20 de octubre de 2025 - 14:24

Historias de la F1: Colapinto y el eco de una desobediencia que marcó a Reutemann en Brasil

Franco Colapinto sorprendió a todos al ignorar las órdenes de Alpine durante el Gran Premio de Estados Unidos, una actitud que generó polémica y que evocó aquel día de 1981 en Brasil cuando Carlos Reutemann desoyó las indicaciones de Williams y marcó un antes y un después en la historia del automovilismo argentino.

Sin embargo, Colapinto respondió con firmeza, cuestionó la orden y, acto seguido, superó al francés en la primera curva. La maniobra, que no alteró el resultado final de la competencia, si generó una ola de repercusiones dentro del equipo y en el paddock. Alpine expresó su malestar por la desobediencia, mientras que Colapinto explicó que actuó por instinto, ya que tenía más velocidad, neumáticos más frescos y temía perder la posición frente al auto de Bortoleto, que venía detrás.

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El episodio devolvió el espíritu competitivo a una categoría donde las órdenes de equipo predominan sobre las decisiones del piloto y el gesto de Colapinto fue visto como una muestra de carácter y personalidad, atributos que los grandes pilotos suelen tener en común.

El recuerdo del Lole en Brasil

Cuarenta y cuatro años antes, en el Gran Premio de Brasil de 1981, Carlos Reutemann protagonizó un acto similar. Aquel día, bajo la lluvia en el circuito de Jacarepaguá, el santafesino lideraba la carrera al mando de su Williams FW07C cuando desde el box le mostraron una orden inequívoca: debía dejar pasar a su compañero, Alan Jones, vigente campeón del mundo.

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Reutemann, que buscaba afirmarse como candidato al título, ignoró el cartel “JONES-REUT” y cruzó primero la línea de meta. El triunfo le valió la victoria pero también el inicio de un conflicto interno con el equipo británico que marcaría el resto de la temporada. “Claro que vi los carteles, vi las señales, lo vi todo. Pero también pensaba mientras veía todo eso que si yo hacía caso a los carteles, era mucho más digno volver al box, preparar el bolso y despedirme de las carreras. Dedicarme a otra cosa. Desobedecí. Y volvería a desobedecer si la circunstancia se repitiera. No tengo otra respuesta”, diría tiempo después el argentino en su biografía, sintetizando una filosofía que trascendió generaciones.

Esta tajante decisión traería consecuencias para Reutemann, ya que Jones se mostró furioso tras la carrera y se negó a subir al podio junto a su compañero. Desde entonces, la relación entre ambos se rompió definitivamente, y el equipo británico comenzó a tomar partido por el australiano. Reutemann perdió el respaldo interno y afrontó el resto de la temporada en un clima hostil.

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Pese a todo, el argentino siguió peleando por el campeonato hasta la última fecha. Llegó líder al Gran Premio de Las Vegas, pero terminó segundo detrás de Nelson Piquet y perdió el título mundial por apenas un punto. El tiempo y los protagonistas reconocieron que el quiebre interno iniciado en Brasil fue determinante.

Colapinto y Reutemann: dos generaciones, una misma esencia

El paralelismo entre ambos episodios es inevitable. En contextos distintos y con motivaciones diferentes, tanto Reutemann como Colapinto se enfrentaron al dilema de obedecer al equipo o seguir su propio criterio en plena carrera. En la actualidad, las órdenes de equipo son una práctica común en la Fórmula 1 moderna. Sin embargo, cada vez que un piloto las desobedece, se reaviva el debate sobre los límites de la obediencia y la esencia del automovilismo.

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El casco de Franco Colapinto el año pasado en honor a Carlos Reutemann

El casco de Franco Colapinto el año pasado en honor a Carlos Reutemann

La actitud de Colapinto, más allá de las consecuencias internas, dejó la potente sensación de un joven que no se conforma con ser parte del engranaje y que, como en el caso de Reutemann en 1981, elige correr según su propio instinto.

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