18 de julio de 2025 - 17:57

Cambios en el INV: mantendrán la trazabilidad y los controles se realizarán sobre el producto terminado

El ministro de Producción Rodolfo Vargas Arizu adelantó parte de los cambios que llegarán al Instituto Nacional de Vitivinicultura.

La reciente decisión del Gobierno nacional de reformular las funciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) empieza a tomar forma con aval técnico y político. Este martes, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta, encabezó en Buenos Aires una reunión clave con los ministros de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, y de San Juan, Gustavo Fernandez junto a referentes de cámaras empresarias del sector, como Bodegas de Argentina, Coviar y representantes del cooperativismo vitivinícola.

El encuentro fue convocado para discutir los alcances del decreto de desregulación que convirtió al INV en una unidad organizativa bajo la órbita de Agricultura, limitando su función al control del producto terminado y eliminando su rol histórico en la fiscalización de todas las etapas del proceso productivo.

“Fue la mejor reunión que hemos tenido como sector”, aseguró sin rodeos Vargas Arizu al finalizar el encuentro. “Primero, porque fuimos muy consultados. Participaron actores de todo el ecosistema: grandes bodegas, el cooperativismo, la gente del mosto. Acordamos cómo se va a registrar el viñedo —el CIU va a seguir vigente— y también el control de trazabilidad de zona y variedad”, explicó el funcionario mendocino.

Según detalló, los cambios más importantes se darán en la etapa de fiscalización, que quedará concentrada en el producto final, ya sea fraccionado en botella, en caja o a granel. “Se van a evitar controles permanentes dentro de las bodegas. Hay una desregulación razonada, consensuada, que va a traer más soltura para producir”, sostuvo.

Y graficó: "Antes se realizaban más de 3.000 controles anuales en las bodegas durante las etapas intermedias del proceso productivo, que en la práctica no aportaban valor. Ahora, los controles se concentrarán en la etapa final: en supermercados, depósitos, planchada de bodega, y sobre el producto terminado, ya sea fraccionado o a granel. Para ponerlo en perspectiva, antes se fiscalizaba apenas el 0,4% del volumen de vino que salía al mercado. Con el nuevo esquema, ese control alcanzará el 10%, como ocurre en Chile y con sanciones mucho más severas a los que no cumplan."

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Los ministros de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, de San Juan, Gustavo Fernández, y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, su jefe de gabinete, Martín Fernández y representantes de entidades vitivinícolas para analizar el futuro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Los ministros de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, de San Juan, Gustavo Fernández, y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, su jefe de gabinete, Martín Fernández y representantes de entidades vitivinícolas para analizar el futuro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

INV: Del control estricto a una nueva lógica

Cabe recordar que el cambio fue anunciado el 8 de julio por Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, como parte del paquete de reformas que impulsa el presidente Javier Milei. La modificación central es que el INV dejará de fiscalizar obligatoriamente etapas como la cosecha, la elaboración, el fraccionamiento y el transporte del vino. Ahora, el foco estará puesto únicamente en el producto listo para su comercialización, en góndola o en planchada de bodega, para verificar que no esté adulterado ni manipulado.

La transformación apunta a resolver un reclamo histórico de buena parte del sector. Según confirmaron desde distintas bodegas consultadas por Los Andes, las exigencias del INV imponían una carga burocrática “paralizante”, que obligaba a destinar personal específico solo para cumplir con los requerimientos del organismo. Además, se señalaban dificultades para innovar, experimentar o registrar variedades nuevas por el nivel de reglamentarismo.

Desde Bodegas de Argentina, el gerente Milton Kuret también destacó el clima del encuentro: “Repasamos los aspectos más relevantes del proceso de fiscalización con el nuevo decreto. Hay un acuerdo generalizado en los puntos centrales. Seguiremos trabajando en los detalles. Fue una buena reunión”, sintetizó.

Por su parte, Mario González, presidente de la Coviar, definió el encuentro como “positivo porque desde Coviar se pudo plantear la necesidad de avanzar con la modernización y desburocratización de trámites, pero siempre en resguardo de toda la cadena productiva, desde el productor primario de uva hasta el eslabón final que es el consumidor, cuidando y preservando la genuinidad del vino y la producción vitivinícola argentina”, destacó Mario González.

Vargas Arizu también dejó una señal política clara: “El gobernador Cornejo pidió expresamente que se mantuviera el nombre del Instituto. Lo logramos. Y también pedimos que el INV conserve el rol de certificación para exportaciones". Para el ministro es un equilibrio razonable entre liberar la producción y mantener los estándares que exige el mundo.

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Los ministros de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, de San Juan, Gustavo Fernández, y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, su jefe de gabinete, Martín Fernández y representantes de entidades vitivinícolas para analizar el futuro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Los ministros de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, de San Juan, Gustavo Fernández, y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, su jefe de gabinete, Martín Fernández y representantes de entidades vitivinícolas para analizar el futuro del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

Certificaciones optativas y controles mixtos

El nuevo esquema también contempla que las certificaciones de origen, añada y varietal pasen a ser optativas y puedan ser emitidas tanto por el INV como por entidades privadas. Se mantiene, sin embargo, la certificación del INV para las exportaciones, en línea con los requisitos de los países de destino.

Desde el Gobierno nacional aseguraron que estas reformas “terminan con un esquema regulatorio sobredimensionado, oneroso e ineficaz que durante años perjudicó el desarrollo de una de nuestras principales economías regionales”. Además, afirman que la centralización del organismo permitirá generar ahorros mediante la eliminación de estructuras administrativas.

El propio Sturzenegger explicó que esta modificación apunta a garantizar que el productor pueda elegir si realiza los trámites con el Estado o con un ente privado: “Esto obliga al regulador a ejercitar cierta ‘cordura’ que no necesita tener si los productores están obligados a recurrir en exclusiva al ente estatal”.

En ese sentido, recordó que ya hay ejemplos concretos de certificación privada, como el caso de Luján de Cuyo. “Un vino de menor calidad quizás solo necesita decir ‘Mendoza’ sin un trámite engorroso”, argumentó Sturzenegger.

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