desaceleración.

La Asociación de Fabricantes de Cemento Portland releva el consumo mensual de cemento en cada provincia, de acuerdo a dos modalidades de venta: en bolsa y a granel. Mientras la primera se asocia a la construcción privada, la segunda es la que se utiliza para los grandes emprendimientos; generalmente, obras públicas.

Los datos de Mendoza muestran que, en octubre, las ventas de cemento en bolsa cayeron un 6%, en comparación con el mismo mes del año pasado; mientras que las de granel crecieron un 14%. En tanto, el acumulado anual de enero a octubre arroja un crecimiento de 15% en el primer caso y de 33% en el segundo.

Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina, comentó que los indicios que tienen de las cámaras del sector y de las empresas que fabrican cemento portland apuntan a una tendencia -que se empezó a afianzar en los últimos meses y estiman que se sostendrá en 2022- de caída progresiva de las obras privadas y mejora paulatina de las públicas.

De esta manera, señaló, se va manteniendo un nivel de actividad promedio, porque lo que se perdió durante la pandemia en obras públicas, se compensó con las privadas; mientras ahora la situación se revierte, con expectativas de crecimiento de las licitaciones y adjudicaciones de proyectos públicos.

Sobre los motivos del freno de las obras privadas, Fernández detalló que son varios los que confluyen, pero que principalmente se debe a que la inflación arrasó con los ahorros de las personas que hacían reparaciones menores, remodelaciones o ampliaciones pero que, sumadas, mantenían el consumo.

En tanto, el desarrollador inmobiliario, tanto el que construye unos pocos departamentos como el que levanta un edificio, se encuentra con que no tiene clientes, porque, con los ingresos diluidos por el aumento de precios y sin acceso al crédito, la mayoría no puede acceder a un inmueble. Esto, pese a que las propiedades tienen hoy un valor en dólares entre 20 y 25% inferior al que tenían en 2019. Como contraparte, los costos de la construcción aumentaron, lo que redujo el margen de rentabilidad de los desarrolladores.

Dalmiro Barbeito, presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza, detalló que, por el efecto elecciones, muchos inversionistas privados están a la espera de ver qué ocurre con las variables macroeconómicas y que ya anticipaban que se iba a producir una leve disminución de la actividad, sobre todo en las obras privadas.

Pero consideró que la situación debería empezar a recuperarse si se logra un cierre de la negociación con el FMI y la economía empieza a regularizarse. Aunque reconoció que “los empresarios tratamos siempre de ser optimistas”. Por otra parte, consideró poco probable que la construcción se ralentice por las vacaciones, ya que la inversión en metros cuadrados no se ve afectada por una cuestión estacional, sino por la expectativa de una devaluación del dólar oficial de la que, resaltó, se viene hablando hace un par de meses, sin que se concrete.

Asimismo, Barbeito señaló que el programa Mendoza Activa ha significado un puntapié para las inversiones de media escala. Pero que, cuando hay inestabilidad, el inversor tiene dudas y esto, para las construcciones de mediano o gran tamaño, se traduce en postergación.

El titular de la Delegación Mendoza de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), José Candeloro, coincidió en que la incertidumbre ha tenido un efecto negativo, ya que quienes estaban construyendo detuvieron las obras y quienes estaban por comenzar se han quedado a la espera de cuáles serán las medidas económicas que va a adoptar el gobierno nacional y si, efectivamente, va a devaluar. Es que, cuando no está claro el rumbo económico del país, sumó, el privado que tiene dólares guardados, los conserva.

En cuanto a lo que sucedió en los primeros meses de 2021, que las obras privadas venían con buen ritmo en comparación con 2020, Candeloro indicó que Mendoza Activa favoreció la inversión privada. Acotó que las construcciones importantes que están en marcha son las que estaban en ejecución hace dos o tres años y ahora se están terminando lentamente, pero los nuevos proyectos son pequeños complejos de dúplex y, sobre todo, ampliaciones o remodelaciones, no grandes desarrollos.

A la espera de las licitaciones

Candeloro manifestó su preocupación por que las obras públicas no comienzan, pese a que el presupuesto está aprobado. Sumó que, desde la Cámara Argentina de la Construcción vienen reclamando que se llame a licitación antes de que termine 2021, porque en enero y febrero, pese a la pandemia, el movimiento se ralentiza y, si recién se hace el llamado en el primer trimestre de 2022, es muy probable que los proyectos no se adjudiquen antes de mediados de año. Es que el proceso licitatorio, señaló, suele demandar entre 90 y 120 días desde que se publica la convocatoria hasta que se adjudica.

En este sentido, planteó que hay mucha gente en el sector que está sin trabajo –destacó que la obra pública genera mano de obra formal- y que las empresas que han logrado sostener sus estructuras se encuentran en una situación crítica. Es que los proyectos que actualmente se encuentran en ejecución son aquellos que se habían iniciado antes de la pandemia.

Barbeito resaltó que ha habido un cambio de dinámica, ya que se han activado los procesos de concursos para llegar al llamado a licitación y sumó que el IPV ya ha hecho algunos llamados. Pero también indicó que se debe favorecer que las obras se adjudiquen lo más rápido posible porque la inflación juega en contra de los proyectos que demandan un importante movimiento de capital.

Por su parte, Fernández manifestó que hay una expectativa a mediano plazo con las obras públicas, porque las de determinada escala son las que generan empleo en blanco, porque el Estado y los sindicatos realizan controles, mientras para los pequeños trabajos hogareños se suele recurrir al albañil, sin un contrato de por medio.

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