Después de una caída de casi 20% en un día, qué errores no se debe cometer con las criptomonedas

Cuáles serían otras alternativas para invertir y qué aspectos se debe tener en cuenta, como inversión inicial, riesgo y tiempo de retorno.

Muchos asesores financieros aseguran que las criptomonedas no son aptas para cualquier inversor, sino para aquellos que están dispuestos a tomar riesgos altos. En realidad, aconsejan que se elija este activo cuando se apunta a una manera de capitalizar los ahorros en el largo plazo. ¿Por qué? Porque suele tener oscilaciones muy importantes y su valor puede caer bruscamente en apenas unas horas.

Ayer, bitcoin, la más importante de ellas, tuvo una caída de 19% en su precio, hasta alcanzar los US$ 42.843. Sin embargo, un banco británico ha estimado que se ubicará en torno a los US$100 mil para principios del 2022. Y es que, más allá de estas marcadas variaciones -muy abruptas en comparación con otros activos- cuando se observa su comportamiento durante más de un año, la línea marca una tendencia ascendente.

El economista Nicolás Litvinoff enumeró en La Nación los errores que se debe evitar si se elige invertir en criptomonedas. Precisamente, el primero es “no asustarse con las caídas violentas”. En este sentido, señala que en varias oportunidades el bitcoin ha tenido caídas superiores al 40% en pocos días y en tres ocasiones se derrumbó más del 80%.

Pero advierte que más del 80% de los bitcoin en circulación se encuentra en manos de inversores de largo plazo, que no los venden cuando se registran estos desplomes. Es que a diferencia de lo que ocurre con las acciones, que caen por crisis financieras de las empresas, el descenso de las criptos se asocia a los movimientos de especuladores de corto plazo, para dar lugar a una nueva recuperación.

Para ejemplificarlo, detalla que, después de haber alcanzado un máximo de US$64.900 el 13 de abril, el bitcoin fue bajando hasta los US$28.816 el 21 de junio. Es decir que, en poco más de 3 meses, se había desplomado un 56%. En ese momento, los vendedores de corto plazo se quedaron sin criptomonedas para seguir liquidando y, ante la escasez de oferta, el precio comenzó a escalar rápidamente. ¿Quiénes perdieron?, plantea: las personas que se dejaron llevar por el miedo y pensaron no solo que la baja continuaría, sino que podría ser el final del bitcoin.

Es decir que se debe asumir que la volatilidad a veces extrema forma parte del día a día del criptomercado. Y la persona que invierte debe pensarse como un inversor de largo plazo en activos bien estudiados y diferentes entre sí.

En el otro extremo de quienes se asustan ante los derrumbes de las criptomonedas están los que buscan el vértigo y la adrenalina de este mercado. Este tipo de inversores, detalla Litvinoff, suele mirar los gráficos e imaginar cuánto dinero habría ganado si hubiesen comprado un activo en sus precios mínimos y vendido en máximos, para volver a comprar en mínimos y, una vez más, hacer la diferencia. Se trata de una fantasía, advierte, ya que no es tan sencillo como parece.

Es que, en la práctica, nadie sabe cuándo se termina una suba o cuando llega el rebote después de una caída más o menos fuerte. De ahí que realizar operaciones de compraventa resulta siempre arriesgado. Como regla general, el 90% de los “traders” pierde el 90% de su patrimonio en un lapso no superior a los 90 días de operaciones. Como contraparte, los “holders” o tenedores de largo plazo, se beneficiaron con la suba de 300% el año pasado y de 70% en lo que va de este.

Criptomonedas
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Para ampliar la mirada, se puede retomar el análisis que “Suraci, evolución de empresas” ha realizado sobre los pros y contras de tres opciones de inversión: criptomonedas, inmuebles y franquicias. Esto, en términos de monto mínimo inicial, riesgos, tiempo de ganancia, grado de confianza y proyección del modelo.

Según Suraci, si se elige invertir en criptomonedas se debe tener en cuenta que se puede diversificar, ya que existe una gran variedad de opciones. El bitcoin es la más popular, tiene un bajo costo de transacción y se pueden comprar fracciones mínimas, por lo que el monto inicial es mínimo. Además, se trata de un mercado que crece constantemente. La emisión de esta cripto es limitada y se pueden enviar y recibir pagos sin fronteras ni horarios. El riesgo es alto o bajo, dependiendo de la composición de la cartera, pero la recuperación de la inversión se produce en el mediano a largo plazo.

Los bienes raíces o inmuebles -terreno, lote, casa, departamento o cualquier propiedad- siempre han sido una de las opciones favoritas para invertir, por lo que el grado de confianza es alto. Según el contexto, han permitido obtener una muy buena rentabilidad (aunque en ocasiones no ha sido así). Actualmente, los rendimientos son muy bajos en términos de alquileres y medio/altos en el sector de compraventa. Aunque hay diversidad de opciones, se requiere una inversión inicial alta y si bien no están exentas de riesgo, son operaciones que brindan tranquilidad. Además, no requieren un control constante por parte del inversor.

El sistema de crecimiento en red a través de franquicias ya se ha instalado en Mendoza. Diversas empresas se han volcado por este modelo de negocios que permite seguir creciendo y posicionando una marca por medio de la apertura de nuevos locales. Uno de los principales atractivos es que se realiza con capital y riesgo de un tercero. Es decir, es el inversor o franquiciado el que asume la mayor parte del riesgo al montar un nuevo punto de venta (aunque se disminuye considerablemente por los conocimientos que le transmite empresario que otorga la franquicia o franquiciante). Además, la inversión inicial que permite montar el local, realizar las adecuaciones necesarias y, según el caso, realizar una compra de stock inicial de mercadería también recae sobre el franquiciado.

En tanto, para el inversor tiene la ventaja de que le permite sumarse a una red de una marca posicionada y un concepto probado, como así también acortar la curva de aprendizaje ya que el franquiciante (dueño de la marca y del concepto) le traslada al franquiciado (inversor que adquiere la marca) todo el “know how” (conocimientos). Este modelo también le permite disminuir los costos de desarrollo de marca, aprendizaje del mercado, precios de proveedores, entre otros. De ahí que los rendimientos son altos y la recuperación de corto plazo.

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