Eficiencia energética: el proyecto residencial que interesa a una empresa multinacional

En el Barrio Judicial se construye un complejo residencial con foco en la sustentabilidad. La empresa química Dow, de EE.UU., y la local Friolatina invertirán en un estudio del Conicet sobre el inmueble.

Una medición del Conicet ayudará a determinar con exactitud cuánto es el ahorro con respecto a una casa construida de manera tradicional. Imagen: Gentileza
Una medición del Conicet ayudará a determinar con exactitud cuánto es el ahorro con respecto a una casa construida de manera tradicional. Imagen: Gentileza

Si uno escucha hablar del “costo energético” de una residencia, puede pensar en cuánto habría que gastar en calefaccionar en invierno o en poder refrescarse en verano. A eso se puede sumar algo más: cuánta energía se gastó en construir esa residencia. Los dos factores son parte de la idea detrás de un emprendimiento inmobiliario que pone el ojo en la eficiencia energética y que será estudiado por el Conicet con la ayuda de dos grandes empresas.

Facundo Vacas y Jorge Chirino son quienes llevan adelante este complejo residencial de 6 departamentos dúplex y un local comercial en el Barrio Judicial, Ciudad. Si bien aún quedan dos meses para la inauguración de “Moncloa”, este martes 28 recibieron la visita de empresarios de Friolatina y de Dow Chemical, empresa química de EE. UU que elabora poliuretano, un material esencial para darle aislación térmica al complejo. Los privados financiarán un estudio para medir su ahorro de energía y así plantear otras construcciones.

En cuanto al consumo energético de cada día, Vacas explicó que la mayor parte del gasto energético tiene que ver con confort térmico (calefacción a gas o eléctrica), pero que el calor muchas veces “se pierde” a través de ventanas, aberturas o por los materiales de la vivienda. Con su sistema de paneles, calcula que la pérdida será mucho menor y se puede ahorrar la mitad del costo de una factura.

En el proyecto Moncloa también participa Dante Bragoni, consultor y profesor de posgrado de la UNCuyo especializado en agua y energía: “Cuando uno compra un electrodoméstico por ley tiene que informar qué calidad de consumo energético tiene. De ese modo, en países como España cuando alquilás una vivienda o hacés una compra-venta te tienen que presentar esa certificación, para que sepas qué tanto vas a gastar después en energía”.

Si se piensa que en Argentina el consumo energético se reparte en tres (transporte, industria y residencias/comercios), mejorar la eficiencia energética de los edificios ayudaría a reducir la falta de energía o la importación de combustibles. “Que una vivienda consuma menos energía implica un beneficio general que impacta en toda la sociedad. Implica invertir menos en producir, transportar y distribuir energía por redes eléctricas o gasoductos”, opinó Bragoni.

La medición del Conicet ayudará a medir los inmuebles del complejo Moncloa para poder determinar con exactitud de cuánto es el ahorro con respecto a una casa construida de manera tradicional con ladrillo. Para esto se tomarán en cuenta dos períodos, invierno y verano y, según cómo avance la construcción, queda definir si comenzarán las mediciones en este invierno o en el próximo verano.

Construcción sustentable

¿En qué se diferencia la construcción de “Moncloa”? Los cerramientos horizontales y de cubierta (envolvente del sistema) fueron materializados mediante paneles metálicos con núcleos aislantes de poliuretano inyectado, revestido en ambas caras con lámina de acero galvanizado prepintado, provisto de un sistema de fijación oculta. Además, las divisiones interiores se realizaron con tabiques de placas de yeso y estructura metálica, con aislaciones acústicas e ignífugas.

Más allá del ahorro en el consumo diario, Chirino y Vacas explicaron que “la huella de carbono de los materiales que componen dicha construcción es sensiblemente menor a la de una construcción tradicional con ladrillos y cemento”. Hay estudios realizados en Reino Unido que avalan una reducción energética significativa al construir con paneles en vez de con el sistema tradicional.

Chirino también señaló que en una obra como la de Moncloa se gastan 20 contenedores de escombros, mientras que ellos solo han usado 3 en este proyecto a punto de terminar. “Yo llevo muchos años en la construcción y siempre se quema y se tira mucha madera; pero en este caso hemos consumido muy poca y lo que nos sobró lo aprovechamos como refuerzo y soporte”, comentó este encargado de la parte arquitectónica.

En cuanto a costos y tiempos, Vacas afirmó que no hay una gran variación en cuanto al costo, pero sí en los plazos: “Un departamento de esta naturaleza con paneles puede ser montado hasta 50 % más rápido que con la forma tradicional. Y con una terminación que no requiere revoques ni volver a pintar”. Si bien eso implica contar con el capital total de la inversión más rápido, también permite un flujo de retorno más veloz.

En síntesis, tanto Vacas como Chirino y Bragoni coincidieron en la importancia de la eficiencia energética para el desarrollo, y de cómo la forma de construcción juega un papel clave en ese sentido. Ideas que van sumando adeptos entre quienes buscan cuidar el medio ambiente y también cuidar el bolsillo al pagar las facturas.

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