Marcelino Moreno siempre tuvo piernas flaquísimas. Quizás por eso no pasó una prueba que hizo Boca Juniors, previo a su debut en Primera División. Porque talento tiene. De sobra. Aun cuando en el pan y queso del barrio nunca era primera opción. Sin embargo, a fuerza de gambetas, encadena melodías que lo lleva a bailar en los más increíbles escenarios.
Moreno es, otra vez, el mendocino del momento. Nacido en Chapanay, en San Martín, forjó su carácter a orillas del ferrocarril. Allí comenzó a escribir una historia que, a sus 30 años, lo embarca como gran referente de este Lanús heroico, que igualó 1-1 en el Maracaná y pasó a semifinales de la Copa Sudamericana. ¿Qué aportó el volante creativo? Marcó el gol en el triunfo de ida, 1-0, y asistió a Dylan Aquino en la vuelta de la noche brasilera, para una celebración granate, que tuvo momentos dramáticos con la violencia desatada en las tribunas contra los hinchas argentinos.
Marcelino Moreno
El mendocino fue figura en la llave de cuartos ante Fluminense, para una clasificación inolvidable en suelo brasilero.
Gentileza
Un apodo en romance carioca
La vida deportiva de Marcelino comenzó en Atlético Palmira, donde debutó en la Primera División de la Liga Mendocina, de la mano de Juan Carlos Bermegui.
"Era un fenómeno; era distinto porque hacía cosas con la pelota que los demás no podíamos hacer", recordó hace un tiempo Facundo Tersigni, uno de sus primeros compañeros.
Allí también surgió su apodo de "Marcedinho", por su admiración hacia el fútbol brasilero, ese al que en la noche del martes le dio una lección de fútbol.
Marcelino Moreno
"Marcedinho", como lo conocen en el Este provincial, surgió en el Atlético Palmira. Nunca olvida sus orígenes.
Llegó a Lanús a los 17 años, con un paso por Talleres (C), donde consiguió el ascenso a Primera Nacional. El debut en la Primera del Granate llegó el 19 de julio de 2016, en la Copa Argentina, frente a San Martín (F). Desde ese momento, su crecimiento fue sostenido, aunque los goles tardaran en llegar. Su talento nunca fue cuestionado, pero sí su capacidad goleadora en las primeras temporadas.
De la mano de Luis Zubeldía encontró el impulso ofensivo que le faltaba: "Me dio la camiseta; me dijo 'jugá que sos crack'", recordó Marcelino. Bajo su mando empezó a convertir más, a sentirse más libre, a mostrarse letal en el área rival.
El retorno del rey
En 2020 dio el salto a los Estados Unidos. El traspaso al Atlanta United le permitió al Atlético Palmira unos 90 mil dólares por derechos federativos. Y, previo paso por el Coritiba de Brasil, donde se convirtió en un jugador más completo, volvió a Lanús el año pasado, decidido a escribir un capítulo grande en su carrera. El club lo compró por unos 2 millones de dólares netos, más 200 mil de la misma moneda en bonos.
Marcelino Moreno
Tras su paso por la MLS y el fútbol de Brasil, el mendocino volvió a Lanús y la está rompiendo.
Gentileza
Lanús quiere la renovación
Desde su vuelta, los números respaldan lo que siempre se intuía: es determinante y marca la diferencia cuando más se lo necesita. En este 2025, el mendocino jugó 22 partidos, sumando cuatro goles y una asistencia.
"Queremos que Marcelino se quede, tuvo un semestre espectacular y de hecho estamos hablando de su nuevo contrato para darle una mejora porque rindió muy bien", declaró hace unos meses Nicolás Russo, presidente de Lanús.
Atrás quedó la timidez y un momento ante la prensa que lo pinta: pareció trabarse y entre risas le pidió a su entrevistador que le sacara el micrófono. ¿Su fuerte? Siempre dentro del campo.
Marcelino Moreno
Marcelino Moreno junto a Dylan Aquino, su socio para el gol de la clasificación en el Maracaná.
Gentileza
El chico de piernas flacas volvió a demostrar que el fútbol no entiende de moldes. Se vive como se juega: y se juega con memoria, heridas y corazón. Marcelino lo sabe. Después de haber corrido entre las vías del tren y canchas desparejas, su talento vuelve a ponerlo en las portadas de los diarios del país.
Y como si el destino le devolviera un guiño, fue en Brasil -la tierra de sus ídolos, del juego que admira- donde "Marcedinho" volvió a dejar su firma. Un gol en la ida, la asistencia en la vuelta y el pase a semifinales de Sudamericana. Una noche inolvidable en el Maracaná, que Lanús celebró hasta la madrugada. Mientras, él, en silencio, sigue gambeteando hacia adelante.