“El futuro del comercio que se viene” fue el título de la conferencia de Damián Di Pace en el evento organizado por la Municipalidad de Guaymallén, Claves para una Argentina Competitiva. Di Pace -periodista especializado en Economía, Mercados y Consumo, analista de tendencias y escenarios futuros del comercio- conversó con Los Andes sobre las pymes, la coyuntura actual, la que viene y las estrategias de las marcas para salir adelante.
El profesional aportó un contexto sobre la situación actual y explicó que las reservas están en torno a los 39.550 millones de dólares luego de dos semanas en que el Gobierno no pudo manejar la tensión cambiaria. En la semana previa al acurdo con el Tesoro de Estados Unidos, se habían perdido cerca de 1.100 millones de dólares. De este modo, se logró mantener la estabilidad y dar una señal de fortaleza macroeconómica.
En este marco, continuó Di Pace, el superávit fiscal es una bandera que el Gobierno nacional ha levantado y que sostiene en el presupuesto de 2026. “Esto es una señal para los mercados de que Argentina está comprometida con la disciplina fiscal”, señaló el profesional. Agregó que dicho objetivo se logró con un recorte del sector público, que dejó de ser un motor de la economía con la idea de que el sector privado tome la posta. Aunque hasta ahora no ha sucedido, habrá que ver qué sucede hacia adelante.
_¿Por qué se llegó a la situación límite que se estaba?
_El desarme de las Lefis en julio empujó el valor del dólar lo que obligó a una suba de tasas, lo que contrajo la actividad tanto en el consumo como en la inversión. La macroeconomía se ha tensionado, pero la microeconomía es la que más ha sufrido las consecuencias.
_¿Qué impacto tendrán las quita de retenciones hasta el 31 de octubre?
_La medida busca inyectar dólares frescos en la economía y se estima que el campo podría liquidar hasta 7.000 millones de dólares. Si bien no todos los exportadores lo harán de inmediato, la ventana hasta el 31 de octubre debería ser suficiente para alcanzar el objetivo. Esto es clave para fortalecer las reservas y dar aire al mercado cambiario.
_¿Qué implica el acuerdo con Estados Unidos?
_Argentina tiene antecedentes de estos acuerdos con fondos de estabilización que se también se dieron en países como México y Uruguay. Aquí si bien se había utilizado antes, el último fue en 1995 durante el “efecto tequila”. Muchas veces estos fondos sirven más como una señal para el mercado que como una herramienta de uso constante. De hecho, solo la mención del acuerdo ha generado una baja en la tensión del mercado, el tipo de cambio y el riesgo país. Esto ya posee un efecto tangible en la economía. No es una solución mágica, pero sí un paso en la dirección correcta para dar estabilidad a los precios y a los mercados.
_¿Cómo evalúa el año económico?
_ El tercer trimestre que termina este mes va a ser de caída de la actividad económica por lo que la normalización de las variables macro como el tipo de cambio y las tasas es clave para la reactivación. Si bien hay señales de que las tasas podrían bajar, todavía son altas, lo que estrangula el bolsillo de los consumidores y limita el capital de trabajo de las empresas. A futuro, la reversión de esta situación depende de un proceso largo y complejo ya que se necesita que el ahorro se convierta en inversión, la inversión genere empleo y el empleo impulse el consumo. Para que eso ocurra, es fundamental la estabilidad política y un Congreso con capacidad de impulsar reformas que atraigan la inversión privada y extranjera. Hoy muchas inversiones están paralizadas a la espera de los resultados electorales.
_En este escenario, ¿qué están haciendo las marcas para sobrevivir?
_Las marcas están en proceso de implementación de estrategias de supervivencia muy creativas. La principal es la de financiarse con su propio stock y ceder márgenes de ganancia. Esto les permite generar liquidez en un contexto donde el acceso al crédito es muy limitado y costoso. Además, están en la búsqueda alianzas estratégicas con otras empresas para fortalecer los canales de comercialización. Por ejemplo, una marca de alimentos puede asociarse con una billetera digital para ofrecer descuentos exclusivos o con un banco para acceder a promociones en cuotas.
_ ¿Qué rol juegan las nuevas tecnologías y los canales de venta digitales?
_Las billeteras digitales y el e-commerce han cobrado un protagonismo sin precedentes. Las marcas entendieron que necesitan estar donde está el cliente. Y el consumidor, cada vez más, se mueve en el mundo digital. Es por eso que invierten en publicidad, en redes sociales, desarrollan aplicaciones propias y ofrecen beneficios exclusivos para los usuarios de billeteras digitales. La venta por reposición se ve reflejada en los canales digitales y hay una vuelta a la fidelización, algo que se había perdido.
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Las empresas no solo buscan vender sino también retener al cliente y esto se logra a través de programas de puntos, descuentos exclusivos para miembros y ofertas personalizadas. Los esquemas de promoción son más selectivos y pensados en la rentabilidad, no en “plan platita” que agota el stoc. En este nuevo ciclo económico, la marca que no se adapte no podrá sobrevivir.
_¿Qué ha cambiado en la mentalidad de los empresarios?
_Ha habido un cambio de paradigma en el que pasamos de un ciclo económico donde el empresario se refugiaba en el stock y ponía el precio que quería, a otro más competitivo. Muchos todavía esperan que vuelva el plan platita, pero éstos no van a sobrevivir. Hoy, el mercado doméstico está más aleccionado, hay mayor competencia e incluso más importaciones. Las marcas necesitan ser más eficientes, ajustar sus costos y buscar nuevas formas de llegar al consumidor.
_¿Cómo ve a las pymes en esta coyuntura?
_Las pymes son el motor de la economía y están en una situación muy delicada. Muchas se encuentran al límite con ajuste máximo de sus estructuras e incluso despidiendo personal. El problema es que para que la microeconomía se reactive, la macroeconomía debe estar ordenada. Y hasta que no haya estabilidad cambiaria, reducción de tasas y un flujo financiero que permita un retorno de inversión, es difícil que puedan proyectarse a futuro. Hoy, el empresario pyme se siente como un “bombero” que apaga incendios a diario.
_¿Cuál es el mensaje frente a un escenario electoral incierto?
_En un contexto de tanta volatilidad, es imposible predecir el futuro. La economía es una ciencia social y las decisiones políticas tienen un impacto directo en la vida de las personas y las empresas. Por eso, el Gobierno ha tomado medidas prematuras para evitar una sangría mayor en las reservas. Lo importante para el empresario es entender que la supervivencia no depende de un milagro sino de la adaptación y la innovación constante. No es momento de esconder la cabeza sino de reinventarse.