Independiente se jugó la vida en su visita a La Bombonera y tuvo recompensa, tras el 1-0 al cabo de 90 minutos de lucha y fútbol, frente a un Boca perdido y sin reacción, se llevó el tercer boleto a semifinales del torneo Apertura.
El colombiano Ángulo abrió el marcador con una magistral acción y el Rojo se llevó un triunfo que lo depositó en semifinales. Mientras, los fanáticos xeneizes cantaron contra jugadores y dirigentes. Boca es un caos.
Independiente de Avellaneda y Huracán buscan la final
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Independiente se jugó la vida en su visita a La Bombonera y tuvo recompensa, tras el 1-0 al cabo de 90 minutos de lucha y fútbol, frente a un Boca perdido y sin reacción, se llevó el tercer boleto a semifinales del torneo Apertura.
En una noche fría en La Bombonera, Boca Juniors e Independiente ofrecieron un partido con alta intensidad, pero escaso en emociones y claridad. El empate parcial en cero reflejó un primer tiempo que dejó más roces que fútbol, con momentos aislados de peligro, sobre todo a favor del conjunto local.
La primera gran oportunidad fue para Boca, que aprovechó un centro preciso de Sebastián Palacios para que Miguel Merentiel sacara un remate a quemarropa desde el punto penal. Sin embargo, Rodrigo Rey respondió con una atajada clave para mantener el marcador en cero.
Independiente no tardó en contestar. A través de la pelota parada, una de las armas que amenazó con inclinar el desarrollo del juego, Iván Valdéz conectó de cabeza, aunque sin potencia ni colocación, facilitando la contención de Agustín Marchesín.
Con el correr de los minutos, el conjunto dirigido por Boca comenzó a acorralar al Rojo en su propio campo. Delgado se adelantó en el terreno y la movilidad de Belmonte, Palacios y Merentiel le permitió al local tener la pelota y controlar el ritmo. Sin embargo, el dominio territorial no se tradujo en juego fluido ni peligro constante.
En ese contexto, Independiente logró administrar los tiempos con criterio. Aunque por momentos cedió terreno, no perdió el control emocional del partido y obligó a Boca a pararse para el contragolpe. Merentiel y Zenón por izquierda, Palacios y Giménez por derecha, fueron los nombres elegidos para explotar esa estrategia. Pero lo cierto es que, por largos pasajes, ambos equipos se prestaron la pelota en zonas intrascendentes.
A los 35 minutos, Marchesín volvió a lucirse al tapar un remate dentro del área chica. El Rojo, con acciones aisladas, fue encontrando espacios para inquietar, aunque sin contundencia. Boca, en cambio, tuvo las chances más claras: Merentiel perdió un mano a mano ante Rey y, apenas un minuto más tarde, Palacios desperdició una situación insólita con el arco libre tras un error defensivo.
El primer tiempo se fue sin goles, pero con una superioridad en las ocasiones para Boca. Aun así, el desarrollo fue más friccionado que lúcido, con una evidente falta de creatividad.
El complemento arrancó con los mismos matices: mucha disputa, poco juego y la sensación de que los creativos de ambos equipos aún no ingresaron en el partido. La vorágine y el vértigo con que eligen jugar hace que el juego sea atractivo por su intensidad, pero no aparecen las situaciones sobre los arcos.
Con la tensión sobrevolando La Bombonera, Independiente busca ser prolijo para no exponerse a contragolpes del Xeneize. Cabral y Montiel son los conductores designados. Y esa determinación le valió abrir el marcador sobre los 18'. El colombiano Ángulo anticipó a la salida de un córner visitante y se metió en el área para definir ante el achique de Marchesín.
La Bombonera estalló en un grito de guerra: "movete Boca, movete...". Y Boca cayó en la desesperación de no encontrar los caminos a Rey. El visitante creció en la tenencia y el partido se jugó como quiso el once de Vaccari.
Boca, sin ideas, apostó a lanzamientos largos que siempre fueron rechazados por la defensa visitante, encendiendo aún más el enojo de los hinchas xeneizes, que apuntaron contra todos los protagonistas.
Con Boca afuera, Independiente definirá la próxima semana ante Huracán, en el Libertadores de América.
Para el Xeneize será una semana caliente. Riquelme deberá buscar respuestas urgentes para calmar la bronca de los hinchas.