Carlos Dávila: "Tenemos que repensar el modelo agrícola y buscar nuevas formas de sostener la actividad"
A días de celebrarse un nuevo aniversario, el presidente de la Cámara de Comercio de Tunuyán, Carlos Dávila, analiza los desafíos del sector.
Carlos Dávila, presidente de la Cámara de Comercio de Tunuyán, analiza la situación actual del sector productivo y los desafíos de la economía regional.
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Dávila marca la premisa: “El desafío es transformar la crisis en oportunidades”.
Heredero de una familia de productores frutícolas y vitivinícolas del Valle de Uco, el contador y docente Carlos Dávila aporta el saber práctico del campo a la conducción de la Cámara de Comercio de Tunuyán. Productor de tercera generación, conoce los desafíos que enfrenta la agricultura mendocina y la necesidad de repensar los modelos productivos en un escenario que tiene en constancia la baja rentabilidad y las hostilidades/benevolencias climáticas.
Tras el accidente del reconocido empresario Juan Roth, y conforme al estatuto institucional, Dávila asumió la presidencia de la Cámara luego de desempeñarse como vicepresidente primero. Desarrolla que su gestión se orienta a fortalecer la mirada regional y a consolidar una agenda común entre los tres departamentos del Valle de Uco. “El Valle de Uco no puede dividirse en tres departamentos; somos una sola región productiva que necesita políticas coordinadas y una estrategia común”, dijo.
En diálogo con Los Andes, Dávila marca la premisa: “El desafío es transformar la crisis en oportunidades”. Bajo ese eje, anticipa lo que será el próximo cumpleaños de la entidad. Será un Sunset - Aniversario a realizarse el 14 de noviembre en el Espacio Republic, Colonia Las Rosas – Tunuyán.
Carlos Dávila
Dávila marca la premisa: “El desafío es transformar la crisis en oportunidades”.
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— ¿Cómo ha sido este paso de vicepresidente a presidente de la Cámara y qué implica en tu caso asumir este nuevo rol?
—Siempre estuve vinculado a la Comisión Específica de Agricultura, porque mi perfil es netamente productivo. Soy productor frutícola y vitícola, pero al asumir la presidencia, el desafío es más abarcativo: tenés que mirar de manera integral todos los temas que hacen al desarrollo económico de Tunuyán y del Valle de Uco.
—¿En qué situación se encuentra hoy el sector productivo y cómo describirías el escenario económico actual?
—El 2025 ha sido un año de mucha turbulencia. La mayoría de las actividades, vitivinicultura, horticultura, fruticultura, están atravesando un momento difícil. Hay un denominador común que es la falta de rentabilidad por los bajos precios. Algunas producciones se encuentran en una posición un poco más favorable que otras, pero en términos generales la situación es compleja.
Por eso tenemos que repensar el modelo agrícola y buscar nuevas formas de sostener la actividad. Venimos de años muy inestables, y si bien hoy empezamos a transitar una economía algo más estable, todavía falta que esa estabilidad se traduzca en expectativas reales de crecimiento. La agricultura no está ajena a eso: depende directamente de la confianza y de la previsibilidad.
—A la inestabilidad económica se suma la incertidumbre climática. ¿Cómo están los productores frente a ese escenario?
—El clima es un socio más de la agricultura. A veces acompaña, y otras veces juega en contra. Heladas o granizo pueden definir una campaña completa. Hay muchos productores que no tienen herramientas para combatir el frío extremo o proteger sus cultivos de una piedra fuerte, y eso los deja muy expuestos.
En el caso del granizo, por ejemplo, siempre decimos que lo ideal sería tener al menos el 50% de la finca bajo malla, porque esa proporción asegura el capital de trabajo del 100%. Pero claro, no todos pueden hacerlo. Todo está atado a la disponibilidad de recursos, a las garantías para acceder a crédito o al flujo de fondos. Desde la Cámara creemos que hace falta una política más agresiva de protección del sector. No se trata solo de invertir tranquera adentro, sino de pensar soluciones regionales que garanticen cosechas más seguras y sostenibles.
—En ese sentido, ¿existen hoy líneas de financiamiento activas o articulaciones con el Estado para acompañar al productor?
—El financiamiento es la clave. Si no hay crédito a tasas razonables, no hay posibilidad de crecer. Ningún sector de la economía puede hacerlo sin apalancarse en el financiamiento, y mucho menos la agricultura, que es intensiva y depende de capital de trabajo. Por eso insistimos en la necesidad de que el sector público y el privado trabajen en conjunto. El Estado tiene que entender que las líneas de crédito accesibles son la base para dotar de competitividad a las pymes. No se trata de subsidios, sino de generar las condiciones para que el dinero que se invierte vuelva en forma de crecimiento.
—Se acerca un nuevo aniversario de la Cámara. ¿Qué representa este momento para la institución y cómo se están preparando?
—Desde que se instauró esta celebración, allá por la presidencia de Alberto Carletti, venimos sosteniendo el espíritu de encuentro y balance. Más allá del festejo, el aniversario nos permite comunicar cuál es la situación económica del Valle de Uco y reforzar la idea de que tenemos que trabajar como región. Ya no hablamos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos por separado, sino del Valle de Uco como una marca consolidada.
—¿Qué metas se habían planteado el año pasado y cuáles siguen pendientes?
—Entre las que siguen pendientes está la reparación de los puentes de la Ruta Nacional 40,un tema que venimos reclamando de manera constante al gobierno provincial para que lo traslade a Nación. Es una cuestión muy sensible: si alguno de esos puentes fallara, el oasis productivo quedaría prácticamente incomunicado. Pensemos en plena cosecha o en la época fuerte del ajo: un corte en la ruta afectaría toda la logística del Valle. Por eso lo consideramos una prioridad.
Otra meta aún pendiente tiene que ver con el desarrollo de la montaña. Es un proyecto estratégico. Necesitamos un plan de manejo claro, que defina qué actividades pueden desarrollarse y que garantice la accesibilidad. Tenemos un potencial enorme, pero sin infraestructura no hay posibilidad de aprovecharlo. Y eso implica caminos en condiciones, servicios básicos y planificación sustentable.
—¿Y cuáles considerás que fueron los principales logros de este último año?
—Se avanzó mucho en el trabajo con recursos humanos y en el fomento del emprendedurismo. La Cámara acompaña fuertemente la Semana Global del Emprendimiento, que se realiza junto a las cámaras del Valle y el gobierno provincial. Ese espacio promueve nuevas ideas, motiva a jóvenes empresarios y demuestra que la única salida real es generar más actividad económica. También trabajamos mucho en educación y capacitación, porque entendemos que la formación es una herramienta de crecimiento. Las economías locales se fortalecen cuando hay conocimiento, cuando las pymes se profesionalizan y cuando se generan redes que conectan a los distintos sectores.
—¿Cómo será el aniversario de este año y qué se puede adelantar del evento?
—El encuentro será el 14 de noviembre en Espacio Republic, ubicado en Colonia Las Rosas. El catering estará a cargo de Graciela Isa, que además de ser una gran emprendedora, integra la comisión directiva de la Cámara. El año pasado el evento se realizó en Casa Septem, que siempre nos recibió con mucho cariño, pero este año quisimos darle un nuevo marco, en un espacio que también refleja la evolución del emprendedurismo local. Esperamos contar con intendentes, ministros, legisladores y el gobernador. Más allá de los discursos, lo importante es generar un ámbito de diálogo y convivencia. La sociedad necesita vernos trabajando juntos, sin mezquindades, con la mirada puesta en el desarrollo regional.