Era una jornada ideal. Los puntos, los resultados previos y un escenario perfecto invitaban al festejo. El título estaba al alcance de la mano. Todo parecía acomodarse para Gonzalo Antolín.
El motor del Peugeot dijo basta cuando el sanrafaelino tenía todo para coronarse en Clase 2. Dolor, lágrimas y una definición inesperada en el regreso del TN a San Martín.
Era una jornada ideal. Los puntos, los resultados previos y un escenario perfecto invitaban al festejo. El título estaba al alcance de la mano. Todo parecía acomodarse para Gonzalo Antolín.
Pero no pudo ser. Cuando promediaba el quinto giro, el motor del Peugeot del sanrafaelino explotó y el sueño de consagrarse campeón de la Clase 2 , categoría que lideró durante gran parte del año, se esfumó en el Circuito Ángel Peña del Autódromo de San Martín, donde el Turismo Nacional regresó después de 11 años.
Pese al gran ruido de los motores se hizo un silencio en autódromo fue profundo.
No había consuelo para el piloto mendocino ni para quienes lo acompañaron en boxes durante el fin de semana. Fue un momento ingrato para Antolín, que había dado todo en pista el viernes y sábado, pero no pudo coronarlo en la final.
Las lágrimas de familiares, amigos, integrantes del equipo y seguidores se multiplicaron en la carpa donde siguieron la carrera, en un silencio que lo decía todo.
El campeón de la Clase 3, el mendocino Julián Santero, se acercó a saludar y acompañar al equipo del sanrafaelino, un gesto enorme del Nº 1 de la categoría.
La carrera estuvo detenida algunos minutos y luego se reanudó. En una competencia accidentada, Bautista Damiani se coronó finalmente como el campeón 2025.