7 de diciembre de 2025 - 14:01

Alarma en la industria: problemas de pago y cheques rebotados con subas al 40%, según una encuesta

La Unión Industrial Argentina (UIA) advierte un deterioro acelerado en la cadena de pagos. Muchas compañías están sin margen para cubrir compromisos inmediatos.

La industria argentina atraviesa semanas de fuerte tensión financiera y los datos más recientes apuntan a un deterioro acelerado en la cadena de pagos, según la Unión Industrial Argentina (UIA). Empresarios del sector reconocen que sostener gastos esenciales se volvió cada vez más complejo.

Fuentes consultadas por Noticias Argentinas señalaron que la situación se volvió más visible en los últimos meses, especialmente por el repunte de los cheques rechazados y la caída del nivel de actividad, lo que dejó a muchas compañías sin margen para cubrir compromisos inmediatos.

Según un informe de Clarín, una encuesta reciente de la Unión Industrial Argentina (UIA) arrojó cifras alarmantes:

  • Problemas de Cumplimiento: El 47,5% de los industriales encuestados admitió tener problemas para cumplir con al menos una de sus obligaciones principales (salarios, proveedores, impuestos o servicios).
  • Colapso Total: El 8,2% de los empresarios afirmó tener problemas en todos los ítems de pago.
  • Top 3 de Dificultades: Los rubros con mayores inconvenientes fueron Impuestos (29,3%) y Proveedores (26,7%).

El colapso se evidencia en la falta de liquidez: en el último trimestre se registró un incremento de entre el 30% y el 40% en los cheques rechazados.

El caso más resonante es el de la Bodega Norton, que acumuló más de 40 cheques rechazados por un total de $618 millones de pesos.

La cadena se dobla

La situación es más acuciante para las Pymes, pero ya impacta en los grandes contratos. El presidente de la Confederación de Pymes Constructoras (CPC), Gerardo Fernández, advirtió a Clarín que la cadena “se empieza a doblar y a complicar”.

El problema es estructural: incluso los plazos de cobro del Estado se extendieron, pasando de los 30-45 días convencionales a plazos de 60 a 90 días, lo que agrava la falta de capital de trabajo en la base de la pirámide productiva.

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