19 de diciembre de 2017 - 00:00

Derecha chilena celebra y el oficialismo busca explicaciones por derrota

Ni el más optimista de los vencedores, ni el más pesimista de los derrotados auguraban las cifras del domingo.

Mientras la derecha seguía celebrando el rotundo triunfo de Sebastián Piñera en las elecciones presidenciales del domingo en Chile, el oficialismo buscaba explicaciones por la derrota de su candidato Alejandro Guillier.

Los resultados oficiales arrojaron que Piñera obtuvo en segunda vuelta un 54,57 por ciento de los sufragios y se impuso a Guillier, con 45,43 por ciento, por más de nueve puntos porcentuales, una diferencia de 635.671 votos.

Ni el más optimista de los vencedores ni el más pesimista de los derrotados imaginaba hasta el domingo una victoria tan maciza de la derecha, que superó así todas las expectativas.

Incluso, analistas locales proyectaban un resultado tan estrecho que señalaban que cualquiera podía ganar, con lo que tanto encuestadores como analistas volvieron a equivocarse.

"Vamos a promover el diálogo y la convergencia de todos los actores progresistas, porque nos parece que la atomización, sobre todo cuando varias candidaturas compitieron en primera vuelta, tuvo impacto en el resultado final", explicaba ayer la derrota el senador socialista Álvaro Elizalde, coordinador general del comando de Guillier.

El dirigente, que también preside el Partido Socialista (PS), la formación de la ahora presidenta Michelle Bachelet, recordaba así las seis candidaturas de izquierda y de centro que compitieron en noviembre su pase a segunda ronda.

Varios dirigentes responsabilizaban también de la debacle al  izquierdista Frente Amplio (FA), el nuevo bloque compuesto por 14 partidos y movimientos que sorprendió en la primera vuelta al obtener un 20 por ciento y que declinó, salvo algunos de sus dirigentes, apoyar explícitamente a Guillier, el abanderado de la oficialista Nueva Mayoría, integrado entre otros por demócratas cristianos, socialdemócratas y comunistas.

"Va a haber varios 'nuevo mayoristas' que tratarán de encontrar en el Frente Amplio una excusa a su fracaso", dijo el diputado Gabriel Boric, del Movimiento Autonomista.

"Queda claro que no bastaba el 'anti-Piñera' para convocar a una mayoría. Guillier no se comprometió con transformaciones profundas y este es el resultado. La principal responsabilidad de su derrota es de quienes lideraron la campaña", sentenció el joven parlamentario.

Desde el Gobierno, su vocera, Paula Narváez, que reconocía la "enorme, importante, contundente" derrota electoral de la centroizquierda, señalaba ayer que el Ejecutivo se la jugó por agenda política progresista.

"Muchas de la banderas de las importantes reformas de la presidenta Bachelet fueron asumidas también en las últimas semanas por el candidato y hoy día presidente electo Sebastián Piñera", subrayó Narváez.

Piñera, un acaudalado empresario de 68 años, que ya gobernó entre 2010 y 2014, prometió durante la campaña reactivar la economía, que a su juicio está estancada, crear 600.000 empleos de calidad y aumentar los sueldos, así como revisar las emblemáticas reformas tributarias, educacional y laboral del Gobierno de Bachelet, entre otras.

El presidente electo asumirá su segundo mandato el 11 de marzo de 2018.

Guillier dispuesto a encabezar la oposición parlamentaria

El candidato derrotado aseguró que la gobernabilidad depende de establecer acuerdos con sectores de la oposición. Pidió respetar los compromisos y proyectos.

El senador oficialista chileno Alejandro Guillier aseguró ayer que estará "en primera línea" para encabezar la oposición en el Parlamento, de cara al nuevo Gobierno que liderará el derechista Sebastián Piñera a partir de marzo de 2018.

Guillier reconoció ayer su derrota en las elecciones presidenciales del domingo frente a Piñera.

"Asumo la responsabilidad de los resultados obtenidos, han sido para nosotros decepcionantes, pero hay que ser humilde y respetar la decisión soberana de nuestros compatriotas, que se han pronunciado de forma clara y categórica", señaló el candidato de la centroizquierda.

Pese al fracaso electoral, Guillier dijo sentirse "alegre", porque la agenda que se debatió durante la campaña electoral "es la del progresismo.

En esta línea, recalcó que quienes integren el Ejecutivo durante los próximos cuatro años deberán "cumplir con sus compromisos" de avanzar en la dirección de la "agenda reformista", que representa "las demandas del pueblo chileno".

Añadió que la gobernabilidad de la derecha dependerá "esencialmente de la capacidad de articular alianzas con los sectores de la oposición"; facción que "será exigente" con la nueva Administración, sostuvo.

"Estaré ahí por la unidad de nuestro sector que ha obtenido una altísima votación, obtuvimos más de 3 millones 100 mil votos, eso significa que hay muchos chilenos que se sienten representados por nosotros", subrayó.

Respecto de la continuidad de la coalición Nueva Mayoría, de la cual se descolgó la Democracia Cristiana en estos comicios, afirmó que hay una parte del progresismo "con voluntad, disposición y conciencia para trabajar unidos", en pos de lo que "el país necesita".

Agregó que durante los próximos cuatro años, la centroizquierda representará "al bloque que se prepara para ser Gobierno a futuro", por lo que tendrá la tarea de garantizar la concreción y ampliación de las reformas.

Macri, uno de los primeros en felicitar al presidente electo

El contundente triunfo del electo presidente chileno Sebastián Piñera en el balotaje celebrado el domingo, que lo transformará en el próximo Jefe de la Moneda para el período 2018-2022, concitó el saludo y las felicitaciones de gobiernos de todo el mundo, entre ellos los de China, España, Argentina, Bolivia y Brasil.

El  presidente Mauricio Macri  fue uno de los primeros en saluda a Piñera en un mensaje de Twitter en el que envió "un abrazo y felicitaciones" por su triunfo el domingo.

"Sé que vamos a trabajar juntos para profundizar la relación entre nuestros países y por el bienestar de la región", agregó Macri en su mensaje.

Macri ya había aceptado que el electo presidente “es un amigo”, lo que había concitado polémica en Chile.

China, Bolivia y Brasil también enviaron felicitaciones.

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