En el edificio Avatar que es un proyecto dentro de Palmares Valley, el Estudio Reynals ha desarrollado tres proyectos que combinan funcionalidad, diseño y experiencia del usuario, cada uno con su identidad propia, pero todos alineados con la elegancia y sofisticación del entorno.
Desde un lounge de encuentro y pausa, donde la flexibilidad y la atmósfera relajada invitan a interactuar y compartir, hasta oficinas que reflejan la identidad corporativa de cada cliente, cada espacio fue pensado para ofrecer versatilidad y bienestar, sin perder la atención por los detalles y la materialidad.
Estos proyectos muestran cómo un diseño interior cuidadoso puede transformar la manera en que las personas viven, trabajan y se relacionan con un entorno, convirtiendo cada espacio en una experiencia única y memorable.
Lounge / Espacio de Relax
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El lounge del edificio Avatar fue concebido como el punto de encuentro y de pausa.
El lounge del edificio Avatar fue concebido como el punto de encuentro y de pausa, un espacio central donde todos los usuarios del edificio pueden reunirse, conocerse y compartir. Este proyecto se desarrolló en colaboración con la arquitecta Cristina Lorente, integrando distintas zonas que aportan versatilidad y flexibilidad, evitando la monotonía y adaptándose a cada necesidad: comer, descansar, trabajar de manera informal o simplemente disfrutar de un café.
Se buscó transmitir una atmósfera calma, relajada y elegante, en sintonía con la identidad sobria del edificio. Todos los muebles fueron diseñados a medida, pensados para acompañar la diversidad de usos y reforzar la unicidad del lugar. La materialidad combina madera de zoita, pana en tonos verdes, cuero y detalles metálicos que aportan contraste y sofisticación.
Ubicado en planta baja, con una fuerte conexión hacia el exterior, el lounge es un espacio luminoso y acogedor que ha sorprendido en su uso cotidiano: además de funcionar como área de comida, se ha convertido en escenario de reuniones, charlas y presentaciones, mostrando su carácter flexible y su capacidad de adaptación a las dinámicas del edificio.
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El edificio Avatar que es un proyecto dentro de Palmares Valley.
El proyecto de las oficinas comerciales de Grupo Presidente se desarrolló en un espacio de planta baja junto a las salas de reuniones del edificio y se llevó a cabo en colaboración con la arquitecta Cristina Lorente. La recepción de estas salas funciona como área de bienvenida, lugar para tomar un café o esperar antes de una reunión. Este pequeño lobby es neutro, monocromático y formal, pero incorpora un toque osado: un sofá de diseño escultórico que invita a una pausa breve, alejándose del convencional espacio de espera.
Dentro del área privada de Grupo Presidente, la oficina se organizó cuidadosamente para optimizar el uso del espacio. Se zonificó un área de espera más amplia, donde un largo sofá acompañado de un cambio de piso define la zona, seguido por un privado vidriado que mantiene conexión visual con el resto de la oficina, y finalmente el área de trabajo. Un detalle destacado es el divisor móvil entre los espacios públicos y privados: un biombo metálico corredizo que otorga privacidad sin sacrificar la luz natural.
El conjunto mantiene un estilo sobrio, elegante y contemporáneo, reflejando la identidad de la marca. Los tonos grises y algunos elementos de brillo aportan sofisticación, mientras que la distribución y los muebles a medida logran ambientes cálidos y acogedores.
Oficinas de Argenteo Mining
Este proyecto es el más amplio de los desarrollados en el edificio Avatar, con un enfoque en la funcionalidad y la calidad de la experiencia para los usuarios. La oficina debía integrar privados, áreas de cowork y salas de reuniones, con el desafío de optimizar la luz natural y mantener el espacio siempre fluido, evitando sensación de saturación.
Al no existir una estética predefinida más allá del logo de la empresa, se tomó como base la paleta de colores corporativos para desarmarla y reinterpretar en materiales y tonos que combinan sobriedad y elegancia, con toques de calidez y elementos novedosos que aportarán personalidad y frescura. Se trabajó especialmente en la acústica, incorporando paneles de fieltro que suman confort y estética, y en el equipamiento a medida, diseñado para acompañar las necesidades de cada área y reforzar la identidad del espacio.
Se diseñaron dos salas de reuniones pequeñas y una gran sala de directorio para 14 personas, donde destaca el contraste entre la textura cálida de la madera y el lino rosa de las sillas, que aporta un toque de frescura y sofisticación.
La iluminación fue estudiada cuidadosamente, en colaboración con el equipo de Aspen Lumière, para asegurar confort visual y funcionalidad en todas las zonas de trabajo.
Finalmente, se buscó maximizar la conexión visual con el exterior: situadas en una esquina del tercer piso, las oficinas aprovechan vistas privilegiadas del pedemonte, integrando el paisaje como un elemento más del entorno laboral y potenciando la experiencia de quienes utilizan el espacio a diario.